De nuevo llega hasta el blog un
actor. Es madrileño, nacido en Carabanchel, en el barrio de Vista Alegre, en el
seno de una familia hostelera. Él es FONSI LIÉBANA.
J.S.- Fonsi, mis primeras preguntas
nada tienen que ver con la profesión, sino con algunos detalles de tu vida
personal, que no íntima. De esa manera, los lectores pueden conocerte un poco
mejor. ¿Cómo era Fonsi de niño?
F.L.- Risas – Pues recuerdo un niño
muy sonriente y que hacía reír mucho a sus familiares y profesores. Desde
luego, no fui un niño que pasara desapercibido, por lo inquieto y creativo que
era. Todo el tiempo me estaban regañando por liar alguna trastada, o bien
riéndome la gracia por cualquier ocurrencia o los disfraces que improvisaba. ¡Fui
un niño feliz!
J.S.- ¿Con qué soñabas en tu
adolescencia?
F.L.- Soñaba con encontrar el amor de
mi vida y ser como Antonio Banderas. Ya veía mucho cine y desde bien pequeño
quería meterme dentro de las películas, ser yo el personaje...
J.S.- Familia, amistad, amor. Esta es
una pregunta de esas ya habituales. ¿En qué orden se encuentran en tu vida y
por qué?
F.L.- Todos ellos han tenido su
momento en cuanto a preferencia, pero considero que la felicidad (momentos
felices de mi vida) la he encontrado con el equilibrio de esas tres patas. Faltando
una, se puede estar bien, faltando dos se pasa realmente mal. Pero cuando
tienes las tres, se podría decir que eres un ser más que afortunado.
Ahora estoy viviendo un momento muy
bonito en pareja. Después de 12 años de relación, este verano nos hemos casado.
Y fue uno de los momentos más bonitos de mi vida!!
J.S.- Naces en una familia hostelera,
como he comentado en la entradilla. Lo que no he dicho es que la familia
regentaba un Restaurante – Marisquería, llamado El Langostino. ¿Qué te llevó a
ser actor y no continuar con la tradición familiar?
F.L.- Mi abuelo inauguró El
Langostino en el año 1969, si no recuerdo mal, y fue un auténtico éxito. Una
época muy bonita, según contaban siempre en la familia. La plaza de toros de
Vista Alegre funcionaba por demás, casi como Las Ventas, y allí curró “hasta el
tate”. Toda la familia tuvo que echar una mano. Pero al cerrar se iban de
juerga, en aquella España de Franco.
Cuando nació mi hermano pequeño,
decidieron dejar el negocio y ponerlo en alquiler. El carabanchel de los años
80/90 no era un buen lugar para tener a los niños en la calle, con unos padres
que trabajaban prácticamente todo el día. Así que no he tenido la oportunidad
de trabajar de mayor. De existir todavía, seguro que lo estaría haciendo. Ya se
sabe, si eres actor... lo más probable es que trabajes como camarero.
J.S.- Te inicias en el teatro con
Alberto Morate (1998-2001) y comienzas la formación Completa de Actor en el
Estudio Juan Carlos Corazza (2002-2007). Operador de Cámara de cine y televisión
en el CEU (2015) y en el año 2016 Seminario de Teatro con Catalina Lladó.
Aunque tocas otros palos, te inclinas hacia el teatro. ¿Existe alguna
diferencia notable en la formación de un actor de teatro al de cine y
televisión?
F.L.- No sabría decirte, yo puedo
hablar por mi experiencia. Me formaron para el teatro, que, a mi modo de
entender, es la madre de todo lo demás. Así que lo aprendido en Corazza me ha
servido mucho a la hora de trabajar en cine también. No conozco a ningún actor
que solo haya estudiado interpretación en cine. Y desconozco la formación de
actor específica para televisión. Pero entiendo que es más fácil hacer cine, si
ya has hecho teatro. Ambos lenguajes tienen su dificultad, aunque parezca
sencillo. Esa es precisamente la complejidad de nuestro trabajo: que parezca
fácil.
Por un lado, el teatro es una montaña
rusa de hora y media, de la que no puedes bajar, mientras todo el mundo te
mira.
Por otro, en el cine no basta con
estudiar un guión y ponerte delante de la cámara, hay muchos elementos que
tener en cuenta. Necesitas un plus de concentración, el objetivo lo capta todo
(incluso lo que piensas). Además, cuando trabajas en una película, puede que el
rodaje empiece por el final, por la escena cuarta, o la página 47.
El teatro es más de verdad y el cine
es más ficción. Yo me casé con el teatro pero mi gran amor siempre ha sido el
cine.
J.S.- Complementas toda esta
formación con seminarios entre el 2002 – 2003 de Improvisación con Francisco
Olmo (Corazza) 2004 – 2007 seminario Espacio Escenográfico por Jean Guy Lecat
(Corazza) 2005 – 2006 Seminario de Improvisación por Consuelo Trujillo
(Corazza) El mundo de la improvisación del actor. He hablado con algunos
actores sobre este tema y me gustaría saber tu opinión. ¿Qué importancia le das
al conocimiento sobre la improvisación?
F.L.- Pues mucha, para mí un actor
necesita improvisar como un nadador el agua. Es el medio en que nos movemos. No
solo hay que tener buena memoria sensorial, buena voz, buena expresividad. Es
muy necesario estar despierto para poder reaccionar ante cualquier imprevisto,
e intentar utilizarlo a favor de la historia. Te voy a poner un ejemplo:
supongamos que un texto se lo tengo que decir a un mismo compañero en cada
función, pero -un buen día- ese compañero no sale, o sale tarde a escena ¿qué
harías? Y no vale salir corriendo- Risas – Para mí, la improvisación es
lo que hace que un actor siga vivo en el escenario. También en tele es muy
necesario, dados los tiempos que se manejan en los rodajes. Es peligroso, pero
necesario como el comer. En una serie diaria, te vas tarde a casa y con un
texto que estudiar y casi que escupir al día siguiente. Y peligroso porque
tiras de lo que llaman oficio (improvisación) y la cámara lo capta todo, si no
dices las cosas con verdad… te pilla. Es una chivata.
J.S.- Estudiando tu currículum me he
encontrado con un seminario muy curioso que realizaste entre el 2002 – 2004. Un
seminario de Kung – Fu, impartido por Muriel Mondy (Corazza). Explícanoslo, por
favor.
F.L.- El kung-Fu para actores fue un
descubrimiento para todos los que tuvimos la oportunidad de practicarlo, en
aquella promoción. Nos enseñó a encontrar nuestro equilibrio, a saber caer en
una escena de acción y a medirte en el espacio con un compañero. La escena es como
un combate, pero con el texto.
J.S.- Los actores de unos años,
cuidáis mucho la técnica de la voz y tú no has sido menos, has estudiado
Técnica de Voz Linklater con Antonio Ocampo y Leticia Santafé (Corazza) 2003
-2007 y los seminarios de Voz, el primero con Lidia García (Corazza) 2002 –
2003 y de Canto con Silvia Sánchez (Estudios Corazza) 2006 – 2007. ¿El que un
actor controle su voz le da más posibilidades de trabajar, por ejemplo en los
musicales, tan de moda de un tiempo acá?
F.L.- Yo considero que sí, te abre
más puertas a la hora de trabajar. Pero el canto es otra cosa. De la escuela,
no sales formado como cantante y tienes que estudiar en un sitio específico. Si
quieres hacer musicales, o ya cantabas de cuna o tienes que prepararte.
Evidentemente tienes que tener una buena herramienta (vocal).
J.S.- Los estudios los has
compatibilizado con trabajos, como sucede con muchos actores, que les ayuda a
ir tomando contacto con la profesión que un día van a realizar. Tu primera
incursión en el cine fue con el cortometraje “La Partida” 2002 - 2003
dirigida por Jorge Novoa y en la cual fuiste coprotagonista, hasta llegar a tus
últimos trabajos en el año 2016 como: “La Cena” de Karim Shaker,
seleccionado en el Festival Screamfest de L.A. (Los Ángeles); “Ella” de
Javier Marco Rico, ganador del Festival Islazultura 2016; “Yerma” de
Emilio Ruiz Barrachina (en postproducción); “La muerte de Ingria” de
Isaac Berrocal (en postproducción); “Vinoterapia” del Instituto del Cine
(postproducción); y “El Futbolín” de Juanjo Verdura (ganador de una
biznaga de plata en el Festival de Málaga por “The promise”), que estás rodando
actualmente. Siempre me he hecho una pregunta, ¿cómo se puede trabajar en
tantas películas y no confundir el personaje?
F.L.- Ojalá fueran muchas más,
Javier. No se confunden porque cada texto, localización y compañeros, suelen
ser distintos. Precisamente, lo que yo siempre he admirado de los actores que
idolatro es su capacidad para poder ser otras personas (personajes). Si pienso
en la carrera de cualquiera de mis ídolos, por ejemplo De Niro, Dustin Hoffman,
Meryl Streep… Todos han conseguido eso precisamente, teniendo el mismo cuerpo y
la misma voz, interpretan personajes totalmente diferentes. Yo aspiro a eso. Si
hicieran un trailer con todos mis personajes, me gustaría ver personas
distintas.
J.S.- En el Teatro llevas una gran
trayectoria. Por lo que nombraremos alguno de tus trabajos. Previamente, en los
años 1998-2001 actuando en dos piezas amateur, dirigidas por Alberto Morate. La
primera de ellas “La Paz de Aristófanes” (Madrid – Mérida) con un papel
de reparto, y la segunda “Por Amor a la vida” (Madrid - Vic) con papel
coprotagonista.
Profesionalmente, comienzas con la
obra “Los sobrinos del capitán Grant” (2001), en el Teatro de la
Zarzuela y dirigida por Paco Mir (Tricicle). Y, en 2008, entras a formar parte
de la compañía Teatro Benavente, donde estás hasta 2013.
Esta una pregunta que hago a todos
los actores que pisan un escenario, ¿qué se siente al tener frente a ti a un
público que espera ver al personaje y no sólo al actor?
F.L.- Es una auténtica
responsabilidad estar ante un público que ha pagado su entrada, e incluso si no
lo han hecho. Ellos esperan pasar un buen rato y nosotros pretendemos sacarles
de sus vidas durante la función, para que te acompañen durante la historia que
les propones. Muchas veces lo conseguimos. Y eso solo se puede hacer si el
actor deja paso al personaje, y es él quien habla.
J.S.- Y quince obras más (que sería
largo de enumerar en esta entrevista) hasta llegar al presente año, donde
participas en el montaje de “Galanteos en Venecia” (en el Teatro de la
Zarzuela y bajo la dirección de Paco Mir), que fue Finalista en los Premios MAX
2016, y “El Sepelio” de Heidi Steinhardt, producida por Anabel Alonso.
Dos ejemplos para una pregunta. Siempre se ha dicho que el teatro está en
crisis, pero cuando hay en cartel una buena obra, la sala se llena. ¿Dónde está
el error, puede ser que no se cuide la promoción?
F.L.- Pues has puesto dos claros
ejemplos de todo lo contrario. En Galanteos en Venecia tuvimos toda la
promoción necesaria, ya que la “pagábamos” todos los contribuyentes, a través
del INAEM. Y ese es precisamente el motivo por el que -por otra parte y
afortunadamente para nosotros- todos los trabajadores del montaje cobramos un
sueldo digno. En el caso de El Sepelio, la obra se promocionó entre todos y la
producción salía de nuestro bolsillo, de nuestra taquilla. Por mencionar otra
diferencia, el Teatro de la Zarzuela tiene un público fijo, mientras que el Teatro
del Arte -que es una sala alternativa- aún no lo tiene y así es más difícil.
Pero, cada una a su nivel, fueron un gran y un pequeño éxito.
J.S.- Vamos a pasar por la
televisión con rapidez, con dos ejemplos. Una ha sido tu participación en la
cadena Cuatro, en programas como “Cuarto Milenio” y “Cuestión
de Sexo”. Hay actores que se sienten muy cómodos en la pequeña pantalla y
otros que -si pueden- no pasan por ella. ¿Cuál ha sido tu experiencia al
respecto?
F.L.- Mi experiencia es que ojalá
trabajara más en televisión. Desde aquí hago un llamamiento a todos los
directores de casting españoles. FONSI LIÉBANA está po descubrí zeñore… que me
los quitan de las mano!!
https://vimeo.com/fonsiliebana
Trabajar en televisión durante un
tiempo, es conseguir esa ansiada estabilidad con la que soñamos todos los
actores.
J.S. Has participado en campañas
publicitarias como “Gatorade”, “Santander, fútbol pasión”, “Worten”,
“Pokerstars”, “Comedy Central”, “Paramount Comedy”, “Paramount Chanel”, “La
Quiniela”, “Burger King”... No te voy a preguntar cómo es trabajar en un
anuncio, ni si la remuneración económica es buena o no, la pregunta es una que
nos hacemos todos los telespectadores. ¿No crees que debería existir una
normativa más severa sobre el exceso de publicidad de algunas cadenas, donde
más que ver un programa o una película, se proyectan cientos de anuncios que
-en una gran mayoría- la gente no vé, cambia de canal o hace cualquier otra
cosa?
F.L.- Ayer me pasó viendo una serie,
cada 10/15 minutos… Zas. 6 minutos de anuncios. Y al final prefieres bajarte la
serie y verla a tu antojo, seguida, y parar cuando tú quieras. Pero te digo
otra cosa, necesitamos la publicidad. Vivimos de ella, las cadenas y las series
beben de ella. Los actores comemos de ella también.
J.S.- Y nos vamos a otro mundo, el
absorbente mundo de Internet, donde cada vez es más frecuente encontrarse con
series, algunas muy interesantes donde incluso ya hay un festival anual.
Participaste en “Altera2” (www.altera2.com), dirigida por Borja
Sánchez y Carmen Gil, en el 2015. ¿Cómo viviste aquel proyecto?
F.L.- Fue muy ilusionante. Era un
proyecto entre amigos y nos lo pasamos muy bien haciéndola, sin ninguna
pretensión. Pusimos lo mejor que teníamos y -con muy poco dinero- sacamos 5
capítulos para delante. La cabecera es una auténtica pasada del gran Santiago
Liébana (mi primo y un gran profesional desde hace muchos años http://addcommunication.es/.
Los actores, qué te voy a decir... ¡Son amigos! Entrad en la serie y juzgad por
vosotros mismos. A mí me parecen unos grandes cómicos.
Además, he de decir que contamos con
la colaboración de un gran amigo y más grande actor, Pepín Tre. Para el que no
lo conozca, uno de los mejores cómicos de este país.
Y no quería dejar de hablar de otros grandes del medio, Videópatas. Unos YouTubers
de éxito con los que rodé “Me tiro a tu hija”, que ya va por más de 223.000
reproducciones. Es todo un orgullo poder hacer reir a tanta gente.
J.S.- Vamos a ir terminando con
las dos últimas preguntas. ¿Cuáles son los nuevos proyectos de Fonsi Liébana?
F.L.- Actualmente estoy rodando “El
Futbolín” de Juanjo Verdura, que seguro dará mucho que hablar. Y tengo la
suerte de volver a compartir plano con Pepín Tre. De nuevo, un placer absoluto.
Por otra parte, compagino mi carrera
de actor con la ayuda humanitaria, trabajando con ACNUR. Animaros, cambiará
vuestra vida y -al mismo tiempo- vosotros la de otros en una situación más que
difícil.
Y como hay que renovarse, este año
voy a empezar a estudiar doblaje. Hay que seguir abriendo puertas.
J.S.- ¿Qué te hubiera gustado que te preguntara y no he hecho?
F.L.- Si tuvieras que
elegir entre el éxito personal y el profesional (trabajo), ¿con qué te
quedarías? ¿Dejarías tu vida en España por conseguir el éxito en otro país como
México?
J.S.- Seguramente estas y otras preguntas, tendrán lugar en otra
ocasión. Un abrazo.