Hoy entrevisto a Didí Escobar, el alter ego de un
profesional que además de escribir como Didí, tiene una amplia trayectoria en el mundo del espectáculo
y la comunicación: articulista, guionista de cine y teatro, coach e
intérprete, sin olvidarnos de su faceta de cabaret. De todo estoy mucho más
hablaremos, porque además Didí tiene nuevo libro en las librerías: El Clan de la
Mariquita Cavernaria.
J.S.-
Aunque en estas entrevistas hablaremos de tú Alter Ego y nada o poco de ti,
sí me gustaría que te conocieran un poco los lectores del blog. ¿Cómo te
defines como persona?
D.E.- En
términos generales soy una persona maravillosa. Físicamente la naturaleza me ha
obsequiado con un gran físico y muy buena genética (aparte de los retoques de
cirugía, que han redundado en mi soberbio aspecto), pero lo más interesante de
mí es mi personalidad, junto a mi espiritualidad. Todo ello hacen de mí un ser
privilegiado y, qué duda cabe, envidiable. Ah, olvidaba mencionar mi alto coeficiente intelectual
y que soy una persona con mucha clase.
J.S.-
Tras esta respuesta creo que esta entrevista promete. No sé si sacaremos algo
en claro al final o no, pero lo intentaré ¿Cuáles son tus inquietudes ante la
situación que se está viviendo en general y más concretamente en nuestro país?
D.E.- Creo
que se está pidiendo a gritos una revolución, o mejor una guerra. No digo una guerra
en plan civil, ni mundial, sino algún tipo de invasión de carácter
extraterrestre, a nivel interplanetario, que haga que se produzca un cambio de
valores, y una verdadera evolución de la conciencia. No creo que haya soluciones. En
realidad creo que un meteorito debería colisionar con la Tierra, y que
empezáramos de cero, desde organismos unicelulares como mucho. Y todo ello
siendo muy optimista. Tampoco creo que votar a Podemos sea la solución.
J.S.-
Ordena
de mayor a menor la importancia que le das a: El amor, la amistad y la familia
y el porqué.
D.E. Pues
te diría que primero el dinero, luego el sexo, luego la familia, y luego lo
demás. El dinero lo soluciona casi todo, y lo que no puede solucionar (como por
ejemplo
determinadas situaciones que conducen a la muerte) tampoco lo puede solucionar
ninguna otra cosa. El sexo es algo importantísimo, casi tanto como el dinero.
Es divertido, y a la vez es una herramienta de estrategia muy eficaz. La
familia a la que hago referencia es la Familia, en el sentido más mafioso de la palabra,
pues para delinquir qué mejor que hacerlo organizado, y en “familia”. En cuanto
a la amistad y el amor... yo esas abstracciones no las computo.
J.S.-
Como sucede a mucha gente, en la época de estudiante no acertamos a elegir
la profesión deseada y has saltado por Derecho, Psicología y Pedagogía,
recientemente te has centrado de nuevo en esta última profesión. ¿Qué crees que
tiene la pedagogía de interesante para retomar esos estudios.
D.E. Empecé
Derecho porque me impactó un capítulo de Dinastía donde Joan Collins, en un
juicio donde declaraba no sé si como testigo o acusada, mandaba callar al juez.
Lo dejé al enterarme que eso solo se puede hacer en la ficción. Comencé
Psicología porque pensaba que era una carrera seria y real, una rama de la ciencia,
escindida de la Filosofía, hasta que me enteré de la verdad. Ahora he comenzado
Pedagogía realmente por equivocación, porque pensé que para ser gogó
profesional había que estudiar ese grado. Pero ya que estoy, voy a seguir estudiando. Soy así de
punki. Y de absurda.
J.S.-
¿Cómo, cuándo y por qué nace Didí Escobar?
D.E. El
cómo fue registrando el nombre artístico en Patentes y Marcas. El cuándo fue
hace quince años. El por qué fue porque llevaba casi diez presentándome en sociedad
como Diossa, pero pertenecía al dúo Diossa y Malyzzia, y cada vez que estrenaba un
monólogo o hacía cualquier cosa al margen de esta formación, parecía que nos
habíamos separado, lo cual podía perjudicarnos profesionalmente, y con este nuevo nombre pretendía
no dar lugar a este equívoco... aunque con ello generé nuevos equívocos. La
idea es que Didí Escobart interpreta a Diossa... y puede también hacer otras cosas, como escribir un
libro, o presentar su propio show, cometer un homicidio, iniciar un régimen,
etc.
J.S.-
Dicen que detrás de todo hombre hay una gran mujer. En tu caso ¿Qué te ha aportado
y sientes cuando Didí entra dentro de ti y se
exterioriza para los demás?
D.E.- Siento
que estoy haciendo muy bien mi trabajo. A veces demasiado bien,
innecesariamente bien. Quizá perjudicialmente bien. Otras veces no siento nada.
Es que depende del modelo que lleve, y de los zapatos, sobre todo. Unas veces
pienso que estoy infravalorada, y otras... también. También siento que qué hago yo, siendo
tan guapa, en el mundo de la literatura. Creo que si yo no existiera... habría
que inventarme.
J.S.- Publicas
en el 2004 con Odisea Editorial tu primera novela “Manual de la perfecta
petarda” Una novela satírica y llena de guiños con un humor alocado. En ella nos encontramos
con monólogos que en su día Diossa, tu personaje teatral, puso en
escena. ¿Crees que en este país para triunfar en determinados medios hace falta
ser petarda o muy petarda?
D.E.- En
absoluto. De hecho, si fuera así, yo hubiera triunfado, pero a lo grande,
porque yo soy extraordinariamente petarda. Para triunfar, lo que se dice en
condiciones (no en plan underground), siempre hay que depender de varios factores; a veces lo
que hace falta es carecer por completo de escrúpulos, y ser una auténtica hija de puta.
Tener talento, disciplina, tenacidad y suerte tampoco está mal, pero no te
asegura nada. Es frustrante.
J.S.- Un año más tarde con Ediciones MR publicaras “Mi
extraña dama” y un año más tarde “Curso de glamour para principiantes” con Nowtilus. ¿Qué acogida tuvieron estas
obras y porque ese cambio constante de editoriales?
D.E.- La
“acogida” en “las ventas” fue de pronóstico muy grave en ambos casos, pues la
trayectoria le llegó a cada lector al corazón. El cambio de editoriales se debe a razones
susceptibles de querella si las expongo públicamente sin presentar pruebas.
Corramos un tupido velo, y dejemos al Universo hacer su papel, dando a cada
cual lo que se merece. Sé de varios que tendrán muy mala vejez, y otros que no llegarán.
J.S.- No será
hasta cinco años más tarde cuando con la editorial Stonewall publicarás “El retorno de la
petarda perfecta” ¿Se te habían quedado momento en el tintero o es que Diossa y Didí se encuentran con mucho petardeo
en su vida cotidiana?
D.E.- Simplemente tenía ganas de
escribir una segunda parte de algo. Cuando haces eso das la impresión de que la
primera parte ha sido un gran éxito y de que la segunda parte es ansiada por
los lectores. Eso proporciona muy buena imagen a un autor. En ese dilatado lapso de tiempo sin
publicar lo que ocurrió es que estuve muy ocupada viviendo. Pero como ves la
cabra siempre tira al monte. Yo siempre tengo algo que decir, algo que aportar,
algo en lo que sentar cátedra, algo con lo que epatar, algo que vaya aumentando mi leyenda. No soy de
culto porque sí.
J.S.- Con la misma editorial participas en dos libros de
relatos. ¿Dónde te sientes más cómoda, en el relato o en la novela?
D.E.- No
sé, creo que prefiero la novela, porque con el relato corto siempre me ocurre
que al final
se me hace corto, valga la redundancia y la obviedad. Pero el caso es que me
encantan los relatos cortos, y autores como Capote o Dorothy Parker me enloquecen. Me
gustaría publicar algún día un libro solo de relatos cortos. Seguro que lo
haré. Lo que pasa es cuando escribo un relato corto al final lo alargo y lo alargo
y... deja de ser un relato corto. De hecho eso fue lo que me pasó con mi último
libro.
J.S.- Antes de entrar con tu última novela publicada
recientemente, me gustaría hablar un poco más de tu personaje teatral: Diossa, de la cual comentábamos que
durante un largo tiempo se subía a los escenarios con diálogos llenos de
sarcasmo, ironía y comicidad. ¿Haces participar al público en tus obras y si
esa así, cómo reaccionan?
D.E.- Cuando
he hecho teatro
a veces he roto la cuarta pared, pero sin llegar a interactuar con el público.
Sin embargo en los shows sí, porque en un espectáculo de cabaret es
imprescindible esa comunicación, y esos momentos de improvisación. Además,
estas son algunas de las cosas que mejor sé hacer, y por tanto las he
potenciado cuanto he podido. El público siempre ha reaccionado bien conmigo,
porque yo respeto y me doy mucho a respetar, y por eso que apuntaba antes de
que tengo mucha clase. Y porque si no reaccionaban bien yo era capaz de romper un
vaso y rajarles la cara. Y lo sabían.
J.S.-
En este año que ha pasado, has cumplido 20 años junto a Malyzzia con quien Diossa participa en diversos
espectáculos, aunque Diossa nace en 1991. ¿Dónde se os puede
ver y qué es lo que intentáis o lográis ofrecer al público?
D.E.- En
este momento no hay una sala donde tengamos un espectáculo programado de forma
fija, así que si se quiere ver un show nuestro hay que estar un poco pendiente
a que lo anunciemos en la red. Sobre todo estamos actuando en fiestas privadas. Malyzzia tiene también su propio montaje,
y está en gira en este momento. Nos encanta hacer disfrutar al público,
hacerles reír, excitarles, provocarles emociones diversas, a ser posible
positivas. También nos gusta provocar, a secas.
J.S. En el año 2008 Malyzzia y Diossa interpretan el tema “Happy Chueca” para la película “Chuecatown” de Juan Flahn y es seleccionada para el premio
Goya, curiosamente ese año la academia decide retirar tres de las canciones
aludiendo a cuestiones diferentes. ¿Qué explicación real os dieron al
respecto que no fuera la oficial?
D.E.- La
oficial fue la real, no había otra. Los de la Academia son tan lerdos que, año
tras año, nominan canciones a lo tonto, y una vez anunciado en medios es cuando
se preocupan de comprobar si las canciones reúnen el único requisito que ellos
mismos piden: que dicha producción musical se haya realizado ex profeso para
esa película, y antes no se haya estrenado. Y, claro, los artistas no tenemos
ninguna culpa de que dichas canciones puedan no haberse hecho específicamente
para la película, como era nuestro caso. Pero queda feo que luego suene que “te
retiran” la canción, como si tú hubieras propuesto tu canción. El artista en
ningún momento tiene nada que ver con la selección. Pero luego se tiene que
comer el marrón si los de la Academia han gestionado mal esa selección. Con lo
fácil que sería preguntar antes de anunciar nada. Son unas absurdas y unas
ridículas y unas catetas, y deberían morir todos.
J.S.- En el año 2011 Dídi Escobar se presenta con su
cortometraje con guión y dirección propia “Muy mujer”
además de darle un papel a Diossa, tú
otro personaje, en el festival LESGAICINEMAD 2011. No olvidemos tampoco que el
tema principal “Soy mala” está también compuesto por ti en letra y música e interpretado
Soraya Arnelas. Ganas el premio a la
Mejor Obra y al Mejor Cortometraje. ¿Qué supuso este corto y si aún está en
explotación?
D.E.- En
explotación no estuvo nunca porque un corto no accede a los canales comerciales
como ocurre con un largo. El corto estuvo en un circuito de festivales y ganó varios
premios y gustó mucho, que era de lo que se trataba. Ahora está en YouTube, donde lo puede ver quien
quiera. Para mí supuso hacer un trabajo muy interesante, con un equipo de
profesionales fantástico, y aprender un montón.
J.S.- Entramos en tu última novela publicada, en esta
ocasión vuelves a confiar en Stonewall y nos sumerges en el mundo
cavernícola con “El Clan de la Mariquita Cavernícola” se podría resumir como la
historia de dos tribus de cromañones que se encuentran y los avatares
que ello conlleva, hasta su fusión en un único clan. ¿Por qué llevarnos al mundo
cavernícola?
D.E.- Me
encanta la paleoantropología. He leído mucho ensayo y mucha novela sobre el tema. Me
apetecía contribuir a mi manera. Quería darle una vuelta de tuerca,
dejar mi impronta. Sabía que podía resultar algo divertido, pero no imaginé que
tanto. Además, mi madurez como escritora se refleja desde la primera página. No
me extrañaría que ganara algún premio o me saliera un marido o algo. También
se está hablando mucho de la posibilidad de llevarla al cine. Yo ya se lo he
dicho a Ridley Scott. Le he dicho: “Mira, Ridley Scott, tú si tanto te empeñas,
hazla. Pero que sea una superproducción, nada de una serie Z, ¿me entiendes?“. Y me ha dicho “¡Yes,
yes! ¡Of course!“. Y yo confío mucho en Ridley Scott.
J.S.- Pues que sepas que Ridley Scott es uno de mis
directores favoritos. La historia se ubica en Cáceres, concretamente en
Sierra de Gredos, aunque harás también referencias a Murcia y Madrid. Lo de que
se desarrolle en Cáceres se podría interpretar como un homenaje a tu tierra, pero ¿Por
qué Murcia y Madrid y no otras zonas de nuestro país?
D.E.- Son lugares que significan mucho en mi vida. Madrid
es mi hogar de adopción, y Murcia el de la que fue mi familia política. En
ambos sitios he pasado momentos inolvidables, y quise hacer mención en mi
novela, aunque la historia como tal transcurre en la Extremadura paleolítica.
La historia respeta los protocolos de la novela prehistórica tradicional, así
que está muy bien documentada. Pero a la vez es un libro de humor que
extrapola la sociedad y las problemáticas actuales a esa era troglodita. Es un
disparate absolutamente encantador. Ya se ha convertido en la biblia personal
de mucha gente, y en el libro de cabecera también. Por algo será.
J.S.-
La
novela salió
a la venta el 15 de Diciembre a la venta, ¿Dónde la pueden adquirir tus
seguidores y lectores en general?
D.E.- Ahora mismo está a la venta en
muchas librerías, en toda España. Y para aquel que no tenga acceso, siempre
puede entrar en Internet y la recibirá en su casa. Ahora es el momento propicio
para hacerse con ella. Son casi 500 páginas de petardeo cavernario. Una historia
realmente divertida, ácida, satírica, pop, pura narrativa posmoderna. No se
puede pretender ser socialmente alguien, y no tener mi libro en casa. Es el test
del algodón del postureo cool. Yo a veces me sorprendo de haber escrito algo tan bueno,
y hasta me da como miedo. Es como si estuviese poseída por el espíritu de los
mejores escritores de todos los tiempos.
J.S.- ¿Qué proyectos alberga la mente de Didí o su creador, para este año 2015?
D.E.- Me
seduce mucho unirme a la Yihad Islámica, pero visten fatal y además no entiendo
nada de qué van, y me da pereza. Lo más probable, como soy muy moderna y estoy
siempre a la última, es que sufra un brote de pánico escénico y no pueda actuar
hasta que lo supere. Mientras tanto seguiré escribiendo. Qué remedio. También
puede que le pegue una paliza a alguien. Total, luego pagas 300 € en Plaza de
Castilla y solucionado. A lo mejor pago 600 € y le pego dos palizas y me quedo
más a gusto.
J.S.- Y como siempre, mi última pregunta. ¿Qué te hubiera
gustado que te preguntara y no he hecho?
D.E.- Lo
de que si la tengo grande. Ya te digo de antemano que sí.
J.S.- Yo nunca pregunto por los apéndices de nadie y menos de la nariz. Cada
uno tiene la suya – Risas.