viernes, 6 de febrero de 2015

ENTREVISTA A: GUILLERMO ARRÓNIZ (ESCRITOR)


Hoy os acerco a un nuevo amante de las letras y licenciado en Derecho. Su nombre es Guillermo Arróniz y espero que descubramos más cosas de él, durante esta entrevista.
J.S.- Guillermo, normalmente antes de entrar en materia suelo hacer unas preguntas personales, nada comprometidas – Sonrisas - ¿Quién es Guillermo Arróniz?

G.A.- Javier, normalmente no suelo responder a preguntas personales, pero hoy haremos una excepción – Sonrisas – la respuesta completa implicaría muchas páginas, como supongo ocurriría al intentar definir a cualquier persona, una labor imperfecta y siempre cambiante. Pero intentaré hacerlo con un enunciado (nada protocolario por hacer un juego de palabras con el título de un poemario de Álvaro Pombo, a quien admiro): un ser humano en busca de su humanidad, impaciente, neurótico, pragmático, comprometido con lo que hace, vanidoso, cariñoso, impresionable… y escritor, siempre escribiente, siempre, siempre escribiente.

J.S.- La familia, la amistad, el amor. ¿Qué lugar ocupan en tu vida?

G.A.- La familia para mí  está constituida por aquellos que amas y te aman, más que por los que comparten una misma sangre. Muchas veces esas personas coinciden con los que están en tu árbol genealógico y otras no.
La amistad siempre fue un tema fundamental para mí, la concebí como se hacía en el siglo XIX, cuando era casi un compromiso amoroso, y aunque estoy atemperando eso sigue siendo algo que me resulta de vital importancia y que, a veces, me rompe por la mitad.
El Amor, el que se refiere a la persona con la que compartes tu vida siempre  ha sido lo más importante. De ahí que lleve diez años con la misma persona y la historia crezca y crezca. El Amor es lo que nos justifica, lo que nos explica en este mundo. Y aunque la amistad y las relaciones implican sentimientos profundos, nada se iguala a compartir una casa, una cama, una existencia.

J.S.- Licenciado en Derecho por la Universidad Complutense finalizado en el 2001 ¿Qué te llevó a estudiar esta carrera?

G.A.- Permíteme que sonría. Lo que me llevó a estudiar esa carrera fue un conjunto muy complejo de circunstancias, pero digamos que los juicios "peliculeros" americanos me llamaron con cantos de sirena que no se correspondían con la realidad. Aun así creo que fue una decisión acertada y que la carrera me permitió estructurar mi mente y saber muchas cosas de este mundo.

J. S.- Dejando atrás ya las preguntas personales, entramos en materia hablando un poco de tus inicios allá por 1998 donde ofreciste recitales de Poesía en Asociación Cultural de Reinosa en Cantabria y en la Universidad Complutense de Madrid. Siempre he considerado a la Poesía con letras mayúsculas dentro del mundo de la literatura y el recitar todo un arte para transmitir los sentimientos impregnados en los versos ¿Se precisa de un entendimiento especial o una sensibilidad determinada para recitar poesía?

G.A.- Sí… aunque no fue lo primero que escribí, la Poesía ha ocupado mucho espacio en mi vida y en las horas dedicadas a la Literatura, ese altar donde sacrifico sin fin y que me otorga sin fin dádivas insospechadas. Por supuesto que hace falta una sensibilidad determinada, abrir todos los poros del cuerpo para darle voz y música a lo que nació para ser música, belleza y metáfora.

J.S.- Publicas en el 2004 tu primera novela con Visión Net “Epitafio del Ángel” Comienzas el libro con una frase del gran José Saramago y además uno de mis libros favoritos del autor “El evangelio según Jesucristo” que cita “Dios no perdona los pecados que manda cometer” ¿Crees que Dios sigue moviendo los hilos del hombre y su creación o por el contrario otros hombres se esconden detrás de él para ser quienes controlan?

G.A.- Esa fue la séptima novela que escribí pero la primera que moví para publicar. En muchos aspectos considero que fue excesivamente pronto, pero como ya he dicho antes soy muy impaciente… Dios es un concepto inmenso, algo inabarcable. Creo que la espiritualidad es esencia también del ser humano, y sin ella está algo más que cojo, está ciego, y no sabe hacia dónde camina. Creo en Dios, desde luego, pero quién controla qué y si estamos predeterminados… menuda pregunta. Me remito a Calderón…

J.S.- ¿Qué supuso para ti esta primera obra publicada y el firmar en la Feria del Libro de Madrid?

G.A.- Experiencias maravillosas, inolvidables. Supuso muchas cosas. Ver el objeto del libro con mi nombre era algo casi mágico. En ese libro hablaba una enfermedad femenina muy frecuente pero bastante desconocida, me metía en la piel de personajes de distintas edades… Y pude ver con gran alegría los numerosos apoyos que recibía. La Feria del Libro es un lugar terrible para un escritor novel que se imagina firmando libros y libros a gente que acude al evento, y que se encuentra con la realidad de muchos paseantes casi nunca interesados por alguien de nombre desconocido. En mi caso estuve muy bien arropado y firmé un buen número de ejemplares, lo que hizo que no hubiera golpe contra el suelo, pero fui consciente de la realidad.

J.S.- Desde el año 2000 comienzas con tus reseñas y colaboraciones en diferentes revistas como: Revista universitaria Ágora (2000), Revista Odisea (2002), Mundo Joven (2005-2007), Revista Iguazú (2007-2011), Revista universitaria ECCUS (2006-2007), Gehitu Magazine… ¿Cómo te enfrentas a una reseña para una publicación, estudias al lector que está destinada dicha revista o sigues pautas personales?

G.A.- Lo que he intentado hacer todos estos años ha sido conectar el libro con su público. Casi todos los libros tienen una audiencia. No ha sido nunca mi brújula demostrar lo mucho o poco que sé de teoría de la Literatura ni darle clases al autor sobre lo que desconoce según parece desprenderse del libro… ¿Qué sentido tiene eso salvo la propia idolatría? Ha sido una labor muy gratificante pues habré reseñado trescientos libros quizá, o puede que más, y muchas veces los autores me han contactado para decirme lo bien que había comprendido su obra. Eso ya es una recompensa enorme pues significa que he conseguido entender el mensaje de otro ser humano, ser empático, conseguir que el sortilegio de la lengua cumpla su alta función de comunicación. He intentado siempre ser fiel a mí mismo y mantener la honestidad y por ello la mayoría de las veces que he reseñado ha sido gratuitamente, manteniendo mi independencia.

J.S.- Realizas Artículos de viajes en otras páginas como Universogay y en el blog literario de viajes www.generación.net. ¿Confirmas que el viajar por diferentes partes del mundo, enriquece nuestra mente y nos da una visión más global del ser humano?

G.A.- Sin duda… siempre que uno mantenga la mente y los ojos abiertos. Hay gente que viaja y lo único que le queda son fotos prototípicas y un agujero en la cuenta bancaria. De casi todo se puede aprender si se pone la atención adecuada. Viajar, para mí, es uno de los mayores placeres y me estimula a nivel literario. Me emociona descubrir otros pasados y otros presentes posibles…

J.S.- Cada vez son más los autores que se dedican a una especialidad tan difícil, al menos para mí como es el nanorrelato y a través de Internet publicaras en el 2011 un libro de nanorrelatos históricos: Borgianos. Epitafios y nanorrelatos ¿Cómo se sintetiza una historia en apenas cuatro palabras?

G.A.- Es condensar toda la historia. Es casi como hacer un epitafio. Tienes que ir a núcleo de lo que quieres relatar. Y tiene que ser algo de impacto. Por ejemplo, puedes describir una enfermedad y muerte de alguien en un libro a través de trescientas páginas o intentar condensar el mensaje que quieres hacer llegar “La muerte tomó, pausadamente, la forma de un pulmón negro. Estaba esculpida en nicotina, y había firmado un pacto. El cuerpo se entregó a cambio de miles y miles de pequeños momentos de placer. Cuando llegó el momento sintió como la Canina se lo fumaba… en un suspiro, y su alma se elevó como una columna de humo”.

J.S.- Publicas en el 2012 con la editorial Egales un libro de relatos “Pequeños laberintos masculinos”. Entre quienes han leído la obra se puede escuchar por parte de unos que es un libro erótico y otros que remueves conciencia al hablar de temas como el amor y la muerte siempre envueltos en un cierto misterio. ¿Cómo defines esta obra?

G.A.- La obra me dio la oportunidad de ser publicado por la editorial LGTB más importante en lengua castellana y eso es algo que valoro muchísimo. Respecto al contenido ambos grupos de personas tienen razón. El libro nació como un intento por hacer buena literatura erótica pero los vericuetos de los relatos me llevaron a otros temas también permanentes en mí como la vida más allá de la vida, la fe, el momento del tránsito o la conciencia de ese instante y sus consecuencias. La hipocresía que nos rodea y lo pacato de la sociedad siguen sorprendiéndome. Llevamos más de cinco mil años de Historia y aún el país se sigue escandalizando si aparece alguien desnudo en la televisión o en una revista, o si hay escenas de sexo en una película. Siendo el acto del que se genera la vida (al menos a veces) una pulsión natural y genéticamente inevitable... ¿por qué ese horror ante los actos físicos donde se disfruta la belleza del tacto y se libera la mente? Algunos de mis relatos son muy explícitos y eso es algo muy buscado. No pretendía el morbo, sino la normalización, el disfrute y la belleza.

J.S.- Un año más tarde colaboras en el libro “Tiempo al tiempo” con el relato titulado “Cuerpos de misericordia” Hay algunos editores que consideran que es un riesgo el publicar un libro de relatos porque dicen que es muy complicada su venta. ¿Cuál es tu postura ante este pensamiento?
G.A.-  Según parecen indicar los índices de ventas los géneros más populares son, en este orden, la novela y el ensayo seguidos por el relato y en último lugar por la poesía (el teatro parece que está en la posición más baja porque mucha gente lo considera adecuado para ser visto y no leído... aunque no lo comparto al cien por cien, pero por eso lo he sacado de la lista de alguna forma). Sin embargo creo que el relato y el nanorrelato deberían hacerse un hueco mayor en el mundo editorial ya que en nuestros días la gente tiene cada vez menos tiempo, lo hace todo más deprisa y tiende o puede tender a las lecturas más breves. Ahora bien hacer un relato que deje huella en el lector en muy complejo pues el tiempo es el mejor aliado del recuerdo.
J.S.- Terminando casi la entrevista, recuperamos el principio de ésta pues además de articulista, columnista, entrevistador, escritor de prosa, otra de tus debilidades es la poesía y al inicio del pasado año, publicas el libro de poemas “Los príncipes de catorce versos” con la Editorial E-dítalo Conmigo. Fue presentado en el Museo Cerralbo de Madrid por otro amigo y escritor común como es José Luis Serrano y en cada presentación se realiza una puesta en escena con versos de la obra. ¿Cómo recibe el público estas presentaciones que has realizado por varias ciudades españolas?
G.A.- Lo cierto es siempre me he opuesto a las presentaciones más "ortodoxas", por decirlo de algún modo. La idea de una mesa donde tres especialistas de la Literatura o catedráticos se dan un festín de teoría que casi ninguno de los asistentes al acto acaba de entender no me seduce nada. Creo que las presentaciones son la ocasión perfecta para aliar las letras con otras Artes como la Música o la Dramatización. Intento sorprender y crear un acto que tenga que ver con el libro. Para "Epitafio del Ángel", la obra se presentó en un pub y cantamos una canción de Anastacia porque había una relación con la historia: joven, fresca y donde la música tenía un lugar importante. 
Cuando presenté "Pequeños laberintos masculinos", la artista Nerea Coello interpretó a la guitarra un soneto mío al que su padre había puesto música. El soneto era “Roma en el horizonte” y Roma para mí es una metáfora del placer pero también del mundo espiritual.
Y finalmente la más espectacular de las presentaciones, tanto por el lugar donde se hizo como por el acto que tuvo lugar fue la de "Los príncipes de catorce versos". El Museo Cerralbo puso un marco incomparable y Esteban Ciudad y Arturo Collados, ataviados de una forma barroca, dramatizaron un diálogo de sonetos extraídos del libro, para sorpresa de unos espectadores que no sabían nada. 
Creo que el público agradece mucho estas formas diferentes de entretenimiento en las que la Literatura se acerca a ellos con otras armas más allá de las que otorga la hoja de papel y la tinta (que no son pocas).

J.S.- Entre los artistas están los que rechazan todo lo que tiene que ver con los premios. Tú has obtenido dos galardones: Premio en la IV Edición de concurso de poesía convocado por Teoría y Praxis  y ganador del Concurso de Poesía convocado por Facebook por Cordoba Incoming.  ¿Cuál es tu opinión sobre los premios?
G.A. Los premios pueden verse, en sí, desde muchas perspectivas: como un reconocimiento por parte de un jurado entendido que vienen a "confirmar" o "certificar" públicamente la valía, el talento, el trabajo de un autor, lo cual a su vez puede suponer un estímulo para dicho autor. También pueden considerarse una forma obvia de promoción pues todos llevan ligada cierta publicidad. Si están acompañados de una dotación económica, además, pueden suponer una "remuneración" por ese oficio tan inútil y necesario al mismo tiempo. Por lo tanto me parecen positivos. Otra cosa diferente es que haya premios que se otorguen por amiguismo o por conveniencia, por influencias editoriales... lo cual haría que el galardón perdiera sentido; o también puede suceder que el jurado no haya tenido acceso a todas las obras por razones de organización y/o tiempo y en ese caso el veredicto siempre será basado en un conocimiento incompleto... sin olvidar la subjetividad de cada uno. 
J.S.- Algunas propuestas para este año 2015 las has hecho públicas en la red social Facebook donde estamos en contacto, entre ellas vuelves a sumergirte en los Borgia de la mano de la novela ensayística “Lucrecia Borgia, la hija del papa” del dramaturgo Darío Fo. Sin duda los Borgia son de esos personajes apasionantes de nuestra historia que suscitan mil y una formas de mostrarlos. ¿Qué encierra esta familia bajo su prisma personal?

G.A.- Llevo una docena de años dedicado al estudio de la historia de los Borgia y en mi biblioteca hay un apartado de más de 90 libros y más de veinte revistas que tratan el tema de esta familia apasionante y el tiempo que les tocó vivir, mezcla del más sublime Arte, de la inteligencia más afilada, y la crueldad más absoluta... aunque casi siempre refinada.  Hay grandes personajes en esa familia pero creo que Rodrigo Borgia y San Francisco de Borja fueron las claves de la Historia. Mi favorito, a pesar de eso, es César, el duque Valentino, cardenal primero, general de las tropas pontificias después; azote de los pequeños tiranos de la Romaña y enigma de la estrella fugaz que nos ciega. Podría estar horas hablando de este tema.

J.S.- Estoy más que seguro y tal vez tengamos otra oportunidad para hacerlo, pero háblanos de otros proyectos para este 2015 como es la novela cómica “En busca de Pepa la Pipera…”

G.A.- Este es un proyecto que nació de una idea para promocionar "Pequeños laberintos masculinos" en Facebook. Una historia que empezó como un juego y que al final me ha servido para desconectar y disfrutar de 2013 y 2014. El primer borrador quedó listo en Abril del año pasado y ahora acabo de retomar el texto para corregirlo pero le queda mucho trabajo. Si el libro encuentra editorial no creo que aparezca antes de 2016. Hay que seguir perfilándolo. Hace muchos años que no practicaba lo cómico y es un género complejo... pero muy gratificante. Espero hacer que el lector sonría.
Hay otros proyectos para este año pero prefiero no hablar de ellos hasta que se conviertan -espero- en realidad.
J.S.- Y llegamos a la última pregunta que ya es todo un clásico. ¿Qué te hubiera gustado que te preguntara y no he hecho?

G.A. Me ha encantado la entrevista, que te agradezco mucho, y creo que ha cubierto muchos aspectos de mi pequeña obra literaria. Añadiré que la relación con los lectores, gracias a las redes sociales es cada vez más abierta, y siempre enriquecedora, múltiple y te permite "viajar" sin desplazarte físicamente. Las visiones de un público que ha comprado mis obras en Nueva York, en México, en Puerto Rico o en Padua me han hecho comprender mejor los distintos mensajes que un mismo texto puede llegar a albergar. 

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