Borgo
está dirigida por Stéphane Demoustier
compartiendo guion con Pascal Garbarini.
“Del módulo 2 se dice que los reclusos vigilan a los funcionarios y no al
revés”
Melissa (Hafsia Herzi) celadora de prisiones, es
trasladada al centro penitenciario de Borgo
en Córcega. Está casada con Djibril (Moussa
Mansaly) de raza negra, en paro y víctima de racismo desde el primer día en
que llegan a la ciudad. Tienen dos hijos: Adam (Lyam Touhami) e Inés (Maé
Touhami). La han designado al módulo 2 ocupado por presos corsos que poseen
un régimen abierto. Las puertas de las celdas permanecen abiertas prácticamente
todo el día, cerrándose solo durante el cambio de turno. La integración de
Melissa al nuevo trabajo y al barrio, se verán facilitados por un joven
recluso, al que conoció en otra prisión y que parece disfrutar de ciertos
privilegios, Saveriu (Louis Memmi).
Los problemas surgirán cuando Saveriu le pide un favor a Melissa.
El productor,
guionista y director, Stéphane
Demoustier, se licenció en Ciencias Políticas y HEC. Comenzó a trabajar en
el Ministerio de Cultura, en el departamento de Arquitectura, desde el cual
produjo y dirigió documentales, antes de dedicarse por completo al cine. En el
2005/06 se formó en Atelier Ludwigsburg-Paris. Junto a su hermana Jeanne
Demoustier fundó la productora Years Zero. Ha dirigido los cortometrajes:
“Première” 2008, “Dans la jungle des villes” 2010, “Bad Gones” y “Des noeux
dans la Tête” en 2011, “Fille du calvaire” 2012 y “Les Petits Joueurs” 2014 y
ese mismo año dirigió su ópera prima en el largometraje “Terre Battue”, para
continuar con “Cléo&Paul” 2018, “La chica del brazalete” 2019 y ahora nos
ofrece “Borgo” 2023. También ha colaborado en la serie “L `Opera” 2021.
Basándose en un hecho
real en 2017 en Borgo, el director y guionista Stéphane Demoustier, nos presenta una película que bascula entre el
género carcelario, el policiaco y el thriller, sin olvidarnos de su componente
social. Historia narrada en dos épocas diferentes y a cuya protagonista
principal Hafsia Herzi, pone al
frente para que a través de sus miradas y acciones, descubramos los diferentes
espacios por los que transita y los personajes con los que interactúa, en el
respirar de la ciudad.
Hafsia o lo que es lo
mismo Melissa, carga con el peso del filme con una naturalidad asombrosa y cuyo
rostro imperturbable nos despista, logrando que dudemos sobre lo que piensa,
aunque alcancemos a intuirlo durante sus conversaciones con los compañeros, los
prisioneros o su marido. Ese desconcierto se agudiza a través de su fría,
indecisa y temperamental personalidad y en gran medida irresponsable, a la vez
que protectora. Busca controlar hasta lo que a ella no le corresponde, como el
comprar tabaco a los presos o aceptar encargos con gran riesgo para su persona.
Es aquí, donde el director aprovecha para mantenernos en una duda incesante, pues
nos cuesta entender esa pasividad y la sensación de no diferenciar el bien del
mal, además de las agudas “trampas” que el propio guionista dispone en el
camino, para que no nos resulte tan sencillo separar el trigo de la paja.
El filme cuenta con un
buen ramillete de actores que atrapan al espectador con la franqueza que encarnan
a sus personajes, destacando a la ya mencionada Hafsia Herzi, quien salvo en escasas ocasiones, se convierte en la
dueña absoluta de la pantalla. Su rostro impenetrable, frío como el hielo y dosificando
sus sonrisas a lo largo del metraje. Sus constantes idas y venidas que
aprovecha para mostrarnos, de un lado, su vida doméstica junto a un hombre en
paro y protestón y el tener que hacerse cargo de dos hijos pequeños, pues el
padre apenas les presta atención y a la vez, el desarrollar sus funciones profesionales en la penitenciaría,
hasta el punto de extralimitarse más de lo pensado y permitido.
En resumen, estamos
ante un filme que habla de la familia, del racismo, de los problemas
económicos, de la integración, del trabajo, de las funciones del hogar, de los
conflictos en la isla, pues en Córcega, según se nos muestra, parece que viven
bajo otros códigos de conducta. La fotografía, con cámara en mano de David Chambille, proyecta la cercanía
del día a día de Melissa y cuanto la rodea, traspasando la fina línea de la
intimidad de la protagonista y en cuanto a la banda sonora de Philippe
Sarde, resulta tan sutil que se fusiona con el extraordinario sonido. Una
película sencilla que tiene la capacidad de retener al espectador en su butaca,
sin saber muy bien el motivo principal.
Mi nota es: 7
ESTRENO EN ESPAÑA: 22
de noviembre.
REPARTO: Hafsia Herzi,
Moussa Mansaly, Michel Fau, Louis Memmi, Pablo Pauly, Cédric Appietto,
Henri-Noël Tabary, Florence Loiret-Caille, Anthony Morganti, Thomas Muziotti, Jean-Etienne
Frisoni, Luigi Fazio, Maé Touhami, Lyam Touhami, Alexandre de Seze, Pierre
Andrau y Samuel Torres Bianconi.
PRODUCTORA: Petit
Film// France 3 Cinéma// Canal+// Ciné+// France TV//
DISTRIBUIDORA EN
ESPAÑA: Festival Films.