martes, 25 de octubre de 2011

UN BUEN SABADO


Sí, este sábado pasado ha sido un buen sábado. Comenzó con la comida en casa de Libertad Morán. Allí nos reunimos Susana y su chica Maribel, Diego y un amigo suyo, Libertad y yo. Los demás por diversas circunstancias, no pudieron acudir, pero resultó una comida agradable, tranquila, divertida y sobre todo entre conversaciones interesantes, donde el motivo principal fue: La literatura, aunque otras anécdotas nos hicieron mucho reír.
Llegó la presentación de la novela de Mila Martínez “Autorretrato con mar al fondo” en la librería Berkana a las 20:00 horas y me sorprendí de la cantidad de gente que acudió. Estuvo arropada por numerosas lectoras de sus libros, amigos y por un grupito de escritores. Algunos ya la conocían y otros deseábamos conocerla (Susana Hernández, Paz Quintero, Mónica Martín, Libertad Morán, Kay Nández, Eduardo García y quien escribe) El libro fue presentado por Mili Hernández editora de Egales y Eva Orue Periodista.
Mila es una mujer sencilla, espontánea y que se sabe acercar muy bien a su público. Uno se siente muy cómodo junto a ella.
También era la despedida del local de Berkana, pues se trasladan justo al lado y Mili recordó brevemente toda la historia de esos 17 años que han estado en ese lugar, y no faltaron las lágrimas en sus ojos y la emoción contenida en muchos de los presentes. Pero la vida continúa y estoy convencido y así lo deseo, que esa librería volverá un día a tener un gran local, como se merecen. Luchadoras y emprendedoras en tiempos difíciles y es debido a esta crisis, la que las obliga a dejar su casa, pues en sus palabras, así lo demostraba. Mucha suerte Mili a ti y a todo tu equipo.
Tras el aperitivo y los mojitos, despidiendo el local entre risas, nostalgia y conversaciones, nos fuimos retirando. Llegó el momento de la cena ¿Dónde cenar si nadie había reservado sitio y eran más de las 10 de la noche? Una idea saltó y nos fuimos al chino. No pudimos estar todos juntos en una misma mesa, sino a un lado y al otro y entre medio el pasillo, pero nos divertimos, nos reímos y hasta jugamos con los flanes del postres, para ver quien era el primero que se lo comía con la boca sin tocarlo. Si es que al final hasta a los escritores se nos va la cabeza.
Me retiré enseguida, tras la tertulia y después de acompañarles a uno de los bares. Tenia trabajo pendiente y no podía descuidarlo.
Espero y deseo, que muy pronto nos volvamos a reunir todos y si es posible también, que crezca en número de escritores para conocernos.
Javier Sedano

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