Ayer dimitió una de las mujeres del gobierno de Rajoy,
Ana Mato, ministra de Sanidad, cargo que nunca debió de ocupar, a mi modo de ver, al no estar
preparada para tal cometido y por los grandes desastres que ha provocado debido
a su ineptitud ante la crisis sanitaria que vive nuestro país. Pero ella no ha dimitido por este motivo, sino porque el Juez Pablo Ruz ha propuesto juzgarla por haber disfrutado y
haberse beneficiado de servicios turísticos y regalos sufragados por la trama
Gürtel. Antes de hablar de este futuro juicio, analicemos algunas de las "glorias" que han consagrado a esta mujer en su ministerio
Uno de
los escándalos más recientes fue provocado tras la repatriación de los dos religiosos españoles infectados por
el ébola, donde una de las asistentes sanitarias que atendió al religioso
español, por fin hoy en día ya curada, resultó infectada por el virus, todo
debido probablemente a un fallo humano y donde los profesionales de la salud,
afirmaron que tanto las instituciones donde se había tratado a los religiosos
como su personal no estaban preparados para contener el ébola, cuando ella
comparecía ante los medios asegurando de fuertes dispositivos de seguridad con
los que se contaba e incluso solicitando que la enferma si se curaba, debería
pedir la dimisión por saltarse el protocolo, protocolo que se descubrió y ella
bien sabía no existía. Tras una rueda de prensa lamentable donde ni siquiera
tenía conocimiento de lo más esencial del caso, se escondió en su caparazón y
como ocurre siempre en este partido, mandó a otros a dar la cara y seguir
errando, como ocurrió con el consejero de sanidad de Madrid.
La retirada
de la tarjeta sanitaria a los inmigrantes irregulares, fue una de las mayores
polémicas en su gestión de gobierno hace dos años, rompiendo así con la
universalidad de la Sanidad, donde no se limitó sólo a los inmigrantes llegados
de otros países, sino que se ha retirado a todos los españoles que trabajan
fuera de España si pasan más de seis meses sin regresar. Su gloriosa frase
quedará marcada en la historia de alguien que no piensa antes de hablar “la tarjeta sanitaria le corresponde a los
españoles” desde entonces los servicios de urgencias, donde también ha
metido recorte, están colapsados. Médicos del Mundo denunciaba que según cifras
del propio gobierno se habían retirado 873.000 tarjetas sanitarias desde
septiembre del 2012.
Pero Ana
Mato en su atrevimiento levanta una nueva polémica generada por su voluntad de
excluir a las mujeres lesbianas y solteras del sistema público de reproducción
asistida. A la pregunta formulada sobre qué criterio puede considerar un médico
para incluir o excluir a un paciente de un diagnóstico y tratamiento de
fertilidad lanza otra de sus joyas “No
creo que la falta de varón sea un problema médico”
Otra de sus
brillantes actuaciones aprobadas por Real Decreto, dejaba sin asistencia
sanitaria a los españoles mayores de 26 años que no hubieran trabajado o
cotizado en la Seguridad Social. Mato se apresuró a negarlo diciendo que “Ningún
español iba a dejar de tener tarjeta sanitaria por dinero” pero en cambio, esta
reforma sanitaria está clara. Sólo tendrán derecho a la cobertura médica a
cargo del Sistema Público de Salud los llamados “asegurados”; trabajadores,
pensionistas, desempleados con prestación o que ya la hayan agotado y se
encuentren en búsqueda activa de empleo. El resto, siempre mayores de 26 años, “podrán
ostentar la condición de asegurado siempre que acrediten que no superan el
límite de ingresos determinado reglamentariamente” Este techo se fijó dos meses
después en 100.000 euros anuales.
Del hacha,
más que la tijera que el gobierno del PP lleva usando en este país desde que
subieron al poder con mayoría absoluta, no se libra nadie y frente a las políticas
de igualdad redujo el pasado año 2013 un 24% su presupuesto y los recursos para
combatir la violencia machista han disminuido un 7%, a este hachazo hay que
sumar el 22% que aplicó en 2012, sin olvidar los tajos que muchas comunidades
autónomas están aplicando para estos servicios.
Si ya la
economía no estaba bastante machacada para muchos ciudadanos de este país,
llega la “buena señora” implantando el copago, donde por primera vez en la
historia de este país, hace que los pensionistas tengan que pagar una parte de
sus medicamentos en función de la renta. Fija el copago también en decenas de
medicamentos de dispensación hospitalaria (como los antirretrovirales y los
oncológicos) y de las prótesis, sillas de ruedas y muletas, sumando a todo este
despropósito, el copago para el transporte no urgente de ambulancias. Un año
después de ser aprobado, el copago hospitalario no está funcionando en ninguna
comunidad, ni siquiera en las gobernadas por el PP, ya que el sistema de
facturación que debería implantarse para su implementación, es más caro que lo
que las comunidades ahorrarían
Y no podemos
olvidarnos de una de las enfermedades más contagiosas como es el VIH, donde se
toma la medida de dejar desatendidos, entre otros, a los inmigrantes
irregulares que viven con el VIH. Tras toda la polémica y las advertencias de
los riesgos que supondría para la población la no asistencia de este colectivo,
enviadas por la Sociedad Española Interdisciplinaria del Sida, la ministra
aseguraba que no será así gracias a los acuerdos y firmas de convenio entre comunidades autónomas y organizaciones
de apoyo a la población. Pero como suele suceder cada vez que habla en público,
sus ambigüedades, su manera de lanzar balones fuera, su falta de claridad e
información sobre un ministerio del cual debería saber, al menos lo más
importante para la salud pública, nos deja mucho que desear.
Ahora la
ministra dimite por enfrentarse al escándalo de corrupción protagonizado por su
ex marido Jesús Sepúlveda y los regalos realizados por la red que dirigía
Francisco Correa y donde el Juez Ruz ha propuesto juzgarla por haber disfrutado
y haberse beneficiado de servicios turísticos y regalos sufragados por la trama
Gürtel.
De acuerdo con el artículo 122 del Código
penal, el magistrado considera a Mato “Partícipe a título lucrativo” de los
regalos de la red Gürtel que recibió su ex marido, lo que supone que, si bien
no se la acusa de ningún delito, se la podría enjuiciar como responsable civil
para que restituya el dinero del que presuntamente se ha beneficiado. “Regalos
en forma de servicios turísticos” entre los años 2000 y 2004 por un importe de
31.580 euros, siendo ella y sus hijos los beneficiarios, donde se incluían
billetes de avión, tren, alquiler de coches, alojamiento en hoteles de España y
del extranjero. Por todo lo expuesto, el juez Ruz solicita a la ministra que
designe abogado y se persone así en el proceso, y abre un plazo de treinta días
para que la Fiscalía Anticorrupción, las acusaciones del caso y los abogados de
los imputados presenten sus correspondientes escritos de acusación y defensa,
tras lo que se abriría juicio oral.
Ana Mato
dimite como ministra pero según fuentes próximas a ella, pretende quedarse en
la Cámara Baja y realizar el trabajo parlamentario que le asigne el Grupo
Popular.
Una vez más
asistimos a como la desfachatez, la prepotencia, la arrogancia, la sed de poder
y de agarrarse a un escaño, sea cual sea, presenta lo más vil del ser humano y
esa vileza está también presente en la ex ministra de sanidad Ana Mato. No
conforme con la pésima gestión realizada como ministra de sanidad, el no saber
salir de una crisis como la del ébola, el dejar desprovistos a miles de
personas de la tarjeta sanitaria, de vetar a lesbianas y mujeres soltera de
tener un hijo a través del sistema
público de reproducción asistida y tantas barbaridades alguna aquí expuestas,
ahora, todavía quiera seguir agarrándose a un sillón. ¿No tienes un poco de
dignidad como ser humano o también eso lo has perdido?