Hoy ha fallecido una gran
profesional, de la que todo el mundo habla por los diversos medios de
comunicación y redes sociales: Concha García Campoy, y con ella van… Muchas
personas que hemos conocido por los diversos medios: TV, Cine, Teatro… No voy a
hablar de ella en este comentario, pues lo que deseo también es recordar que
cada día nos dejan muchas personas conocidas o queridas que tenemos a nuestro
alrededor, y aunque son preguntas que me hago frecuentemente, cuando llegan
casos como el de hoy, de una mujer luchadora contra su enfermedad y muriendo
tan joven, como tantos seres en nuestro planeta, me pregunto. ¿Por qué el ser
humano sigue empecinado en hacer tan complicadas las cosas sencillas de la
vida? ¿Por qué algunas personas, sabedoras de que un día se irán con los brazos
cruzados, continúan en su empeño de alcanzar mayor poder pisando a los demás? ¿Por
qué acumular riquezas cuando al final iremos con un simple traje en una caja de
madera? ¿Por qué dañar con palabras a otro ser humano, cuando todos tenemos un
corazón que lucha y sufre como los demás? ¿Por qué…? Son muchas preguntas y son
preguntas sin respuestas, pues hasta que el hombre no sea consciente de que
todos miramos con dos ojos, escuchamos con los oídos, hablamos a través de
nuestras cuerdas vocales, nos movemos por los impulsos de nuestro cuerpo y
cerebro. Hasta que el hombre no se dé cuenta de que su existencia sería más
dichosa si nos acercáramos a nuestros semejantes, si habláramos con ellos sin
miedos, les escucháramos cuando necesitan ser oídos, les hagamos brotar una
sonrisa o simplemente compartamos un saludo o un abrazo, les tendamos la mano
cuando lo necesitan si está a nuestro alcance. Si nos comportáramos, en
definitiva, como seres humanos; pero es que la palabra humanidad ha dejado de
tener valor para una parte determinada de la sociedad en estos tiempos, pues
ahora lo que prima es el Yo por encima de los demás. Y no, mis queridos amigos.
El Yo, es el de todos y cada uno de los seres que habitamos en este planeta
Tierra.
Aprendamos a respetar, compartir, sentir, querer,
amar, pues es lo único que nos llevaremos en la maleta en ese último viaje.
Sí, hoy estoy un poco
hipersensible y he tomado este fallecimiento como desahogo, y expresar uno de
mis pensamientos con total libertad, como suelo hacer en tantas ocasiones.
Os deseo a todos mucha felicidad
y a Concha García Campoy que descanse en paz.
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