J.S.-Un nuevo escritor se acerca
al blog. Su nombre Lucas Jurado Marín, cordobés de 29 años y licenciado en
Historia.
Lucas, siempre empiezo con
algunas preguntas personales y la primera que se me ocurre es: ¿Cómo es Lucas
en su día a día?
L.J.- Lucas es una persona de
gustos sencillos, es un hombre de rutinas al que siempre le acompaña su perro
Isidrito, no soporto el maltrato a los animales. Me puedo pasar las horas
escribiendo relatos cortos donde plasmo mis pensamientos más abstractos,
eróticos o bien investigando a alguna familia. Estoy concienciado con la
Memoria Histórica, pienso que es fundamental poner en valor el pasado para
avanzar hacia un futuro más pleno. No podría vivir en un mundo donde no haya
avances en la tecnología creo que es uno de los grandes avances del hombre
actual.
J.S.- Si hubiese un recuerdo de
la infancia que te gustaría volver a vivir. ¿Cuál sería?
L.J.-Me encantaría volver a vivir
mi época de parvulario, recuperar aquella inocencia que tarde o temprano
perdemos con la edad.
J.S.- ¿Qué valor le das a la
amistad, a la familia y al amor?
L.J.- La amistad al contrario que
la familia, la podemos elegir. Tengo pocos amigos, pero los pocos que tengo son
de calidad y siempre han estado apoyándome cuando los he necesitado. Por
curiosidad diré que mis amigos son todos mayores que yo. El amor es un
sentimiento que descubrí hace relativamente poco tiempo, estuve perdidamente
enamorado de un chico, pero aquello duró lo que un hielo en un vaso de whisky,
he de decir que no he vuelto a creer en el amor.
J.S.- ¿Por qué la Licenciatura de
Historia y no otra profesión?
L.J.- La Licenciatura en Historia
no fue mi primera opción cuando empecé la Universidad, lo fue Filología
Inglesa, pero entre unas cosas y otras, asistía muy poco a clase y era un
desastre. Al año siguiente comenzaría Historia, y aquí casi ocho años después tengo
un título universitario. Bien es cierto que desde niño me ha atraído todo lo
relacionado con el pasado. Con diez años hice mi primer árbol genealógico. Me
fascina todo lo antiguo, documentos, imágenes, cine... por tanto me siento
Historiador, porque no es Historiador aquel que tiene una licenciatura, sino el
que produce, trabaja por un futuro mejor en base al pasado que nos une.
J.S.- Entre otras muchas
aficiones la Genealogía es una de ellas. ¿Qué es lo más importante para
involucrarte en el estudio y seguimiento de la ascendencia y descendencia de
una persona o familia?
LJ.- La genealogía como bien
dices, es una de mis aficiones y la considero una disciplina básica que
cualquier Historiador debería de tener unas nociones básicas. En mi caso
comencé reconstruyendo la familia de unos primos de mi abuelo materno, y una
persona te lleva a otra y es un no parar. Los diferentes Archivos que he
manejado me han dado una experiencia que difícilmente habría podido adquirir en
otro lugar.
J.S.- Confiesas que te apasiona
sumergirte entre archivos buscando todo tipo de documentación. ¿Fue este el
motivo que te llevó a escribir “Identidad”?
L.J.- Soy muy curioso, me gusta
llegar a la raíz de la cuestión, es por ello que mi árbol genealógico no está
terminado, siempre encuentro un motivo o alguna persona que me empuja a seguir
adelante con él. Gracias a mi perseverancia tengo un archivo personal de bastante
calidad con documentos de diversa índole. “Identidad” surge por la necesidad de
darle un reconocimiento y devolverle la dignidad a aquellas personas que por
diversos motivos tuvieron que guardar su verdadera identidad en silencio. Es
cierto que para Identidad me moví por diversos archivos, especialmente para
documentar el caso de Fernando Martín, tuve que recurrir a Instituciones
Penitenciarias y al Archivo Municipal de Córdoba.
J.S.- ¿Divulgar tu condición
sexual a través de la escritura, como has afirmado en alguna ocasión, fue lo
que te decidió a dar el paso y exponerlo con libertad ante la familia y los
amigos?
L.J.- Salí del armario - término
que no me gusta emplear- en marzo de
2011, mi familia y amigos saben que soy homosexual, de hecho desde que lo hice
público, no se lo he vuelto a ocultar a nadie. Siempre se pierde a gente por el
camino y ese ha sido mi caso, pero quien realmente te quiere como eres
permanece a tu lado seas gay o heterosexual.
J.S.- “Identidad” es tu primer
ensayo publicado con Editorial La Calle,
donde hablas abiertamente de todos aquellos que vivieron la represión
franquista en su piel, ocultando su verdadera identidad por miedo a ser
encarcelados o recibir tratos inhumanos que se practicaban en aquellos tiempos.
Desde que muriese el dictador a nuestros días, han sido varias las biografías
sobre personajes gays, relevantes de la época, que han escrito sus historias e
incluso algunas obras llevadas al cine o teatro. ¿Qué aporta tu ensayo de nuevo
que aún no se sepa de aquellas décadas de oscuridad?
L.J.- “Identidad” es un ensayo
arriesgado, si te das cuenta comienzo con una serie de teorías acerca de la
homosexualidad, algo de legislación y
después doy paso a las entrevistas. He tratado de dar un enfoque diferente, no
son entrevistas al uso sino que he pretendido elaborar un relato con lo que me
han ido contando. Finalizo con un epílogo donde cuento en primera persona el
acoso escolar al que fui sometido, con esto quiero hacer ver al lector como la
represión no siempre nos viene impuesta por la legislación, sino que también
puede venir de personas de nuestro entorno y con ello forjamos una personalidad
algo retraída y solitaria.
J.S.- ¿Cuál ha sido la acogida
que ha tenido la obra donde la has presentado y quienes la han podido ya leer?
L.J.- La acogida ha sido muy
buena, la presentación en Córdoba fue en la Librería Beta el 26 de septiembre
de 2014, me sentí arropado en todo momento tanto por la gente de la editorial
como por los asistentes, entre los cuales había gente que me dejó perplejo con
su asistencia. La primera persona en leer Identidad fue mi madre, también fue
la primera en enterarse del acoso que sufrí en silencio. En dicha presentación
hubo más de 40 minutos de firma de ejemplares,
es un día que jamás olvidaré, incluso vino de Jerez un Ciber amigo al
que pude ponerle rostro, además de todos mis amigos, no faltó nadie.
J.S.- En la presentación que
hiciste en la Fundación 26 de Diciembre aquí en Madrid, tras presentar la obra
y comenzar la tertulia, por cierto muy interesante, muchos de los presentes te
dieron consejos sobre a qué personas deberías entrevistar para una nueva obra,
o segunda parte de “Identidad” ¿Existe ese proyecto en tu mente?
L.J.- Buena pregunta, por mi
parte estaría dispuesto a una segunda entrega de Identidad, habría que saber
qué opina la editorial al respecto. En ese caso, no me centraría exclusivamente
en la homosexualidad, sino que trataría otras minorías como los transexuales,
los cuales fueron duramente reprimidos al igual que los homosexuales o las
lesbianas.
J.S. Aunque en “Identidad” hables
de personas que vivieron en unas décadas de oscurantismo en España, hoy en día
la forma de actuar de los jóvenes y no tan jóvenes gays son muy variadas a la
hora de “salir del armario” Algunos opinan que aún es complicado hacerlo
dependiendo en que ciudad uno reside, otros que es cuestión del carácter y las
ganas de sentirse libre de uno mismo, los hay quienes piensan que el entorno
familiar es clave y quienes prefieren mantenerlo oculto para librarse de
sufrimientos inútiles. ¿Cuál es tu opinión al respecto?
L.J.- Es cierto, el entorno y la
familia son elementos fundamentales a la hora de salir del armario, al menos
ese fue mi caso, pero no por la familia, que sinceramente me da absolutamente
igual lo que piensen al respecto, sí el entorno que no era nada favorable y
ello me hizo esconder mi identidad. No conozco a ningún joven cuyos padres se
hayan sorprendido por la homosexualidad de sus hijos. Una amiga mía lo sabía
sin que yo le hubiera dicho nada, de hecho no era la única, creo que en mi caso
la sorpresa fue más mía que de los demás.
J.S.- Además de este ensayo
publicado me has confesado que tienes alguna novela de corte erótico. ¿Tienes
pensado publicarla y que tema o temas tocas en dicha novela, que nos puedas
adelantar?
L.J.- Mi novela de corte erótico
es muy importante para mí, en ella doy rienda suelta a mi imaginación,
recreando en entornos reales situaciones de lo más variopintas, por una serie
de razones, suelo ser muy desinhibido a la hora de tratar ciertos temas, y
escribir me hace ordenar mis pensamientos. Sí, tengo pensado publicarla, no la
escribí para quedar convertida en un fichero de texto, la estoy moviendo por
varias editoriales a ver si hay suerte. En ella trato la heterosexualidad,
homosexualidad, bisexualidad, travestismo... de todo un poco. El personaje
central es "Maruchi" una mujer de unos cincuenta años, que ha vivido
junto a su cuñada "La Perra" toda clase de aventuras, desde la compra
del primer vibrador a la primera orgía en un bar de copas...
J.S.- ¿Cuáles son tus proyectos
de futuro?
L.J.- Encontrar mi lugar en el
mundo, formar una familia y si es posible vivir de la investigación o de algo
relacionado con la cultura, pero tal como están las cosas lo veo muy difícil
tanto o más que el independizarme. Por supuesto espero poder seguir escribiendo
obras que sean de utilidad para una sociedad cada vez más antisocial.
J.S.- Y para terminar no podía
faltar mi pregunta de oro – Sonrisas - ¿Qué te hubiera gustado que te
preguntara y no he hecho?
L.J.- Me has preguntado todo
cuanto pueda ser de utilidad para quien no me conozca y poder ofrecer una
visión general de mi persona.
J.S. Ha sido un auténtico placer
contar con un nuevo escritor, pues el panorama para los nuevos escritores está
siendo muy complicado. Desgraciadamente vivimos en un país que se lee poco
y para mayor desgracia se piratea mucho,
sin darse cuenta, quien lo hace, el daño
que con ello provocan a la literatura y a los autores, pues aunque muchos
escritores no vivimos de las ventas de nuestras obras, sí ayuda a poder seguir
escribiendo. Si por cualquier trabajo,
como es normal, se exige una retribución económica por el esfuerzo y el tiempo
empleado, que nadie dude, que escribir un libro, es un trabajo tanto o más duro
que el que pueda ejercer quien piratea un libro.