La coproducción entre
Singapur y Alemania, Una película
inacabada, está dirigida por Lou Ye,
compartiendo guion con Ma Yingli.
Es el 15 de julio de
2019. El director Xiaorui (Mao Xiaorui)
traslada hasta el estudio un ordenador que lleva 10 años sin usarse y dudando si
el disco duro está en buen estado. Con su móvil graba todo el proceso hasta ser
conectado. El contenido muestra el bruto de una película sin acabar. En ella
aparecen el director, el director de fotografía
Zeng Jian y un buen número de
escenas sin sonido. Sonido que guarda uno de los técnicos. Todos se sienten
emocionados al comprobar que el material está en perfecto estado. El director
decide retomar el proyecto, pero entonces llega la pandemia del COVID-19 y
quedan retenidos en el hotel. El filme seguirá a Jiang Cheng (Qin Hao) quien en su aislamiento,
conversará con su mujer a través del móvil y nos mostrará su desolación.
El director Lou Ye, estudió animación en la Escuela
de Bellas Artes y seguidamente Dirección Cinematográfica en la Academia de Cine
de Pekín. Debutó en la
dirección con “Don´t Be Young” 1994, “Weekend Lover” 1996, “Suzhou River” 2000,
“Purple Butterfly” 2003, “Summer Palace” 2006, “Spring Fever” 2009, “Love and
Bruises” 2011, “Mystery” 2012, “Blind Massage” 2014, “The Shadow Play” 2018,
“Saturday Fiction” 2019 y “Una película inacabada” 2024. También
ha dirigido el cortometraje “In Shanghai” 2001 y el mediometraje “42 One Dream
Rush” 2010.
La primera parte de la
película se podría titular “La ilusión y
los recelos”. La ilusión que siente en mayor o menor medida un equipo técnico
con el director a la cabeza, al recuperar un material inédito e inacabado, y
los recelos de aceptar que ya no son quienes fueron y que la mayoría tienen
responsabilidades familiares. La segunda parte sería “La incertidumbre y el
miedo” ante lo que les llega de repente, al verse obligados a encerrarse en sus
hogares sin saber que está pasando realmente o como les sucede a los
personajes, en el hotel; desatando con ello actos de violencia extrema en las
calles o en el interior del edificio, pues todos quieren regresar a sus hogares
sea como sea, ante la cercanía del nuevo año chino y la tercera, “La
resignación”, pues tras la tormenta llega la calma, como dice el dicho y eso
sucede entre las paredes del edificio, cuya única comunicación con el exterior,
son sus móviles o lo poco que divisan a través de las ventanas de las
habitaciones que tienen asignadas.
Un filme inquietante,
desolador y con un toque de originalidad en su puesta en escena, que nos invita
a reflexionar sobre la realidad que todo el planeta sufrió en aquel año 2020 y
que aunque puede parecer lejano, tan solo han pasado 5 años. Aún recuerdo lo
intenso y divertido de aquel último fin de semana con mis amigos, ignorantes de
cómo iban a cambiar las cosas a partir de ese domingo 15 de marzo; pero antes
de sufrirlo nosotros, lo vivieron al Sur de China, en una ciudad llamada Wuhan,
cuyo virus se escondía en el Mercado Mayorista de Mariscos. Entonces ni
siquiera el virus tenía nombre.
Lou Ye nos sitúa en el
epicentro de dicha ciudad o debería decir, en uno de los hoteles de Wuhan, para
narrarnos los inicios del gran drama que le esperaba al mundo y que todos
desearíamos que no hubiera ocurrido o el poder olvidar. Lou realiza un filme nostálgico
y emotivo, que nos trae cientos de imágenes a nuestras mentes y que junto al
director de fotografía Zeng Jian, va
cambiando el formato de pantalla dividiéndola en tres, en dos e incluso
utilizando la configuración del móvil y así retrotraernos a las conversaciones
que manteníamos a través de videollamadas con nuestros seres queridos, realizar
clases de gimnasia para mantenernos en forma, mostrar nuestro lado más creativo
como músicos, bailarines, cantantes, actores o quienes con mucho ingenio
transformaron algunos balcones, en discotecas improvisadas; todo valía y todo
se aplaudía. Parte de lo citado, lo contemplamos en un montaje cuyo formato
elegido ha sido el de la pantalla del móvil.
Una película inacabada,
se nos muestra como una obra dura y crítica con toque de documental muy interesante,
pues nadie puede negar aquellos meses de incertidumbre en donde muchos vecinos
interactuaban e incluso se cuidaban. Un filme que carece prácticamente de banda
sonora, pues la música la ponen las respiraciones, los latidos del corazón o los
silencios inexistentes.
El filme recoge ese
tiempo en que aprendimos a valorar aquello que creíamos innato y al que no se
le daba mayor importancia. De las cosas cotidianas que se convirtieron en un
privilegio. De los sueños rotos cuando la libertad se ve quebrada por una
pandemia que arrasaba por donde pasaba. De los miedos que antes permanecían
dormidos, de la paciencia que afloró cuando más se necesitaba, del ver pasar el
tiempo por una ventana y despertase sabiendo que no se podía salir, solo
esperar a que el virus fuera vencido por la ciencia. El confinamiento nos dio a
todos tiempo para pensar en lo vulnerables que somos y Lou Ye, lo recrea con absoluta naturalidad.
Para finalizar,
comentaros que la narración capta cuanto se vivió en aquellos meses a través de
imágenes de ficción fusionadas con las reales, tomando a un personaje al que
acompañaremos, Jiang Cheng y que Qin Hao encarna con absoluta
credibilidad. ¿Un filme necesario?, yo creo que sí, pues la historia aunque
duela, no la debemos olvidar, más cuando a partir de aquel instante, nada
volvió a ser igual…
Mi nota es: 8
ESTRENO EN ESPAÑA: 1 de
agosto.
REPARTO: Qin Hao, Mao
Xiaorui, Qi Xi, Huang Xuan, Liang Ming, Zhang Songwen, Zeng Jian, Bo An, Zhong
Zhengl, Haibin Li, Fu Kang y Hui Xing.
PRODUCTORA: Essential Filmproduktion// Cinema
Inutile// Gold Rush Pictures.
DISTRIBUIDORA EN ESPAÑA: Elastica Films.
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