Como ya os comenté al comienzo de
esta segunda temporada de entrevistas en el blog, invitaría a personas que creo
interesantes desde el punto de vista profesional o personal. Y que mejor que
este mes de Mayo, considerado como el mes de las flores, para presentaros a un amante de las flores y de las
plantas. Este es el caso de Ramón Tormes.
Ramón Tormes nace en Salamanca el
3 de Marzo en 1963 y desde muy joven pasa largas temporadas en la República
Dominicana donde descubriría el apasionante mundo de las plantas y los jardines
tropicales, profesión a la que se dedica desde hace 16 años, regentando
“Viveros Tormes” en Cabrerizos, Castilla y León, junto a su hermana y cuñado; aunque
con anterioridad trabajará en otros empleos.
J.S. Siempre comienzo con algunas
preguntas personales, que no íntimas. ¿Qué opinión tienes respecto al amor y la
amistad?
R.T. Junto a la familia los
motores de mi vida. El amor me da la estabilidad emocional y la felicidad, la
amistad una necesidad vital y la familia la alegría y seguridad.
J.S. ¿Qué lugar ocupa la familia
en tu vida?
R.T. No podría ocupar otro que el
principal, y en ella incluyo a mi pareja.
J.S. Como empresario, ¿qué le
pedirías al gobierno actual?
R.T. Que se vaya cuanto antes.
J.S. ¿Qué te llevó a salir de
España tan joven y vivir largas temporadas en La República Dominicana?
R.T. Mi hermana y su marido
habían sido trasladados allí por su empresa…llegué de vacaciones y me enamoré
del país.
J.S. En dicho país descubres la
pasión que hoy en día se ha convertido en tu ocupación, pero antes hablemos de
otros trabajos que has realizado y de tus estudios. Cursas estudios en la
Escuela de Artes Aplicada de Salamanca. ¿En qué te especializaste?
R.T. La verdad es que nunca
llegué a la especialización, aunque en aquel momento estaba decidido por la
escultura, pero para disgusto de mis padres, abandoné los estudios para hacerme
feriante y recorrer España durante algunas temporadas.
J.S. A mediados de los 80 tus
trabajos son muy diversos: Camarero, discjockey, relaciones públicas y modelo
ocasional. Vamos por partes.
Como discjockey, ¿qué música te
gustaba pinchar y que música escuchas con frecuencia?
R.T. Pinchaba la música de ese
momento, no podría especificarte ahora.
En cuanto a mis gustos musicales
soy muy ecléctico, me gusta casi todo. Pero si quieres saber cuál es mi grupo
favorito desde que apareció, estos son Everything But The Girl ahora ya
disuelto el dúo, pero su componente femenina Tracey Thorn aún sigue
deleitándonos con sus nuevos temas.(Este descubrimiento se lo debo a mi
amigo-hermano Chusmi).
J.S. Modelo ocasional, suena muy
bien. Cuéntanos la experiencia en este campo.
R.T. Fue ocasional, un juego
casi. Tenía una amiga belga que era fotógrafa de moda y me hizo varias sesiones…
J.S. Hablando contigo, me
comentabas que tuviste un buen contacto con La Movida Madrileña, donde saliste
muy beneficiado a nivel tanto artístico como persona. ¿Qué nos puedes contar al
respecto?
R.T. De la movida ya está todo
contado y requetecontado, para mí fue una etapa muy divertida en la que estaba
rodeado de un ambiente en ebullición, muy creativo, todo nuevo y fresco. Rápidamente
me vi envuelto de gente muy generosa que me acogió como parte de ellos. Vivíamos
tanto la noche como el día muy intensamente, conciertos, fiestas, inauguraciones,
exposiciones…Estoy encantado de haber pasado esa etapa y de haber conocido a
todas aquellas personas.
J.S. Pasada la década de los 80 y
al comienzo de los 90 te trasladas a Ibiza donde pasas casi 6 años. ¿Qué te
aportó la isla en esos años?
R.T. La verdad es que yo conocía
la isla solamente de vacaciones…y cuando llegamos a trabajar la cosa no fue tan
fácil como nos lo imaginábamos, era febrero y todo estaba cerrado, un gran
error. Pero una vez que arrancamos, todo
fue de maravilla de tal manera que yo me quedé todos esos años. Adoro esa isla
y tengo a gente a la que quiero mucho allí.
J.S. Después de toda una vida
viajando, en contacto con el público directamente, ejerciendo diversas
profesiones, regresas a Salamanca y pones en marcha: Viveros Tormes junto a tu
hermana y tu cuñado. ¿Cómo nace este proyecto?
R.T. Cuando yo estaba en Ibiza,
mi hermana y mi cuñado forman con unos compañeros un vivero forestal, pero les
faltaba un socio y yo que en esos momentos me encontraba con una gran saturación
de la vida nocturna, me lancé al
proyecto, me vine a Salamanca y aquí sigo.
J.S. Reconoces que la floristería
surge por casualidad y casi por necesidad, afirmas que nunca habías tocado una
flor más que para adornar algún jarrón cuando vivías en Ibiza. ¿Por qué
entonces dedicarse a algo tan frágil y delicado como es el mundo de las flores?
R.T. La cosa surgió sin pensarlo,
el negocio que habíamos montado fue un fracaso y le dimos un giro hacia la
jardinería, un día en un jardín me pidieron un ramo de flores y no lo dudé, le
pregunté que dónde se lo enviábamos y así comenzó mi relación con la
floristería.
J.S. No siempre los trabajos
comienzan con buen pie, como te sucedió a ti, pues el vivero en sí resultó en
un principio un fracaso, pero las ilusiones y los sueños nunca se pierden y
comienzas a estudiar jardinería y realizas diversos cursos de especialización,
a la vez que continúas trabajando, reconvirtiendo el negocio a la jardinería y
bajo la especialización de diseño de pequeños jardines y terrazas. ¿Qué supuso éste
cambio?
R.T. Pues ahora con la
perspectiva de los años estoy orgulloso de ello, porque estoy realizando un
trabajo que me gusta, que me obliga a estar siempre creando y que además disfruto
haciéndolo.
J.S. Tras el apoyo de una gran
amiga, que te encarga la decoración para su boda, todo comienza a ser más
fácil. Me comentabas que todo evolucionó entonces muy rápido y esa temporada no
dejaste de hacer ramos y decoraciones. ¿Las bodas son un buen negocio en este
terreno?
R.T. Pues no podría asegurártelo,
en mi caso trabajo con cita previa y solamente puedo coger dos eventos por fin
de semana, porque todos nuestros trabajos son personalizados, todo es artesanal
y yo diseño, elaboro y decoro todo lo más personal . Todo ese proceso artístico
en mi caso nunca está lo suficientemente valorado y por consiguiente tampoco
bien remunerado.
J.S. Te animas a viajar a Holanda
y Bélgica para tomar contacto con todo el mundo de la floristería y realizas
nuevos cursos de formación y técnica. ¿Qué te aportaron estos países, conocidos
por la belleza de sus jardines y el cuidado de las flores?
R.T. Te puedes imaginar. Yo los
conocía de turismo y ya me gustaban, sobre todo Holanda, pero una vez metido en
este mundo, eran necesarios para mi crecimiento profesional y allí fui y en la actualidad tengo contacto continuo
con ellos por medio de mi importador.
J.S. ¿Cómo describirías la
evolución en tus trabajos desde el comienzo a nuestros tiempos?
R.T. Una evolución natural, ahora
veo mis primeros trabajos muy naïf, con más ganas que técnica, pero eso si, con
tanta ilusión y creatividad como ahora y eso se nota!.
J.S. Te sientes orgulloso de que
nunca un ramo de novia, que hayas creado, ha sido igual a otro. ¿No resulta
difícil después de tantas bodas y tantos años en la profesión, no repetirse?
R.T. Lo estoy, claro que sí. Lo
fácil hubiera sido crear un catálogo y dedicarnos a hacer clones, eso lo puede
hacer cualquiera. Pero en esto reside parte de nuestro éxito, no copiarnos ni a
nosotros mismos.
J.S. Afortunadamente hoy en día, el negocio es
próspero. Trabajáis con cita previa y generalmente atendéis dos bodas cada fin
de semana. ¿Qué es lo que más os solicitan los clientes?
R.T. Como ya te comenté antes,
solo atendemos dos bodas por fin de
semana, porque es la única forma de que todo salga como el cliente y nosotros
queremos: perfecto. Los trabajos para las bodas normalmente incluyen: el ramo
de la novia, la decoración del coche, la ceremonia, el banquete.
J.S. ¿Cuáles son tus flores
favoritas? y ¿Cuáles las más difíciles de cultivar?
R.T. No tengo una flor favorita,
me gusta mucho la Peonía, trabajo mucho con variedades de rosas, pero cada
temporada descubro alguna flor para sacarle todo el partido.
En cuanto lo del cultivo,
nosotros no cultivamos, casi todas las flores como te dije vienen de Holanda,
algunas rosas de Ecuador y las variedades más exóticas de Costa Rica o
Sudáfrica.
J.S. La última pregunta siempre
de la dejo al entrevistado. ¿Qué te hubiera gustado que te preguntara y no he
hecho?
R.T. Pues podría ser ¿Cuál ha
sido tu trabajo preferido hasta ahora? Todos.
Gracias Javier, ha sido un
placer.