COVADONGA GONZÁLEZ-POLA JAQUETE |
Hoy
entrevisto a una mujer como tantas que no la gusta perder el tiempo: Es ambientóloga,
imparte talleres gratuitos a través de Internet en Talleres Literarios Online y
tiene su propia asesoría para ayudar a los escritores noveles a comenzar sus
carreras literarias, colaboradora de la revista Culturamas… Ella es Covadonga González-Pola Jaquete.
J.S.-
Bienvenida Covadonga a esta tu casa y como siempre hago algunas preguntas
personales para que te conozcan los lectores el blog. Todos tenemos un sueño
cuando somos niños ¿Con qué soñaba Covadonga de pequeña?
C.G.-
Hola Javier y muchas gracias. ¡Yo creo que casi la pregunta sería con qué no
soñaba! Siempre estaba inventando historias, organizando juegos y deseando
vivir alguna aventura, esperando que sucediera algo mágico y divertido. ¡Y creo
que casi sigo igual a estas alturas!
J.S.-
¿Fuiste una adolescente inquieta, me explico, de estar mucho en la calle con
los amigos, divertirte… o por el contrario te gustaba más la tranquilidad?
C.G.- Un poco de las dos…si miro atrás no he sido
la adolescente más rebelde, pero sí viví la edad del pavo con intensidad.
Aunque disfrutaba también de momentos de tranquilidad, porque me gustaba estar
siempre enganchada algún libro.
J.S. La
familia, la amistad y el amor. Algunos
de mis temas favoritos. Me gustaría que clasificaras estas tres palabras en
orden de importancia y el por qué.
C.G.- La familia en primer lugar. Porque tengo una
familia enorme y nos ayudamos mucho los unos a los otros. La amistad creo que
iría después, ya que uno siempre debe tener un amigo que responda al otro lado
del teléfono cuando las cosas no van también. El amor lo pondría al final
porque cada vez es más rara avis y
porque en general creo que tanto la amistad como el amor, si son sólidos y
auténticos, llegan a ser parte del concepto de familia.
J.S.-
En tu currículum reseñas que eres ambientóloga y experta en sostenibilidad.
¿Qué te atrajo involucrarte en esta especialidad?
C.G.- Esos momentos en los que crees que puedes
cambiar el mundo. Me atraía la idea de ver cómo se intentaba lograr desde
los grandes despachos. Aunque debo
admitir que me decepcionó ver la realidad de esto, pero creo que todos debemos tomar conciencia de su importancia.
J.S.- Tu
familia es del norte, concretamente de Asturias, donde aunque todavía parezca
increíble hay zonas no contaminadas, como sucede en mi tierra cántabra. En la
actualidad vives en Madrid. ¿Qué crees que se debería hacer en esta bendita
ciudad para tener un aire más respirable?
COVADONGA GONZÁLEZ-POLA JAQUETE |
C.G.- Creo
que hasta que no tengamos una cultura ciclista de verdad no podremos despejar
la ciudad de humos. Y, aun así, es una ciudad demasiado grande para ir siempre
pedaleando. Concienciar a los conductores, dejar espacios reservados para las
bicicletas en el transporte público, crear más carril bici y endurecer las
multas por el robo de bicicletas… creo que sería un buen comienzo.
J.S.-
Además de tu trabajo diario, eres una gran amante de la literatura. Luego
hablaremos en tus dos obras, pero antes me gustaría que nos contaras qué te
llevó a fundar Talleres Literarios Online y qué te aporta.
C.G.- Me
gusta escribir desde siempre y me encontraba muy perdida en cuanto a qué hacer. No todo el mundo tiene oportunidad de
apuntarse a cursos de escritura ni de
ser leído, así que pensé que esta era una forma de hacer la escritura accesible
a todo el mundo, allí donde estuvieran, por medio de vídeos y pequeñas clases
siempre disponibles en Youtube. Además, a esto se la ha añadido el trabajo de la asesoría
personalizada de autores, un proyecto en el que trabajo personalmente con
escritores de todo el mundo y que me permite vivir con ellos las ilusiones de comenzar a escribir.
J.S.- En
esta plataforma tienes cerca de 11 000 seguidores. ¿Quién se puede acercar a
uno de estos talleres y cómo se debe de hacer por si algún lector estuviera
interesado?
C.G.- Simplemente
entrar en www.talleresliterariosonline.com
o buscar en Youtube “Talleres literarios
online”. Puede suscribirse al canal y
también a nuestra lista de correos. Acabamos de lanzar la primera
newsletter del escritor, y lo seguiremos haciendo cada mes con contenido
exclusivo.
J.S.- Entrando
en tu faceta de escritora, entre tus relatos, dos de ellos han destacado sobre
los demás. El primero “Yo soy el Anticristo” que ganó el premio del público y
que es una precuela de tu primera novela. El segundo relato “Vampiros en La
Habana” ha sido publicado en la antología: Bestiario de lo sobrenatural I Homenaje a John William Polidori. ¿Qué
sentiste ante tal reconocimiento, primero como ganadora y segundo viendo un
relato publicado en una antología con otros autores?
C.G.- La
verdad es que no me esperaba ninguno de los dos. Yo soy el Anticristo es una
pequeña precuela de mi primera novela y quedé muy agradecida de recibir tantos
votos.
Vampiros
en La Habana estaba pensado para una antología de relatos basados en la
mitología y la crónica negra de Asturias y al ver la convocatoria decidí probar suerte.
Así que
ahora, además de ahí, podréis encontrarlo a partir de marzo en la obra para la
que fue pensado: “El Hombre del Vestíbulo. Relatos de lo mágico y lo oculto en
el corazón de Asturias”. Estoy deseando presentarlo.
J.S.- Cuéntanos un poco más sobre
esta antología y el porqué de su nombre.
C.G.- Se trata de un
replanteamiento de todo lo que puede parecer legendario, mágico y oculto en la
cultura de Asturias. Son relatos documentados en distintos lugares y fuentes,
persiguiendo leyendas y aprendiendo sobre la crónica negra de distintas
localidades. Así, podremos ver al vampiro de Avilés, pero también al cuélebre,
al diablo, a las xanas y otros muchos, a través de historias más modernas y
pensadas para un público joven-adulto para poder hacerlas más accesibles a
distintos lectores.
El título de la obra se debe a
una historia, contada tanto por mi tío César como por mi abuelo antes de él. Mi
abuelo vivió de pequeño en el Palacio de Siero y todos los habitantes de la
casa veían de vez en cuando a un señor en la entrada, apoyado en la ventana.
Cuando volvían a mirar no estaba. Y así acabaron llamándole. Si queréis saber
qué fue de él tendréis que leer la historia :)
J.S. – Pero no es la primera vez que escribes
sobre Asturias.
C.G.- Cuando tenía unos trece
años escribí una pequeña novela de aventuras
ambientada en Llanes, donde una
pandilla de amigos iba en busca de un tesoro. Los
Cazatesoros de Llanes, se llama. Tras darle una vuelta hace un par de años,
la Casa del Cultura de Llanes mostró interés y editamos el libro para
presentarlo allí y más tarde en la Feria Infantil de Libroviedo.
J.S.
Sobre tu primera novela “El gen. Las ruinas de Magerit” que los lectores pueden
leer La Crónica– Crítica Literaria en este mismo blog que te dedicó David Villa,
dices “Sobrevivir al fin del mundo es algo tan cruel como paradójico. ¿Qué
sucedería si la Humanidad se viese destruida por culpa de su propio poder, qué
pasaría si finalmente todo el progreso acumulado y el egoísmo de las personas
por conseguir su propio bienestar se viesen revertidos, y acabasen con nosotros
tan rápidamente como podemos chasquear los dedos?” Muchas historias hemos
leído sobre el fin del mundo y el cine se nutre cada determinados años de
varias películas, pero siendo realistas ¿Crees que el ser humano tiene el poder
de destruirse a sí mismo o como animal racional que es, ese raciocinio se lo
impediría como escudo de defensa?
C.G.- Yo creo que ya nos estamos
destruyendo poco a poco desde hace mucho. Lo que sucede es que, además de esto,
somos muchos los que luchamos por hacer de este mundo un lugar mejor y, por
eso, más o menos, la balanza se
equilibra.
J.S.- Como suele suceder en las
novelas de catástrofes, surgen los héroes y los villanos, luchando entre ellos
por conseguir el poder y el restablecimiento de la ciudad, el país o el mundo.
En tu novela los “héroes” son unos niños que se han adaptado a la situación y
que se distinguen por llevar una marca blanca en el costado. ¿Quién crees que realmente ante una
hecatombe total, lograrían sobrevivir y restablecer una nueva sociedad más
justa, los poderosos con su dinero, o las mentes lúcidas y trabajadoras?
C.G.- Pues decía Darwin que la
especie que sobrevive no es la más
fuerte, sino la que mejor se adapta al cambio. Según cómo fuera ese nuevo
lugar, el dinero podría valer todo o nada. Así que más bien diría que
sobrevivirían al fin del mundo personas que tuvieran una mezcla de buena suerte
y de haber sabido jugar bien sus cartas, ya sean de poder o de inteligencia.
J.S.- Hay una frase que suelo
decir en muchas ocasiones cuando veo a los niños jugando y derrochando energía
“Juventud divino tesoro” ¿Piensas que la juventud es un tesoro que ellos mismos
no saben valorar en nuestros tiempos?
C.G.- Creo que a veces se nos va
de las manos y salimos a los treinta años como si tuviéramos veinte. Pero
también es cierto que afortunadamente ya no hay una sola manera de vivir la
vida y que podemos vivir cada uno como
deseemos. Que se parece más a la juventud que antes, pues bueno, cada uno debe
elegir cómo vivir su vida con autenticidad.
Si el alma te pide seguir joven, yo creo que es un regalo.
J.S.- Muchos son los que temen la muerte por no saber si hay algo más
allá. Muchos son los que temen la muerte y piensan si habrá un cielo o un
infierno, un Dios misericordioso o un Diablo que les sumirá en el fuego eterno.
Mucho se habla, sin ser la muerte, del Anticristo y de ese infierno. En muchas
ocasiones hablando con amigos, he dicho que el verdadero infierno lo estamos
viviendo en vida y que el Anticristo está con nosotros a través de la política,
la religión y la economía. ¿Cuál es tu visión ante lo que estamos viviendo en
estas últimas décadas, por no profundizar más en el pasado?
C.G.- La verdad es que tengo una
visión pesimista, pero siempre me esfuerzo por ser positiva. Pasan cosas
terribles, no lo vamos a negar, y hay mucho sufrimiento, pero eso no implica
que no vayamos a salir adelante. Cuando algún amigo está flojo le digo que
recuerde que desciende de alguien que sobrevivió a la peste negra.
Yo creo que si Europa salió de aquello con muchos menos recursos, ahora podemos con mucho más. Tenemos más
tejido social y realmente es muy difícil que perdamos por completo la esperanza
y las ganas de luchar.
J.S.- En tu novela, la búsqueda y
la posesión de los últimos pozos de agua, es una de las grandes prioridades.
Además del agua, bien necesario para la supervivencia del ser humano ¿Cuáles
serían para ti necesidades imprescindibles para sobrevivir?
C.G.- Pues aquí podríamos hablar de
la pirámide de Maslow y las necesidades. Sí que creo que sin tener unos mínimos
cubiertos es imposible ser feliz. Pero a veces olvidamos que sin contacto
humano tampoco podemos vivir, por lo que y abogaría por un mundo con más
encuentros personales, más abrazos y menos Selfis.
J.S.- ¿Tienes proyectos de
futuro, además del lanzamiento de esta antología sobre Asturias?
C.G.- No parar es siempre mi
objetivo. Ahora estoy revisando la segunda parte de “El gen” y también
preparando una antología de relatos feministas, de la que aún no voy a contar
mucho, pero que, aunque me está dando
grandes quebraderos de cabeza, puede darnos un punto de vista muy útil y actual
para reflexionar.
También podréis ver dentro de
poco mi participación con un relato en la antología “Chikara: el poder de la
naturaleza”, una recopilación de
relatos de género greenpunk inspirados en la filosofía de Hayao
Miyazaki.
J.S.- Pregunta que siempre hago a
todos mis invitados. ¿Qué te hubiera gustado que te preguntara y no he hecho?
C.G.- Déjame pensar… ah, sí… ¿me
dejas que te invite a un cachopo? Risas.
Creo que no te has dejado nada en
el tintero, la verdad.
J.S.- Acepto dicha invitación. Toda la gastronomía de nuestro
maravilloso país me encanta y un plato asturiano, no se puede rechazar, más
siendo yo de Cantabria, aunque viva ahora en Madrid. ¡Con lo que me gusta a mí
comer! – Risas