Cuando bajé del avión lo primero
que me impactó fue pasar por la aduana… Eso de que tengas que hacer cola para
que casi te hagan una foto y comprueben que tu cara coincide con la del
pasaporte y te hagan la pregunta de rigor: ¿Motivo de la visita? ¡En fin! Pero se te olvida cuando sales fuera
y te sumerges en el paisaje que te rodea.
¿Qué es lo que más impacta país al turista?
Es como viajar a otra época: los
coches de los 60, las casas, las calles llenas de música y de olores a comida…
A pesar de la pobreza y de las malas condiciones en las que se encuentra la
mayoría de los edificios, es bonito ver
el colorido y la sensación que tienes al pasear por las calles y oír música por
todos los rincones.
Fuimos a Viñales y Pinar del Río.
En Viñales es típico visitar la Cueva del Indio y el Mural de la Prehistoria. Creo
que es algo que hay que ver. La verdad que esto último me impactó mucho. Además,
hay un paisaje y una vegetación impresionante.
Pinar del Río es un pueblo muy
pintoresco y te hace retroceder en el tiempo.
El hotel nos ofrecía, además,
todo tipo de excursiones por la Habana, pero decidimos alquilar un taxi que nos
hizo de guía por toda la ciudad durante toda una mañana.
A los amantes de los coches
antiguos les encantará la Habana. Es algo increíble ver todos esos coches. Es
como estar dentro de una película.
También estuvimos en Varadero. ¡Qué
playas! Hicimos una excursión en catamarán a Cayo Blanco, una isla con aguas
cristalinas y arena blanca donde, como no, comimos langosta. Buenísima, por
cierto. También nadamos con los delfines. Esa, creo que ha sido la experiencia
más bonita que he tenido. Bueno, la segunda, si contamos con el nacimiento del
peque – risas.
¿Qué nos puedes contar de su
cultura y tradiciones?
En cuanto a la cultura y tradiciones impacta ver la cantidad
de carteles que había sobre la revolución. Por las calles, sobre todo la gente
mayor, va vestida con ropa tradicional y te encuentras con los puros humanos, con
los que te puedes hacer una foto a cambio de un euro, y por supuesto la música
está muy presente en el día a día. Su mayor tradición, tal vez, es la elaboración
de los puros habanos, aprender bailes en academias, cantar en orquestas por
bares y por las calles y algo curioso, es que van a la playa todos en familia.
El comportamiento de los
autóctonos en algunas ocasiones me sentí agobiada. Te paran por la calle y te
piden cosas. Muchas veces son cosas que no necesitan y ves que ya es una
costumbre. Cuando visitamos pueblos del interior, llevamos cosas para los niños
(libretas, colores, algunas piezas de ropa, jabón…) La verdad que allí no nos
pedían nada y cuando les dabas algo, nos lo agradecían mucho.
En cuanto a la comida, hay que
decir que todo lo acompañan con arroz o de plátano frito. Es típico comer
langosta o pescado. También es típico ir a los Paladares, que son casas
particulares que hacen de restaurante. ¡Es toda una experiencia!
Como no, es visita obligada ir a: La Floridita a probar los
Daikiris y la Bodeguita del Medio a beber los mojitos. También pasear por el
malecón y ver un espectáculo. Nosotros estuvimos cenando en el Café Parisien
mientras veíamos su espectáculo. ¡Fue estupendo!
¿Aconsejarías el viaje a tus
amistades? ¿Por qué?
Si, lo recomendamos, aunque
nuestro viaje favorito, fue a Egipto, donde te conocimos a ti. Aquel viaje no
lo olvidaremos jamás. Nos lo pasamos muy bien el grupo que formamos entre
nosotros, pero bueno, como me dijiste que hablarías tú de él, lo hago de Cuba,
que reúne: lugares de interés, paisajes únicos, naturaleza, buena comida, buena
bebida y buenos hoteles. El trato, excelente.