Un escenario vacío de todo
adorno, cortinas negras y rojas cubriendo las paredes, el suelo de madera y en
el techo focos que irán variando de intensidad de luz según decida el técnico.
Los diferentes temas musicales darán paso a los cambios y a los 18 momentos que
componen la obra… Y en escena tres mujeres vestidas de rojo. Comienza la
función “Mujeres al rojo vivo” pero el título no tiene que ver sólo con sus
vestidos, sino con sus pensamientos, sus voces gritando al espacio por momentos,
calmas en otros instantes, reflexivas para ellas y contagiadas al espectador en
un texto que rebosa confesiones, rabia, frustraciones, confidencias, felicidad
y hasta atrevimiento. Pues ellas no desnudan sus cuerpos a través del texto,
sino sus almas. Tres mujeres diferentes, tres mujeres fundidas en una, ya que
las tres son una cuando lo vivido son experiencias similares.
Humor, ironía, drama y preguntas
que van calando en el espectador que en ocasiones se siente confundido si reír,
meditar, aplaudir… O por el contrario estalla y hace todo a la vez. Ríe por las
ocurrencias y el buen trabajo realizado por las actrices, aplaude cuando la escena
finaliza y medita cuando las luces dejan la escena a oscuras para en breves
segundos volver a intentar devorarnos.
Gema Zelarayán, Marta Hernanz y
Anna Naya, dan vida a estas tres mujeres, cada una es tu estilo, cada una con
su forma de intentar y conseguir atrapar al público, cada una con una voz que
no es la que emiten sus gargantas, sino también la expresión de sus cuerpos, de
sus miradas, de las señales que desde el escenario envían a los espectadores,
para que las entiendan, para que las comprendan, para que el espectador diga
muchas veces sí y otras tantas no. Y sin la menor duda lo consiguen, por materializar
a tres personajes creíbles, pues los viven con intensidad, fragilidad y rabia,
según la situación lo requiera. Fantásticas y maravillosas las tres.
El texto escrito por: Edurne
Rodríguez Muro cala profundamente y en esa hora que dura la función, mantiene al
espectador pegado a la butaca. Por último y no por ello menos importante, la
dirección sobria, profunda, sutil de Roberto Aron que logra que todo el equipo, junto con las tres actrices, formen un mismo conjunto por
su complicidad.
La obra está presentada por la
Compañía Arriba y Adelante y se representa en la Sala Trampolín en la Calle Santa Ana 9 – La Latina – Madrid.
Aunque tras hablar con una de
las actrices: Marta Hernanz me comunicó que tendrá continuidad otros sábados y
domingos, las dos próximas funciones están marcadas para hoy domingo a las 20
horas y el próximo sábado día 25 a la misma hora.
Desde aquí os la recomiendo a
todos. Apoyemos al teatro, a la cultura y además con un precio muy módico: 10€
Felicidades a todo el equipo y
os deseo lo mejor a todos y por supuesto a la Sala Trampolín.