CAPÍTULO
XVIII
EL
FINAL… ¿EL FINAL?
Llevo ya 15 días en casa, y aquel
temor a no poderme valer por mí mismo cuando no hubiese nadie en casa o no
tuviera compañía, ha quedado olvidado. Es cierto, que algunas veces me han
faltado las fuerzas, que otras no quería ni siquiera salir de la cama y que
otras tantas, veía pasar el día por la ventana, sin saber en realidad que
estaba pasando, si estaba mejorando o no. Pero por otra parte, las visitas, los
amigos que me han obligado a levantarme de la cama y salir a dar una vuelta y
con ello distraerme y tomar el aire. El que poco a poco se me pasara el
problema estomacal, con lo que al comer de nuevo sólidos, me ha hecho sentir
más fuerte; aunque todavía mi estómago no esté a la altura de cuando lo llenaba
hasta que me decía basta. Debo de ir poco a poco, y no forzar situaciones.
Situaciones que también en ocasiones me limitan los dolores y el andar con
lentitud y sobre todo no alejarme de la zona en la que vivo, no coger el metro
o el bus, por miedo a algún golpe no deseado. Ya conocemos la Ley de Murphy, lo
que nunca ha sucedido, cuando no tiene que suceder, ocurre. Por lo tanto, en
esta ocasión, mejor no retar ni a dicha ley ni al destino.
Cuando comencé a contaros esta
historia, no sabía cómo titularla y sin pensar mucho, porque en esos días el
pensar me estaba dejando bloqueado, le puse: Un tiempo para meditar, sufrir y
luchar.
He meditado mucho, aunque en
realidad he podido compartir poco con vosotros, he sido muy escueto en algunas
de mis entradas. Pero meditar, sí que lo he hecho, sobre todo y principalmente
sobre la vida. ¿El porqué de las enfermedades? ¿El por qué el destino varía sus
cartas cuando creemos estar bien, y en
realidad no precisamos de mucho más? ¿El por qué nosotros en un momento
determinado debemos pasar por determinada prueba? Muchas preguntas, donde la
mayoría de ellas si han tenido respuesta y en algunas de esas respuestas
sentirse frustrado, por no saber cómo acometer con más fuerza ese destino.
He sufrido mucho, sí, ¡UF! Os
aseguro que esta vez he vivido la prueba más dura de toda mi existencia.
Dolores que no sabía controlar, y en muchas ocasiones, cuando podía dormir, que
ha sido muy poco lo que he dormido en este tiempo, el dolor, las fantasías y la realidad
juntarse y crear unas pesadillas oscuras que al despertar, mi cuerpo se encontraba
bañado en sudor. Las fiebres han sido altas en algunas ocasiones y en otras los
dolores me han trasladado más allá de lo concebible, os lo aseguro.
He luchado. Dicen algunos amigos que
soy un luchador nato. Quienes me conocen de siempre, que lo he hecho toda mi
vida. Esta vez la lucha ha sido dura, muy dura, hasta el punto en que en más de
una ocasión la toalla estaba a punto de caer al suelo, pero no, no he dejado que tocara el asfalto.
Aunque éste es el último post, por
ahora, aún me queda mucho por meditar, espero que poco que sufrir y la lucha
seguirá siendo una constante. Pero es mejor dejarlo aquí, aunque aún tenga dolores, aunque tenga la visita el día
25 con el especialista y donde me darán los resultados y el estado en que estoy ahora mismo. Queda en un futuro,
creo que no muy lejano, aunque preferiría que así fuera, la otra operación, y
entre tanto, espero que estas nuevas cartas que el destino me ha ido mostrando
y aunque las primeras no han sido muy halagüeñas, creo, confío y deseo, que en las
próximas, en su propio rostro se esbozará una sonrisa y en sus ojos se mostrará un camino
más llano, más feliz y con grandes sorpresas, con las que pueda disfrutar.
Seguimos en contacto, y por
supuesto, si en algún momento creo que debo añadir algo a este apartado, lo
haré. Mientras tanto, a todos vosotros os deseo mucha felicidad.