Una serie
atrevida, directa y sin complejos, de mujeres para mujeres, ¿o tal vez no? Tal
vez sea de esas series, que aunque las mujeres hablan de ellas, con un lenguaje
llano, que pocas veces, quizás por la educación de antaño, no estemos
acostumbrados a escuchar, esté destinada a todos. Sí, para nosotros también.
Los miedos, los
complejos, las inseguridades, las mentiras, los celos, el no querer ceder
aunque sepamos que no tenemos la razón, el infravalorar al prójimo… ¿No son acaso universales? ¿No son
las piedras con las que el ser humano, aun teniendo conocimiento de
ellas, nos hará tropezar e incluso caer, una y otra vez? Pues entonces, no
limitemos las situaciones de mujeres, sean lesbianas, bisexuales o
heterosexuales, cuando son contadas por ellas, o las de los hombres, cuando
somos nosotros quienes las relatamos.
A través de
estos dos primeros capítulos se nos muestra las sesiones de terapia de un grupo
de chicas y un chico, en un escaparate repleto de miradas, de gestos, de frases para meditar, de
algunas palabras soeces que pueden hacer daño a los oídos de los más puritanos,
o sonrojar sus mejillas, o por el contrario, satisfacer a los más comprensibles.
¿Comprensibles?... Tal vez no sea la palabra, pero dejemos las palabras, pues hay
muchas y bien dichas por las protagonistas y el personaje masculino presente,
en las cintas; como dice el dicho: Sin pelos en la lengua. Y lo dejo aquí. Por lo tanto demos paso a las imágenes y los detalles, sin malas interpretaciones, no como sucede entre los
personajes en algunos de los instantes. Y es que las palabras pueden
aclarar, mortificar, adueñarse del más débil o salir fortalecido cuando las
sacas al exterior. La palabra, el gran poder de la palabra, al menos, hasta el
momento, es un personaje de peso en la historia.
Un tiempo bien
medido, tanto en el metraje de cada capítulo como en las intervenciones. Un
ritmo más que adecuado, que hace al espectador desviar la mirada con avidez y
mantener el oído fino, para que nada se escape. Una fotografía que provoca sentirse
como un voyeur, sin pretenderlo y una banda sonora, ausente cuando las
respiraciones son necesarias y presente, cuando hay poco que decir y por el
contrario sí mirar o al menos intuir, lo que pretenden que veas. La dirección
muy acertada.
Deseando continuar con la historia, sencillamente, engancha.
Deseando continuar con la historia, sencillamente, engancha.
Los capítulos los podéis encontrar en el siguiente enlace: http://munecaserie.com/capitulos.HTML