He hablado de los éxitos
de nuestros deportistas obteniendo medallas de oro, pero no siempre el deporte
son victorias y sonrisas. La vida de un deportista está llena de momentos duros
en muchos sentidos, de entrenamientos, de soledad, de esfuerzos, de llevar el
cuerpo al límite y entre ellos, las
lesiones.
Hoy quiero hablar de un
hombre que en estos Juegos Olímpicos de Río ha dejado una imagen sobrecogedora,
por la caída que tuvo durante la ronda de clasificación olímpica en el aparato
de salto de potro. Su nombre es Samir Aït Saïd, de nacionalidad francesa.
Samir Aït, cuenta con 26
años de edad y se le considera una de las grandes figuras de la gimnasia
artística masculina de Francia. Ha sido campeón de Europa en anillas en Moscú
2013
El pasado 6 de agosto Samir
realizaba un salto de caballo en la prueba clasificatoria de gimnasia artística
y cayó mal, con la desgracia de fracturarse la pierna izquierda por debajo de
la rodilla, entre la tibia y el peroné.
Los servicios de emergencia de la
Arena Olímpica de Río se apresuraron a atenderle, pero durante breves
segundos Samir sostuvo en el aire su
pierna quebrada. Fue trasladado al hospital donde le operaron y de cuya
intervención, según la federación francesa, ha salido perfectamente.
En
estos días Samir ha dado sus primeros pasos y ha publicado en su cuenta de
Facebook que ya ha comenzado con su etapa de recuperación gracias al apoyo del
fisioterapeuta. “Todo ha salido muy bien, espero estar de vuelta a mi país muy
pronto y en cuanto llegue voy a intentar luchar por el oro olímpico en Tokio
2020”
Cuando
veo casos como estos o leo palabras así, me pregunto de qué materia están
hechos los deportistas. Son como guerreros incansables, que ni las lesiones les
hacen dar un paso atrás. Guerreros de paz ofreciendo al mundo lo mejor que
saben hacer, competir en batallas deportivas.
Desde estas líneas deseo
que Samir Aït Saïd, se recupere muy pronto y nos muestra mostrar todo lo que desea
ofrecernos en futuras competiciones.