Hoy es el día Internacional de la
lucha contra el Cáncer de mama.
Cada año
mueren mujeres de esta terrible enfermedad. Cada año, algunas de ellas, sufren
la amputación de uno de sus senos, al no poder ser erradicado dicho mal. Cada día
son muchas las que luchan en su vida cotidiana enfrentándose con gallardía por
librarse del cáncer de mama, a intensos tratamientos, sin mermar la esperanza
de que un día desaparezca de sus cuerpos.
Son muchas las ocasiones que me
acuerdo de mi madre, ella fue una de esas víctimas y gladiadoras, que nunca dejó de sonreír y de
luchar, aún en los momentos más dolorosos, hasta que se fue su último aliento,
allá por el año 85.
En días como hoy, miro al cielo y
clamo al cosmos que un día se encuentre la solución a tal enfermedad, a ésta y
a tantas tan graves que el ser humano padece.
Que los científicos descubran el
medio para que el sufrimiento humano sea el menor posible sobre esta tierra por
la que tenemos que transitar. Pero mientras ese día añorado y soñado llega,
seamos solidarios, con nuestros enfermos.
Hagamos que en esos días en que
les falta la energía por los tratamientos recibidos, seamos su apoyo.
Hagamos que en esos días en que
se ven perdidos por la frustración, encuentren en nosotros ese camino de luz, a
seguir.
Hagamos que en esos días en que
el fantasma de la enfermedad aparece a su lado, luchemos nosotros porque se
aleje.
Hagamos porque ese trauma de la
amputación, sea visto con total naturalidad, y con ello no decaigan sus ánimos.
Seamos, los que aún tenemos la
suerte de no estar enfermos, sus guías, sus compañeros, las mentes que no les
hagan pensar en que están enfermos, distrayéndoles, animándoles, haciéndoles comprender
que la vida sigue, pues con la ayuda de todos y la fortaleza que emana de los
que padecen la enfermedad, podemos lograr la energía suficiente para que el mal,
sino desparece, sea aplacado, en su mayoría.
MAMÁ, TE SEGUIRÉ RECORDANDO TODA
LA VIDA, PUES FUISTE UNA GRAN MADRE, UNA GRAN MUJER Y UNA LUCHADORA ENVIDIABLE.
