Al año nuevo buena cara, aunque el estómago lo tenga perjudicado de tanto cava. Sin quererlo me ha salido una rima, pero es lo cierto, el cava es seriamente perjudicial para mi organismo, me hincha como a un globo. Y es que en estas fiestas, al final nos desmadramos en todo: comida, bebida, música, salidas, entradas, compras, baile, más comida, más bebida, más fiesta, más baile… ¡Detente Javier, que te embalas!
Así que hoy día 2, donde doy las fiestas por concluidas, aunque aún nos quede el día 5 y 6, intento poner en orden mi cabeza y todo mi cuerpo. Ayer como es tradición, no salí de casa, mis piernas no estaban en sintonía con mi cerebro, por lo cual, decidí dejarles a cada uno a su aire; pero al despertarme esta mañana, he dicho: “Basta ya, es momento para volver a la normalidad”
Por lo tanto, normalidad, espero que con sorpresas agradables, es lo que intentaré plasmar en las nuevas páginas de mi vida en este año, del cual espero que algunos de mis sueños se hagan realidad, aunque para ello tenga que poner parte de mí, o mucha parte, dependiendo del instante. Así que amigos y amigas, abramos todos, un nuevo capítulo en blanco en el libro de nuestras vidas y comencemos una nueva historia, o retomemos la que estábamos viviendo.
Continuaremos en sintonía.
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