La coproducción entre
Paquistán y Estados Unidos, El artista
de cristal, está escrita y dirigida por Usman Riaz, basándose en una historia de Moya O`Shea. “Somos un eslabón más de la guerra”
Vincent Oliver (Voz Sacha Dhawan) es un joven huérfano
de madre que ha aprendido la profesión de vidriero de la mano de su padre Thomas
Oliver (Voz Art Malik). Viven en una
ciudad costera y poseen el mejor taller de vidrio. Thomas está preparando el
cartel que anuncia la próxima exposición de vidriería de su hijo. La guerra
está próxima y a la ciudad llegan Alliz Amano (Voz Anjli Mohindra), una joven de gran talento que toca el violín,
junto a su madre y su padre el coronel
Amano (Tony Jayawardena). Los jóvenes
conectan desde el primer día.
Estamos ante una
historia de amor en tiempos de guerra que ellos mismos, Vincent y Alliz, tal
vez por timidez, prontitud o por las diferencias de clases sociales, disfrazan de
amistad. Una amistad que se afianza gracias a las profesiones artísticas que
ejercen, Alliz una virtuosa violinista y Vincent desbordando imaginación con
las figuras de vidrio que crea, buscando formas y colores que les den vida
propia; pero algo invisible y muy presente parece querer separarles: El
patriotismo en la personalidad del padre de Alliz como coronel del ejército y el
pensamiento libre y pacífico que profesa Thomas. Un drama con momentos dulces e
imágenes que nos hacen soñar. Un filme que inunda la gran pantalla como una
suave melodía en tiempos de guerra.
La banda sonora nos
envuelve con la música que desprende el violín. Compañero inseparable de Alliz,
que como el viento, disemina las notas como vocablos que recoge el alma y la
mente asimila, contándonos su propia historia, hasta alcanzar el momento
cumbre, llegando al final del metraje. Descubrir por medio de la animación, la
delicada creación de una figura de cristal a través de la pequeña MasterClass
que el padre ofrece al hijo. Una lección en la que el joven alcanza a
comprender la importancia de la arena, de esas partículas que masajean nuestros
pies descalzos en las playas y que sin ellas, sería imposible concebir la
belleza de aquello que un día fue imaginado, sin olvidarse del fuego, del
pequeño sol que alimentan en el taller. Una existencia que se mueve entre la
vida y la muerte, entre la felicidad y las lágrimas.
Cada fotograma ha sido
dibujado a mano en 2D, usando una gran variedad de tonalidades. Los pasteles
para la cotidianidad del día a día y los
rojizos y más lúgubres elevando el drama de la guerra. La animación cuenta con
un toque de realismo mágico, cambiando radicalmente entre los cuadros y la luz
que representan las escenas más románticas, naturalistas y de ensoñación en contraste con los diversos
conflictos en los que se ven envueltos los personajes: Las diferencia de clases
sociales, el tenso momento que se origina durante el concierto de música en el
que interviene Alliz o los más evidentes, los enfrentamientos en el campo de
batalla, por poner algunos ejemplos.
Un filme que pisa
fuerte, con una dirección templada y elegante y un guion maravilloso,
enternecedor, mágico y tan intenso que por momentos nos olvidamos que estamos
ante un filme de animación, pues sus personajes muestran tanta vida que los
sentimientos y las emociones los convierten por instantes en seres de carne y
hueso o tal vez, sea mejor que no lo sean y sigan siendo trazos y color, para
no perder la calidez de la libertad y la verdad. Usman, sino tenía suficiente
con encargarse de dirigir y escribir la historia, compone la banda sonora junto
a Carmine Di Florio. Una banda
sonora que como he comentado, logra calar en el espectador.
Mi nota es: 8,5
ESTRENO EN ESPAÑA: 22
de noviembre.
PRODUCTORA: Mano
Animation Studios// Awedacious Originals.
DISTRIBUIDORA EN ESPAÑA: Selecta Visión.