Una
vez más el Orgullo Gay ha pasado por Madrid. Lo que puedo comentar al respecto, de momento y
tras llegar a casa en estos precisos instantes, es que me he divertido. Me lo
he pasado bien y el desfile ha estado genial. Con más de 1.000.000 de personas
provenientes de otras autonomías y de muchos países, el ambiente era de
fraternidad entre Gays, Lesbianas, Bisexuales, Transformistas, Transexuales y
no olvidemos que muchísimos Heterosexuales. Todos con un fin, pasar una gran
tarde de verano en una fiesta sin igual envidiada por otros países por su
organización y despliegue, y que pese a las adversidades, continúa en píe y
esperemos que por muchos años.
A destacar un punto negativo, la
tardanza en la salida. Estaba previsto para las 6 de la tarde y comenzó pasadas
las 7. Por una parte era entendible, el calor era insoportable, pero tenían que
pensar, que si para ellos era asfixiante, para los que esperábamos también.
Creo que esto se puede solucionar otros años, convocando a una hora que sea
buena para todos. Por lo demás, el recorrido corto, pero a mi jucio, positivo, pues se disfrutaba de muchas zonas de sombra, provocadas por los árboles, y no ha desmerecido nada. Los
organizadores serán los que tienen la última palabra.
Con respecto a la fiesta en
Chueca, me ha dejado un poco flojo. Bien es cierto que este año, más que nunca,
existían varias fiestas multitudinarias. Cada año son más y eso hace que merme
la asistencia a la zona en concreto, y sobre todo el haber eliminado templetes
históricos sistemáticamente: primero fue el de la Plaza Vázquez de Mella, continuó con los conciertos mudos en la Plaza de Chueca y este año le ha tocado también al de la Calle Pelayo. El impedir sacar barras a la
calle, o el cierre a unas horas que parecen de parvulario. Aquí serán los comerciantes, también, los que tienen la
última palabra.
El desfile y la gran fiesta, la
más grande que tiene esta ciudad de Madrid, como siempre ha estado empañada por
el consistorio del ayuntamiento y por supuesto por su máxima responsable, “La
ilustrísima alcaldesa” que cada día, se gana más votos de odio de sus
habitantes y de los que vienen de fuera. Es intolerable tener que tragar con
tanta vejación y sobre todo con tanta prepotencia como tiene esta… Es que
llamarla señora me cuesta mucho, lo siento, pues tengo un gran respeto hacia
las mujeres y también hacia los seres humanos, algo que ella no demuestra, sino todo lo contrario.
Su afán está claro que es
destruir esta fiesta. Elimina conciertos, quita templetes como el antes
mencionado, no permite sacar barras a la calle a los comercios, cuando es lo más normal en las grandes fiestas a lo largo y ancho de este país, provocando que
la gente no pueda tomar nada fresco, y si lo hace, como se ha visto, a golpe de botellón, ¡pues que viva el botellón!, ya que entrar en los locales era imposible. Cambios de
última hora de la actuación de fin de fiesta tras el término del desfile en
Cibeles, reducción de horarios, y un largo etc. http://www.eldiario.es/sociedad/Orgullo-Gay-Ayuntamiento-Madrid-Botella_0_150835105.html
Me da mucha pena, que por una
mala gestión, por un personaje al que nadie ha votado y que está sentado en el
sillón de la alcaldía, Madrid pueda perder la mayor de las fiestas de esta
ciudad y la que más ingresos genera.
Como ya dije en un comentario en Facebook: Simplemente, a este personaje
mal salido de una pesadilla, la deseo que el bumerán de la vida, la devuelva
multiplicado por 1000 todo el daño, toda la intolerancia, toda la prepotencia,
toda la altanería y sobre todo, lo sinvergüenza que se puede llegar a ser con su
comportamiento de cobardía, escondiéndose y dejando que otros resuelvan la
papeleta, y éstos negando los que otros habían aprobado.
En fin, un año más el Orgullo ha
llegado a su fin, la gente se ha divertido y la convivencia entre todos ha sido
un acto de unidad. Sí, porque al Orgullo de Madrid, es de todos y para todos. Pues no vienen sólo personas
relacionadas con el movimiento LGTB, como he dicho antes, sino muchísimos heterosexuales.
Que la
Botella abra ya los ojos, que los únicos homófobos son ella y sus secuaces. Menos comulgar con los santos, que no la van a salvar actuando como actua, y más respeto con sus ciudadanos y con los visitantes.