Que las nuevas tecnologías
nos pueden causar algún disgusto, todos lo sabemos. Recuerdo que cuando
trabajaba en la televisión local de mi ciudad natal, tuvimos que retirar un
programa por máxima audiencia. El problema es que se trataba de una especie de
reality de la época, donde en verano, todos los miércoles se celebraba una fiesta: Los miércoles de Suances. Y es que aquel programa para
publicitar los diversos pub y discotecas, se adentraba en los diversos locales,
retratando a los asistentes bailando, contando chistes, o lo que ellos, de forma sana, desearan expresar ante la cámara. Un programa en
definitiva divertido, hasta que empezaron a llegar gente buscando a personas
que supuestamente habían salido en un
programa determinado y a ella o a él, les había dicho que estaba en casa,
cuando en realidad estaban disfrutando con otras personas. Celos,
infidelidades, etc se cebó en aquel programa y se decidió retirar.
Recordar este momento
se me ha ocurrido al enterarme de la noticia que sucedió en Rusia, donde una
joven se enteró de una forma curiosa de que su novio la era infiel. En un
momento determinado estaba utilizando la versión rusa de Google Maps con el
objeto de buscar una dirección, cuando entre el entramado de calles se dio
cuenta, en una fotografía determinada, de que una figura humana muy parecida a
su novio, estaba abrazando otra mujer.
La joven esperó
paciente a que llegar su novio y le pidió que buscara dicha dirección, él no
sospechaba nada y cuando apareció la imagen en el monitor donde se le veía con
otra mujer, su rostro cambio totalmente de color. Ante la prueba el chico no
pudo justificarse y reconoció su infidelidad.
El chico en un
principio pensó en denunciar al sitio web por haberle fotografiado por la calle
y no pedir su permiso para exponer dicha foto, luego recapacitó y consideró que
era absurdo culparles.
El portavoz de Yandex
Maps, comunicó que cualquier persona puede solicitar que su rostro no aparezca
en el sitio.
Ya veis, no nos
libramos del control ni desde las alturas. La tecnología que es una maravilla
por lo que nos acerca los unos a los otros, para determinadas personas ese
acercamiento es más que desmesurado. Una sencilla y simple fotografía realizada
por un satélite para marcar un lugar, puede provocar la separación entre dos
personas. Aunque es verdad que ese chico podía haber sido visto por cualquier
persona en el momento en que estaba abrazando amorosamente a quien no era su
novia, y es que hay que saber controlar los impulsos repentinos, que luego no sirve
el arrepentimiento.