La coproducción entre
Luxemburgo, Francia y Bélgica, Ícaro y
el minotauro, está dirigida por Carlo
Vogele, compartiendo guion con Isabelle
Andrivet.
En la isla de Creta,
bajo el reinado del rey Minos, los humanos adoran y temen a los Dioses del
Olimpo. Solo un tonto se atrevería a ofenderlos. Con esta introducción comienza
la historia de Ícaro y el minotauro, un niño que vive junto a su padre, el gran
escultor e inventor Dédalo. Un día, Dédalo le lleva al Palacio de Cnosos, pues
desea obsequiar a la reina Pasiphae con la última escultura que ha creado para
ella, complacida le agradece el regalo mientras Minos, le pide que cree un
laberinto. Dédalo envía a Ícaro a palacio para entregar a la princesa Ariana un
ovillo de hilo y ella le pide que se lo lleve a sus criados. Ícaro corre
persiguiendo a un pájaro y el ovillo cae al interior de un patio. Ícaro desciende
para recuperarlo y se encuentra con un pequeño minotauro de nombre Astérion,
confinado en ese lugar por orden del rey Minos. Entre los dos surgirá una bonita
amistad.
El director y guionista, Carlo Vogele, estudió en Berlín en La Freie Universität Artes Teatrales y en 2008 se graduó en La Escuela de Animación Gobelins dirigiendo, como proyecto final, el cortometraje “For Sock´s Sake”. Ha trabajado en el departamento de animación en Pixar para películas como “Toy Story 3” 2010 de Lee Unkrich, “Cars 2” 2011 de Brad Lewis y John Lasseter o “Brave (Indomable)” 2012 de Mark Andrews, Brenda Chapman y Steve Purcella. En la dirección debutó con los cortometrajes “For Sock´s Sake” 2008, “Una Furtiva Lagrima” 2012 y “Wurst” 2014 lanzándose al largometraje con “Ícaro y el minotauro” 2022.
En el imaginario de la isla de Creta, contamos con Zeus, el padre de los dioses, rodeado de personajes mitológicos y escarceos amorosos como el que mantuvo con Europa, engendrando a Minos, quien con los años se convirtió en rey de Creta. Minos se casó con Pasiphae y en uno de esos juegos caprichosos de los dioses, Poseidón envió a un imponente toro como regalo a la reina y producto de ese encuentro, Pasiphae alumbró a un minotauro. Este ser se convirtió en el mito más importante de Creta desde el instante en que Minos ordenó encerrarlo en el laberinto creado por Dédalo.
Una tragedia griega para toda la familia. Una obra didáctica en la que los más pequeños se inician en la mitología a través de una sugerente, vistosa y sencilla animación dotada de un gran colorido, que les llevará a empatizar con el pequeño minotauro, mientras los adultos navegan en medio de las líneas del inteligente guion, tocando temas importantes e imperecederos en el tiempo. Una leyenda que nos muestra la cara de los dioses, reyes y vasallos. Las traiciones, la ambición, el maltrato y los abusos, la violencia y el desprecio rivalizando con el poder de la verdadera amistad, la soledad, la resignación, el olvido y hasta la pérdida.
En un mundo en el que
prima la digitalización y las películas de animación que compiten directamente
con las de imagen real, debido a la alta calidad de sus diseños, nos
encontramos con historias como Ícaro y el minotauro, en donde la plasticidad de
sus imágenes evocan la animación tradicional de personajes en dos dimensiones,
moviéndose en decorados sin volúmenes e incluso el disfrutar de como la cámara
se desplaza para otorgarle ese efecto de mayor movimiento entre los trazos de las
calles, los bazares, el palacio o los hogares.
Mi nota es: 7
ESTRENO EN ESPAÑA: 11
de noviembre.
PRODUCTORA: Iris Films// Iris Group// Iris
Productions.
DISTRIBUIDORA EN ESPAÑA: Cinemaran.