Nos vemos allá arriba
es la nueva obra del director y actor francés Albert Dupontel, colaborando en el guion junto a Pierre Lemaitre, autor de la notable
novela. Un filme que podríamos denominar como: Una tragicomedia en el gran
escenario de la vida.
Estamos en 1919, la I Guerra Mundial
ha terminado y la policía detiene a un hombre por ser partícipe de una estafa
sobre los monumentos a los caídos en combate. El hombre comienza a relatar su
historia, volviendo sus recuerdos un año atrás, donde los soldados franceses
esperan en las trincheras las órdenes del alto al fuego, al igual que los alemanes.
Dicha orden llega a manos del teniente Pradelle (Laurent Lafitte) pero él se niega a cumplir lo escrito y envía a
dos hombres de vigía, ambos son tiroteados y Pradelle lanza un ataque.
Durante
el enfrentamiento, Albert Maillard, el hombre que narra la historia (Albert
Dupontel), descubre que los dos soldados fueron tiroteados por la espalda,
disparos que provocó el teniente, para continuar con la guerra. Pradelle
intenta matarlo y Maillard cae a una zanja quedando enterrado, será otro soldado,
Edouard Péricourt (Nahuel Perez
Biscayart) quien le rescate, con la mala fortuna que una bomba estalla
cerca de él, desfigurando su rostro por debajo de la nariz. Albert desde ese
instante queda unido a su compañero por vida, pues aunque regresan a casa, el
destino jugará con ambos, incluyendo al teniente Pradelle.
En ocasiones he comentado que una sola
persona asuma las funciones de dirección, actor, guionista e incluso
coproductor, puede ser perjudicial para la obra en sí, pero aquí no, aquí
Albert Dupontel, está soberbio en cada uno de sus cometidos.
Lo primero que destacaría de este
filme, es la puesta en escena con que Dupontel dota a su nueva obra, a través
de una ambientación teatral de otros tiempos, sustentada en la fascinante y
barroca fotografía de Vincent Mathias, el
cuidadísimo vestuario de Mimi Lempicka
y la hechizante banda sonora, con aroma de antaño, compuesta por Christophe Julien.
He hablado de hechizante, y
posiblemente es como mejor de podría definir esta pieza cinematográfica, pues
así se va sintiendo el espectador a medida que pasan los fotogramas ante sus
ojos, las palabras llegan a su cerebro y
el corazón es capaz de percibir, el poder de lo exquisitamente narrado.
Otra obra en la cual se nos habla de
las secuelas de la guerra, sea cual sea, pues sus consecuencias siempre
resultan devastadoras, pero aquí el novelista Pierre Lemaitre y también guionista, juega a que seamos detectives
en un relato plagado de aventuras, crítica a la guerra, a quienes las origina y
a los mandos en el frente. Una crítica social y política, entre amores
correspondidos, enfrentamientos familiares y sentimiento de pérdida. Marionetas
movidas por esos hilos que tantas veces desearíamos poder cortar, si fueran visibles. Pero, sorpresa, el gran drama se convierte en sátira y la sátira
relaja los corazones y desentumece los músculos. El “culpable” de esta magia,
de este hechizo es, Albert Dupontel. Aunque al final las lágrimas broten, por
pura necesidad.
Una
vez más, nos encontramos con una narración rica en lecturas, pero con la
diferencia que al director en esta ocasión le da igual cuales sean elegidas por
el espectador, pues siempre acertará, ya que ha sabido cuidar que cada uno de
los personajes esté perfectamente representado con la credibilidad que siempre
se espera, para poder disfrutar hasta el último segundo.
Un casting actoral perfecto donde
destaco a los ya mencionados, las dos féminas Émilie Dequenne y Mélanie
Thierry, y para terminar con la jovencísima, Héloïse Balster. Pero todos merecen mención especial.
Mi nota es: 8,5
ESTRENO en ESPAÑA: 29 de Junio
REPARTO: Albert Dupontel, Nahuel Pérez
Biscayart, Niels Arestrup, Laurent Lafitte, Héloïse Balster, Émilie Dequenne,
Mélanie Thierry, Philippe Uchan, André
Marcon, Michel Vuillermoz, Frédéric Epaud, Gilles Gaston-Dreyfus, Carole
Franck, Kyan Khojandi y Philippe Duquesne.
PRODUCTORA: ADCB Films/ Manchester
Films.
DISTRIBUIDORA en ESPAÑA: VerCine.