Sí,
desde el 30 de abril que se aprobó expropiar de forma forzosa las azoteas de
los edificios si una compañía de telefonía
así lo solicita para instalar estos aparatos, es la nueva ley de
Telecomunicaciones en el artículo 29.
Un punto polémico donde se han pronunciado tanto los ayuntamientos, como la
plataforma estatal contra la contaminación electro magnética, pasando por el
Ministerio de Industria.
Por una parte el Ministerio de Industria alega que la norma ya existía
anteriormente, pero que nunca se ha hecho uso de ella; simplemente el cambio
radica en que ya no es necesaria la licencia municipal para la instalación. Y
yo añadiría que por tanto, los vecinos de esa comunidad ya no tienen ni voz ni
voto.
Para una cosa en que se ponen de acuerdo el PP, PSOE e incluso CIU, sirve para
aprobar algo que a mi juicio resulta injusto y perjudicial. Injusto porque
somos nosotros, los que vivimos en nuestras casas y pagamos nuestros impuestos,
y los que debemos decir sí o no a algo que puede resultar peligroso para
nuestra salud, y no ocultar el daño que acarrean estos cacharros encima de
nuestras casas.
Desde la PECCEM les preocupa precisamente los problemas de salud que pueda
causar a los ciudadanos, pues como comentan “el que ha vivido con ello sabe lo
que son los ruidos, las vibraciones y los dolores de cabeza” Lo que nos
faltaba, si ya el día a día nos crea estrés, cansancio, etc., que lleguemos a
casa y tengamos que luchar con el daño que producen las microondas de estas
antenas. Asunción Laso continua asegurando que ya ni las operadoras defienden
que no provoquen daños, simplemente dicen que sus estudios no revelan que
existan riesgos para la salud. Claro, que van a decir, si son ellas las que se
están peleando día a día por tener mayor campo cubierto para una mejor
cobertura. Ya veo un futuro cercano, donde al mirar a nuestros tejados sea
observar un mundo de antenas provocando una mayor contaminación Electro
magnética y nosotros envueltos en trajes especiales. La cuestión sobre
esta contaminación les preocupa seriamente a la Plataforma (PECCEM) donde
no sólo muestran su rechazo, sino que ya preparan una carta a la Defensora del
Pueblo y donde Laso argumenta “Se pone en cuestión la propiedad horizontal solo
para beneficio de las operadoras”
Toda esta polémica viene generada por los problemas que las empresas operadoras
tenían para la instalación de sus antenas, incluso pagando a sus vecinos no
querían debido a todas las enfermedades que se han detectado donde existe
alguna de estas antenas, incluso en Málaga, por poner un ejemplo, se retiró una
tras detectarse a su alrededor 50 casos de cáncer.
Laso
sostiene que esta reforma demuestra que el Gobierno tan solo quiere beneficiar
a las empresas y no a los ciudadanos. “El precio de esta ley aún no lo sabemos,
pero lo sabremos pronto” ha dicho, y para finalizar yo pregunto: ¿No somos
nosotros los que vivimos en dichas comunidades? ¿No somos nosotros quienes
debemos velar por nuestra salud? Pues señoras y señores, si alguien viene a
poner uno de esos monstruos contaminantes encima de nuestras casas, no lo
permitamos y si en un engaño la instalan, también nosotros somos capaces de
arrancar sus cables. NUESTRA SALUD POR ENCIMA DE TODO.
Aquellos que han votado la
ley, que se dejen instalar en sus casas cuantas antenas quieran y nos dejen
vivir tranquilos a los demás, que bastante tenemos que luchar con el día a día,
para tener que pensar que lo que tenemos encima de nuestras cabezas nos puede
provocar desde dolores de cabezas a un cáncer. Seguro que ellos ya se
encargarán que en un radio más que estimado de seguridad, no se les instale
ninguna. Con mi salud no
juega nadie y no voy a consentir que una empresa, para incrementar sus
beneficios, juegue con ella.