CAPÍTULO VII
Por fin habían pasado todas las
pruebas. Llevaba desde primeros del mes de diciembre y terminando la primera
semana del mes de marzo. Os aseguro que esos meses, no se los deseo a nadie,
aunque también estoy convencido que habrá muchos enfermos que si leen mi
relato, dirán. Paparruchas. Y es que cuando traspasas las puertas de un
hospital, te das cuenta de la cantidad de personas que hay enfermas y algunas con
dolencias muy graves y dolorosas.
Haciendo un resumen, en ese tiempo
había tenido las pruebas rutinarias anuales (resonancia, análisis, radiografías
etc) A continuación llegaron las pruebas para la operación del tumorcillo en el
oído. Visto lo visto y ya relatado, nos vamos a nuevas pruebas para ver qué es
esa cosa que tengo en el pulmón derecho y tras saber el resultado, la últimas
pruebas que se realizan son para la operación del nódulo pulmonar. Toda una
aventura por las diferentes estancias de la Fundación Jiménez Díaz y el
Hospital Clínico San Carlos.
El neumólogo me recibe, me cuenta
que hay que operar y me relata cómo será dicha operación, pero que el que mejor
me contará todo con detalles, será el cirujano, y a los pocos días estoy en su
consulta. Muy agradable, por cierto, y me hace sentir seguro, incluso con la
noticia de que no se descarta que puede ser negativo el tumor, pues las pruebas
que han realizado con la biopsia, han sido de tejido cercano al nódulo, pero no
del mismo. Ese tejido ha resultado ser benigno, por lo que yo espero, deseo y
ruego a Dios, que el nódulo en sí, también lo sea.
Con todo detalle, como además me
gusta que los especialistas me hablen, me explicó cómo sería la intervención,
primero si el nódulo es benigno, y luego si es maligno. Que no lo va a ser,
pero bueno, lo tengo que escribir.
Sólo os daré como detalle que el
comienzo de la intervención, tras estar completamente dormido, serán dos
incisiones pequeñas, una más arriba que la otra, en la zona del costado y entre dos de
las costillas, por una de ellas introducen una cámara y por la otra las pinzas
con las que extraerán la muestra. Dicha muestra se la llevan a analizar y en
unos 20 minutos tienen el resultado. Mientras, claro está, yo permanezco
anestesiado.
Confío plenamente en todo el personal de la FJD. Desde el primer día que pisé sus instalaciones, hace ya más de tres años, sólo puedo hablar maravillas de todo el personal, y cuando digo todo, es todo. La educación, la cordialidad, el respeto, la sensación de querer agradar y conseguirlo. De hacerte sentir bien, sabiendo que te pueden dar una mala noticia, es absoluta. Sí, confío y dejo mi cuerpo en manos de los cirujanos, ellos conocen su profesión y yo quiero sanar.
Mientras muchos de vosotros, hoy día
25 de marzo, estéis leyendo este capítulo, yo estaré en la mesa de operaciones,
en la UCI (Unidad de Cuidados Intensivos) donde permaneceré unas horas tras la
operación, o ya en la habitación, dependiendo cuando sea leído.
Esté relato saltará, automáticamente,
como otros que dejaré ya escritos y con fecha programada. Ingreso hoy día 25 a
las 8 de la mañana y comenzará la intervención a las 12 del mediodía. La
intervención tiene una duración aproximada de unas 4 horas. Así que lectores
del blog, quienes estéis frente a este escrito, sólo os pido una cosa: Si sois
creyentes, pedid porque todo salga bien durante la intervención y el nódulo
(que yo estoy convencido que sí) sea benigno. Si creéis en otras fuerzas,
invocarlas para que la energía positiva
me abrace en este día, y sino creéis en nada, pues con sólo decir: "Suerte", va a
ser más que suficiente.
Mañana, al menos, habrá un nuevo capítulo. Mientras tanto un abrazo y sed felices.