Hoy se
celebra el Día Internacional del Orgullo Gay, motivado por los disturbios que
se originaron en la madrugada del 28 de junio de 1969 en el barrio de Stonewall
en Nueva York, en el conocido local Stonewall Inn.
Desde hace unos días vemos que en muchas ciudades de
España los colores de la bandera de la libertad, de la igualdad sobre la que se
arropa el derecho de género LGTBI, luce de múltiples maneras.
Ayer Facebook incluso nos proponía adornar nuestro avatar
con dichos colores. El motivo por el que yo no lo hice fue porque me despistaba el no
saber con quién estaba conversando. Además soy de los que pienso que esos
colores se deben llevar en el corazón, en la mente y en el alma durante los 365
días del año y no durante unos pocos días, donde algunos lo hacen de corazón y
como reivindicación, pero otros simplemente para aparentar ante los demás.
365 días del año
donde se debe de seguir luchando por esa igualdad y que nadie sufra
discriminación y persecución por homofobia.
365 días donde se
recuerde que significa de verdad este aniversario, pues muchos ni siquiera
conocen sus orígenes.
365 días en que no haga falta banderas multicolores para
defender lo que por derecho de vida corresponde a cada ser humano y no tener
que esperar a leyes que marquen pautas sociales.
365 días donde todos formemos
parte de este planeta sin pensar como vive, como ama, como siente el compañero
o compañera que tenemos a nuestro lado en el bus, en el metro o en el
supermercado comprando.
Porque un día no se hable de libertad de género LGTBI. Porque un día todos vivamos en una comunión perfecta.
(Javier Sedano)
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