Sin duda hay noticias que más
que tontas resultan absurdas, y esto es lo que sucedió en Westfalen en Alemania
donde un hombre consiguió pagar en un supermercado con un billete de 30 euros.
No, no es una broma, lo hizo y lo más gracioso es que la cajera no solo no se
percató de la falsedad del billete, que a simple vista es bastante parecido al
de 20 euros (Como se muestra en la foto), sino que además le dio la vuelta. Cuando se percató del error, ya
era muy tarde.
El policía de la localidad,
Christoph Menke, asegura que no encuentra el sentido ya que el hombre les avisó de la
existencia de dichos billetes falsos, asegurando que se los encontró en la
calle y que más tarde lo utilizó para comprar tabaco sin darse cuenta. En
palabras del policía: “Me parece increíble. En realidad no tiene sentido introducir
un billete así en el pueblo” “…Tal vez
fue un falsificador que quiso gastar una
broma”. Por otro lado, el detenido por el fraude argumentó en su defensa: “Se
trataba de un billete de broma que me encontré en la calle y quise mostrárselo
a mi mujer, pero por un descuido lo acabe utilizando en un supermercado”
Está noticia colma todos los
vasos de la estupidez. Primero el hombre, del cual se omite su nombre, paga con
un billete falso, luego se acerca a la policía y denuncia la existencia de
dichos billetes y para colmo de los colmos, el hombre se intenta justificar que
no se dio cuenta cuando entregó dicho billete a la cajera. O sea, cuando lo recoge se
percata de que es falso y cuando lo intenta colar, ¿lo ve como auténtico? ¿Desliz
mental? Claro que como era para comprar tabaco, podemos entender que se había quedado sin sus cigarrillos, y bajo el mono provocado y la necesidad imperiosa de llevarse uno a la boca, obnubiló sus sentidos y luego, cuan buen ciudadano
arrepentido confesó su pecado. Pero es que aquí, si él tiene delito, la cajera
aún más. ¡Hija del amor hermoso! O como decía aquel maravilloso humorista, Ángel
Garó, ¡Hija de la Virgen del abrigo de
pana! Creo que necesitas urgentemente ir al oculista o por el contrario tomarte
más en serio tu trabajo, porque que te cuelen un billete de 30 euros y no te
des cuenta de ello, es muy fuerte, pero que encima le entregues la vuelta de esos
30 euros, aún más. ¡Alma cándida! ¿Cuándo has visto un billete de 30 euros? Tú,
trabajadora infatigable, que diariamente pasan por tus manos decenas de
billetes de todos los valores en activo, precisas un reciclaje con urgencia, o
unas vacaciones, que todo puede ser.
El oficio de cajera estresa
mucho, lo sabemos, no sólo consiste en pasar los productos que uno elige, cobrar y devolver, sino que una cajera es como una psicóloga del momento, tenéis que escuchar a mucha gente que está muy sola; y mientras saca el
dinero de la cartera te cuenta toda su vida en menos de cinco minutos, si lo
que entrega es un billete. En cambio, si se enfrenta a un cliente que está
empeñado en pagar todo con calderilla porque la cartera está a punto de
explotar, el estrés se convierte en pesadilla, viendo la cola que está
formando quedando 15 minutos para terminar la jornada.
Sea como sea, no me extraña que
el policía flipara con la noticia, porque si yo soy policía y me llega un caso
así, lo primero que creo es que me están tomando el pelo, y ante esa situación,
antes de ser yo el estresado, van los dos al calabozo. Faltaría más.
¡Billetes de 30 euros! ¿Quién da
más?