A
Different Man está escrita y dirigida por Aaron Schimberg. “Toda la infelicidad
en esta vida llega por no aceptarla tal y como viene”
Edward (Sebastian Stan) padece
neurofibromatosis, es actor y vive en un modesto bloque de apartamentos al que
se muda Ingrid (Renate Reinsve), una
joven dramaturga que pronto se interesará por Edward. Edward se enamora de
Ingrid pero su deformidad en el rostro, debido a numerosos tumores, le ha
convertido en un ser introvertido, inseguro y solitario. Un buen día un
especialista le propone someterse a un revolucionario experimento médico, que
puede minimizar los tumores que tiene en el rostro. El proceso resulta doloroso
pero el resultado es impresionante, su piel queda limpia y liberada de los
tumores. Decide emprender una nueva vida, cambiando de identidad, bajo el
nombre de Guy y dando por muerto, literalmente, a su anterior yo. En el camino
conocerá Oswald (Adam Pearson) un
hombre jovial, extrovertido y conversador que trabaja en un teatro como
monologuista y que padece la misma enfermedad que él tenía, incluso su rostro,
es idéntico al de su yo anterior.
El guionista y
director, Aaron Schimberg, se graduó
en la Escuela de Artes Cinematográficas de la Universidad del Sur de
California. Debutó en el largometraje con “Bajar a la muerte” 2013, “Encadenado
de por vida” 2018 y en este 2024 presenta “Un hombre diferente”.
Schimberg nos ofrece
una comedia surrealista, oscura, cruda y en parte desagradable, en donde lo físico
y lo emocional rivalizan entre sí por el amor de una chica, caminando por la
cuerda floja de los sentimientos y las emociones. El detonante de ese extraño
enfrentamiento es la deformación facial que ha provocado la enfermedad que
sufre su protagonista, la Neurofibromatosis; que la Wiki, nuestra maestra
particular, la describe como “Un grupo de tres afecciones en las que crecen
tumores en el sistema nervioso. Es un trastorno genético de dicho sistema que
afecta principalmente al desarrollo y crecimiento de los tejidos de las células
neuronales (nerviosas)” Una anomalía cuyos tumores repartidos por todo el
rostro, ocasionan inquietud en quienes los ven.
Ese rostro, que nos
recuerda al del hombre elefante y que resulta poco convencional en un mundo que
vive más preocupado por los cánones de belleza que por temas realmente
importantes, sirve de punto de partida a un filme que aun despertando en
algunos instantes hilaridad y confusión, en otros nos sumerge en la reflexión
sobre la vulnerabilidad, la identidad o la baja autoestima del ser, cuando no
se es capaz de aceptarse.
En ese laberinto de
espejos distorsionados, que habita en la mente de Edward y le lleva a cuestionarse
si sus fracasos son consecuencia de su apariencia física, surgen otros nuevos
al comprobar, tras la operación, que no era su imagen el problema sino las
circunstancias, pues en su ausencia su vecina Ingrid ha escrito una obra
inspirada en el Edward que ella conoció y para meter más el dedo en la herida,
el destino le presenta a Oswald, cuya imagen es idéntica a la de su pasado,
robándole el protagonismo que demanda. El espectador asistirá a una de las
escenas más grotescas, rocambolescas, inverosímiles y desconcertante.
El filme juega con la
nostalgia y los sueños de Edward que aspira ser como los demás, pero el
problema radica que para ser como los demás no es necesario cambiar el rostro,
pues es el talante, la aptitud y la propia personalidad, las autoras de muchas
conquistas. Un filme inteligente y con un humor ácido, que muchas veces se
atraganta. No estamos ante lo que se podría definir como una película
políticamente correcta, pero pasado ese trance, se disfruta por cuanto ofrece.
Sin duda lo mejor del
filme recae en el trío protagonista, Sebastian
Stan nos ofrece dos personajes complejos abatidos por la tristeza y la
oscuridad interior, de un lado como Edwar a cuyo rostro desfigurado culpa de
sus fracasos y tras la intervención, Guy quien curado de dicha deformidad,
comprende que no era la causante de sus desgracias. Una maravillosa Renata Reinsve encarnando a la dulce y
encantadora Ingrid, que siempre mira más allá de lo que la realidad le muestra
y completando el trío nos encontramos con Oswald (Adam Pearson) que interpreta a un joven jovial, extrovertido y
conversador, totalmente opuesto a Edwar/Guy. Tres interpretaciones potentes
aunque, tal vez por ese carácter teatralizado que adquiere el filme y un final un
tanto enrevesado, no alcancemos a empatizar con ellos como desearíamos. Existe
ese grado de exageración y divagación que como ya he comentado, desconcierta y
en mi opinión, muy personal, la película debería haber terminado tras el largo
fundido en negro.
A
Different Man, cuenta con un buen guion y una
inquietante dirección de Aaron Schimberg.
La fotografía e iluminación de Wyatt
Garfield, logra aventurarse con sutil precisión entre los encuadres
sencillos, intimistas e impactantes enfatizando la historia, así como la banda
sonora de Umberto Smerilli, que se filtra por cada rincón.
Os dejo con tres de las
preguntas que me cuestioné: ¿Logramos nuestros objetivos gracias, en parte, a
la imagen que proyectamos? ¿Los demás nos ven tal y como nosotros creemos? Y
por último, yo sé lo que me atrae de una persona, pero ¿Qué es lo que realmente
cautiva a otra persona de nosotros?
Mi nota es: 8
ESTRENO EN ESPAÑA: 31
de enero.
REPARTO: Sebastian Stan, Renate Reinsve, Adam Pearson,
Lawrence Arancio, Neal Davidson, Christopher Spurrier, Owen Kline, Marc Geller,
Billy Griffith, Eleanore Pienta, John Keating, Juney Smith, Trenton Hudson,
Miles G. Jackson, Sergio Delavicci, Jed Rapfogel, Patrick Wang, James Foster
Jr., JJ McGlone, John Klacsmann, Cosmo Bjorkenheim, C. Mason Wells, Corey R.
Taylor, Danielle Burgos, David Joseph Regelmann, Sammy Mena, Malachi Weir y Jon
Dieringer.
PRODUCTORA: A24// Grand Motel Films// Killer Films.
DISTRIBUIDORA EN ESPAÑA: Vértigo Films España.