Hoy es uno de esos días mágicos y
de una noche que muchos, y no sólo niños, siguen esperando, soñando, añorando y
colmados de ilusión.
Hoy es la noche de Reyes.
En mis recuerdos están los
tiempos que como infante esperaba un día como el de hoy. Un día donde al caer
la tarde las calles se llenaban de familias, padres, hijos e incluso tíos y
abuelos; y es que en esas horas la magia envolvía el ambiente. Se respiraba
alegría, se escuchaban cánticos y todos esperaban la comitiva de SSMM Los Reyes
de Oriente. Esos tres personajes arropados en trajes de gala y donde en sus
cabezas portaban coronas doradas, salvo en la de Baltasar, que siempre llevaba
su espléndido turbante con joyas engarzadas.
Entre los caramelos al viento,
que lanzaban los pajes y miembros de la comitiva real, se fundían los gritos de
los niños, sus sonrisas, sus lágrimas, e incluso la timidez de algunos de
ellos. Esa energía pura que destila la infancia, contagiaba a los mayores, y
con ello, una gran burbuja de energía invadía el espacio.
Retirarse pronto a descansar, era
una norma fundamental y despertarse pronto por la mañana, una necesidad
imperiosa provocada por la ansiedad, de si esos regalos soñados, reposaban bajo
el árbol o a los pies de la cama.
Un año encarné al rey Baltasar,
mi favorito de niño, en la televisión local que trabajaba. Os puedo asegurar
que la alegría que me ofrecían los rostros de todos aquellos niños, durante el
programa infantil que emitíamos, no se puede comparar a nada. El haber hablado
antes con sus padres y saber las debilidades o aciertos de cada uno de ellos y
hacerlo saber en ese momento, llamándoles por sus nombres, despertaba en ellos
el abrir los ojos como platos, dejarlos casi mudos y en el interior de aquel traje
que me cubría, mi corazón se revolucionaba de emoción.
Sí, hoy es noche de reyes y
muchos hemos crecido, pero ante todo no debemos perder la ilusión, la ilusión
de seguir soñando, de seguir creyendo, de seguir teniendo esperanzas, no en un
regalo que nos llegue envuelto en papeles de colores, sino en el regalo que es
la vida y que ante todo, ante las adversidades que podamos estar pasando,
tengamos la esperanza de que con optimismo y porque no decirlo, lucha, logremos
nuestros objetivos en el deambular de esta vida.
A todos os deseo una feliz Noche
de Reyes. Atesorad en vuestro interior esos deseos que anheláis para el 2013 y
que cada uno de ellos, se vea cumplido a media que los días van pasando.
Felicidad para todos
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