Mi querida primavera, ya te añoraba, te echaba de menos.
Echaba de menos tu forma de presentarte ante nosotros, como una doncella delicada y alocada, embriagándonos con tu perfume sutil que vas dejando a tu paso, con la suavidad que nos vas mostrando los colores de la vida, con los pasos lentos que nos acercan a días de luz y de calor, acompañada por un cortejo único como son los elementos. Rodeada por los sonidos de cientos de pájaros que van poblando los árboles, con la compañía de los animales que despiertan de su letargo invernal.
Todo cobra vida, todo se llena de energía, todo se vuelve felicidad a tu paso, y es que eres la princesa que trae de nuevo la luz mágica en tu sonrisa eterna. Eres la princesa que traes en tus ojos el brillo del sol. Eres la princesa que en tu caminar recreas mil cabriolas en el mar. Eres la princesa que llenas de vitalidad a la madre
tierra.
Mi querida primavera, ya te añoraba, te echaba de menos, pero por fin estás con todos nosotros.
Bienvenida amada primavera.
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