Más
allá de la escena, experiencias singulares y diversas que complementan la
programación del 41º Festival de Otoño
El Festival de Otoño de
la Comunidad de Madrid quiere consolidar la relación con su público a través de
una serie de actividades que “van más allá de la mera exhibición de obras de
diversa índole, con la vocación de ser también un lugar de encuentro,
imaginación y pensamiento al calor del acontecimiento escénico”, en palabras de
su director, Alberto Conejero. Experiencias singulares e inolvidables que
buscan afianzar una idea de programación que se expande aprovechando el cúmulo
de sensibilidades diversas que se dan cita entre el 9 y el 26 de noviembre,
tres semanas intensas en las que pasará por Madrid y provincia una gran muestra
del actual panorama nacional e internacional.
Procesos creativos que
se abren a la mirada del público, proyectos comunitarios con marcado acento
popular, poesía y celebración, presentación de libros y el regalo de las
experiencias contadas por los propios artistas en diálogo con sus
contemporáneos. No todo es programar espectáculos que pasan sin más por los
escenarios, sino que estas otras experiencias del Festival de Otoño, como dice
Conejero, también “nos incitan a mirarnos de otro modo, a imaginarnos de otro
modo, a descubrir que basta un gesto inesperado para que se abran nuevas
posibilidades de vida”.
Mucha
Muchacha, la sierra madrileña y el folklore
Descentralización de la
cultura y dinamización del territorio. Esos son los ejes sobre los que bascula
un proyecto de creación colectiva que, bajo el título Seré folklore,
van a llevar a cabo las componentes de la compañía de danza Mucha Muchacha con
jóvenes de la Sierra Norte madrileña. Durante cuatro semanas, se reunirá a un
grupo de personas para trabajar en torno a los conceptos de rito y pregón, tan
apegados al folklore. Se tratará de pensar y crear a partir de la creación del
rito, para crear entre todos el rito contemporáneo, el rito de hoy y ahora,
desde lo más abstracto a lo más concreto.
Si bien la temática y
las claves de partida las pone Mucha Muchacha, son los participantes los que
elaborarán contenidos y materiales a partir de todo aquello que ellos mismos
tienen que contar, de lo íntimo y lo privado, para que sea escuchado por sus
coetáneos y para dejar una huella artística y popular en el futuro. ¿Qué es
folklore para los jóvenes de hoy? ¿Qué dirían en un pregón dejado en herencia
al porvenir? Para acercarse a posibles respuestas a esas preguntas, los
participantes trabajarán desde la palabra, la música, el vestuario y el cuerpo.
Contarán además con visitas en algunos días del proceso de otros artistas o
artesanos que ampliarán su mirada de forma caleidoscópica. El resultado final
de esta propuesta podrá verse en La Cabrera el fin de semana del 18 y 19 de
noviembre.
Mucha Muchacha es un
colectivo experto ya, a pesar de su juventud, en trabajar esos imaginarios
pasados para la generación del futuro, construyendo un deseo a partir de la
tradición, de la herencia cultural, de la evolución, que tenga eco y deje
huella. Su núcleo creativo está conformado por las bailarinas y
coreógrafas Ana Botía, Belén Martí Lluch, Marina de Remedios y Marta
Mármol. "Seré folklore -explican- podrá ser ese lugar donde ficcionar
al mundo antes de que él nos ficcione a nosotras, y también ese lugar donde
encontrarse, charlar, bailar, confesarse, gritar, pregonar, saltar de alegría o
de pena y cantar".
Alberto
Cortés y su proceso abierto
El creador
malagueño Alberto Cortés, que ha encontrado una voz genuina y muy personal
en el panorama de las artes vivas españolas, tiene una estrecha relación con el
Festival de Otoño. En 2018 ya hizo su primera participación con la presentación
de Masacre en Nebraska en los Teatros del Canal; en 2020 protagonizó
una de las propuestas (La teoría de la pelvis, junto a Rosa Romero) de lo que
se llamó Teatro Confinado; y en 2021 estrenó dentro de nuestra programación la
performance One night at the golden bar. Este acompañamiento mutuo sigue
en este 2023 con una experiencia frágil pero llena de atractivo.
Cortés está preparando
su próximo montaje, donde relaciona el romanticismo alemán de los siglos XVIII
y XIX con la visibilización de una visión propia del querer marica que, sin
denostarlo, quiere sacar el sexo del centro de la ecuación. El día 15 de
noviembre, en la sala Negra de los Teatros del Canal, y con el apoyo del
Goethe-Institut, Alberto Cortés dejará entrar al público para enseñarle los dos
primeros actos de una pieza que presumiblemente tenga preparada para estreno en
2024. Al final, se sentará frente a los espectadores junto a Alberto Conejero
para recibir su mirada.
“Para mí -declara el
artista- son muy importantes estas aperturas para entenderme yo, para entender
la pieza, lo que estoy haciendo y lo que está pasando, y para eso necesito la
visión externa de alguien que se sienta enfrente y mira, porque el trabajo que
yo hago dialoga mucho con el espectador”. Huyendo de una excesiva teorización,
Cortés aboga por una expresión sentimental y emocional que acerca las herencias
de aquel romanticismo alemán con las sensibilidades propias de lo sureño, “de
ciertos cantes, ciertas expresiones de desgarro de mi tierra”. La relación con
lo sublime de la Naturaleza, con esa belleza que nos sobrepasa, con una suerte
de acercamiento sexual al paisaje, está en el centro de una investigación que
tendremos el privilegio de vivir desde dentro.
Fulgor
y poesía con Violeta Gil como maestra de ceremonias
Bajo el título de Pictura Fulgens: a través del fulgor, el
Festival de Otoño consagra, como viene siendo habitual en los últimos años, un
espacio dedicado a la poesía. En las ediciones de 2020, 2021 y 2022 se estuvo
celebrando el ciclo Pictura Fulgens, que reunía cada año a seis reconocidos
poetas para proponer un poema a partir de un cuadro custodiado en el Museo del
Prado, el Thyssen y el Reina Sofía respectivamente.
Los y las poetas Ángela
Segovia, Ángelo Nestor, Carlos Catena, Javier Vicedo, Rodrigo García Marina,
Rosa Berbel, Berta García Faet, Mario Obrero, Raquel Vázquez, Cristian Alcaraz,
Juan Gallego Benot, Carla Nyman, Irati Iturritza, Manuel Mata, Nuria Vil, Pol
Guasch, Sara Torres y Xaime Martínez han participado en esta iniciativa única
que ahora adopta forma de libro.
El mediodía del 12 de
noviembre acogerá, en la sala Réplika Teatro, la presentación del libro
publicado por la editorial Contintametienes que recoge todo este
caudal poético brotado en estos años. Será un acto celebrativo y performativo,
un ritual colectivo que contará con la también poeta y creadora escénica Violeta
Gil, una de las fundadoras de la compañía La Tristura, como maestra de
ceremonias.
“Habitualmente -escribe
Violeta Gil- el trabajo de las poetas ocurre en el ámbito de lo privado, en el
cuarto, la casa, en un rincón de la biblioteca, dentro de un cuaderno, en un
diario o en un archivo de word. Un ejercicio de dentro a fuera del que somos
testigos cuando las palabras ya han tomado el papel y han salido de ese espacio
de intimidad. Esta vez proponemos una apertura de esos espacios, proponemos ver
el trabajo desde dentro, abrir las ventanas y las puertas y sacar al aire el
ritmo de las palabras antes de que vuelvan a tocar el papel. Proponemos un
espacio abierto para las poetas. Proponemos una fiesta”.
Archivo
de la delicadeza. Objeto y memoria en la escena in situ, con El Solar.
Agencia de Detectives de Objetos
Una de las gozosas
novedades de esta 41ª edición del Festival de Otoño es la colaboración con
el Museo de Artes Decorativas de Madrid, un lugar con más de 100 años de
historia que custodia un legado de más de 80.000 objetos. Durante los tres
meses previos al festival, la Agencia de Detectives de Objetos El Solar,
que conforman Shaday Larios y Jomi Oligor, han desarrollado una
residencia en el museo junto a sus trabajadores y trabajadoras. Además de
performar para el público en la propia institución el resultado de esa
investigación durante el festival, habrá ocasión para un conversatorio sobre
toda esta aventura, que se dio en llamar Archivo de la delicadeza.
Este encuentro abierto, que tendrá lugar el 25 de noviembre en Teatros del
Canal, se presenta bajo el lema Objeto y memoria en la escena in situ,
será el contexto idóneo, además, para presentar el libro editado por la
editorial La Uña Rota surgido a partir de esta experiencia, “una
escritura -en palabras de Shaday Larios- a medio camino entre la poesía, la
dramaturgia y la etnografía”.
Conversiones literarias
de testimonios, entrevistas, observaciones personales y el tejido de algunas
especulaciones poéticas en torno a las cosas, un repositorio de gestos,
emociones, sensaciones, memorias, sueños, disposiciones humanas y no humanas.
Todo eso acontece en la vida de unos objetos que disfrutan del privilegio de
ser museísticos. “Percepciones que dibujan una política de lo sutil en donde lo
patrimonial se hace poroso y deriva, se hace asociativo y temporalmente denso
con lo inmediato de las vidas que lo cuidan, o con las historias de vida de
quienes donan sus pertenencias”, concluye Larios.
¿Qué queda cuando algo
es tan efímero? ¿Cómo se trabajan los procesos de dramaturgia de teatro de
objetos documentales? ¿Qué guardan, más allá de lo evidente, los objetos, el
patrimonio? Esta será una excepcional oportunidad para pensar y conversar en
torno a estas cuestiones.
Diálogos:
una oportunidad para pensar, hablar y profundizar
Además de los
habituales encuentros de los equipos artísticos con el público después de las
funciones, que en esta ocasión sucederán, por ejemplo, tras títulos como Encuentros breves con hombres
repulsivos, de Daniel Veronese; Villa, de Guillermo
Calderón; INK, de Dimitris
Papaioannou; o Double Infinite. The Bluebird Call, de
la compañía Malpelo, se ha confeccionado otra serie de encuentros en los
que Alberto Conejero, como avisa el título genérico, dialogará con figuras
tanto del arte escénico, participantes o no en el festival, como con pensadoras
como Marina Garcés.
Y en el capítulo de
presentaciones, falta por citar la que hará Flavia Gargiulo de la
novela gráfica basada en la pieza teatral de Sergi Baos Les maleïdes, aprovechando
que el montaje del texto llega a Madrid bajo la producción del Teatre Principal
de Mallorca, en lo que supone poder escuchar por vez primera en un escenario de
la capital española una obra teatral escrita en mallorquín. Dolmen
editorial inaugura con esta publicación una nueva línea editorial,
la Línea Escénica de Dolmen, que publicará cómics inspirados en obras teatrales
contemporáneas estrenadas.
Toda la información referida a los encuentros, diálogos y presentaciones podrá consultarse de manera actualizada a través de nuestra página web: https://www.madrid.org/fo/2023/index.html.