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viernes, 31 de julio de 2020

BLANCO EN BLANCO: CRÍTICA DE CINE

La coproducción entre Chile, España, Francia y Alemania, BLANCO EN BLANCO está dirigida por Theo Court compartiendo guion con Samuel M. Delgado. “Son muchas las capas que ofrece esta obra interesantes de descubrir y algunas tan terribles, como el genocidio o el matrimonio con menores”
 
Nos encontramos a principios de siglo XX en Tierra de Fuego, lugar al que llega el fotógrafo Pedro (Alfredo Castro) para fotografiar el enlace del latifundista Mr. Porter con la jovencísima Sara (Esther Vega Pérez), quien está al cuidado de Aurora (Lola Rubio). Pedro pronto se obsesionará con la belleza y candidez de la joven. Tras ser  malinterpretados sus actos y sin cobrar por sus servicios, se verá involucrado en una extraña espiral.
 

Con cierto aroma a Western y con un corte teatralizado, Court nos ofrece este drama de otros tiempos. Un filme rodado entre Chile y Canarias excesivamente pausado y con muchas capas por descubrir, algunas de ellas tan terribles, como el genocidio que sufrieron los pueblos indígenas de Tierra de Fuego, entre los que se encontraban los Selknam o el matrimonio con menores. Una obra en la cual destaca la magnífica fotografía de José Ángel Alayón y el carisma de Alfredo Castro, de quienes más tarde hablaré.
 
El director y guionista, Theo Court realizó sus estudios entre España y Chile. Tras terminar su carrera de fotografía y cine en Madrid, regresó a Chile para continuar con sus estudios de cine en ARCIS durante dos años y  terminar su formación en Cuba, en la Escuela de Cine de San Antonio de los Baños. En Cuba dirigió sus primeras obras: El cortometraje “El espino” 2004, el mediometraje de animación, “Sendero” 2008 y su ópera primera en el largometraje “Ocaso” 2010. Ahora y tras 9 años, nos llega su segundo largometraje “Blanco en blanco”.
 
Blanco en Blanco cuenta con unas interpretaciones sobrias, distantes y parcas en palabras y movimientos. Estados propios de otros tiempos y posiciones. Del carácter áspero que se gestaba en los pueblos, dominados por el aislamiento y el caciquismo. Los miedos, la ignorancia y las clases sociales, provocando dilemas difíciles de esquivar, cuando se llegaba de otros lugares con mayor cultura, como es el caso de Pedro, un fotógrafo con una mente más abierta, más liberal; en definitiva, más clara ante la oscuridad que envuelve al pueblo, al que llega. El carismático Alfredo Castro, será el encargado de dar vida al fotógrafo en una de sus magníficas interpretaciones y junto a él, una mujer de modales severos y educados, curtida por una vida de soledad  y austeridad, en medio de una tierra casi despoblada y desértica, Aurora, encarnada por Lola Rubio.
 
Además de la crítica a un tiempo pasado, Court balancea su obra entre la belleza y el poder. La belleza de la juventud a través de la joven casadera que trastorna la mente del fotógrafo, hasta atreverse a retratar más allá de lo que le estaba permitido y el poder de quien se cree superior, el caciquismo dominante o los conquistadores que arrasaban culturas, tradiciones y pueblos enteros, en pro del progreso. Una obra que envuelve, con gran acierto, la dolorosa banda sonora escrita por Jonay Armas.
 
Entre las diversas subtramas que Theo nos presenta, frente a la trama principal, algunas más sutiles que otras, el director también nos ofrece toda una lección de fotografía, copando prácticamente la atención del filme y siendo la parte visual, lo más atractivo de la obra. Court ha convertido su nuevo filme en retratos de un pasado que no debe caer en el olvido, para no repetirlo en el futuro. La importancia de captar el momento a través de una instantánea, de un encuadre, de la luz precisa o de los gestos  y posturas bien estudiadas; eleva el significado de la narración, de lo que Court nos quiere transmitir. Esa quietud en las imágenes, ese silencio solo interrumpido por el fotógrafo contando hacia atrás,  para capturar a los personajes en esas estampas de otra época, van perfilando un tiempo de violencia, soledad, vacíos, oscuridad, abandono, pobreza, sometimiento y obediencia al amo; sin olvidar el simbolismo de las fotografías tomadas a Sara, en donde la sensualidad y liberación de la opresión de las prendas que viste la joven, cobran un trasfondo no solo sensual, sino político. Una obra contemplativa que nos hace reflexionar y cuestionarnos sobre un pasado, en la era de la tecnología.  Una magnífica fotografía de José Ángel Alayón con texturas muy ricas, entre los contrastes, la iluminación e incluso en esa extraña suciedad que presenta el color apagado y por momentos difuso.
 
“Estamos haciendo historia, estamos haciendo patria”
 
Mi nota es: 7,5
 
ESTRENO en ESPAÑA: 31 de Julio.
 
REPARTO: Alfredo Castro, Lars Rudolph, Lola Rubio, Esther Vega Pérez y David Pantaleón.
 
PRODUCTORA: El Viaje Films// Don Quijote Films// Kundschafter Films// Pomme Hurlante Films.
 
DISTRIBUIDORA en ESPAÑA: Elamedia Estudios.