ZENIT
COMUNICACIÓN Y FLIXOLÉ presentan “La primavera la sangre altera” una selección
del mejor cine erótico español.
Como dice el refrán,
cuando llega el calor a uno lo que le apetece es estar cerca de la persona que
le gusta. Siempre ha sido así y el cine español no ha dudado en representarlo.
Desde hace muchos años, uno de los rasgos más destacables de nuestro cine es la
apuesta por el erotismo, a veces más sugerido, a veces más de alto voltaje. El
erotismo está presente en nuestras películas, ya sea en forma de comedia, ya en
forma de thriller, incluso mezclado con géneros como el “fantaterror” o el cine
político. FlixOlé dedica su nueva colección a este tipo de películas, muy
populares desde el momento de su estreno… aunque algunos las tachen de placer
culpable.
Pese a que durante el
franquismo, el erotismo estuvo desaparecido de nuestras pantallas por razones
obvias de censura, con la llegada de la transición, el cine español quiso
recuperar parte del tiempo perdido y comenzó a producir películas donde el
erotismo y la sensualidad estaban en primer plano. Este ciclo de películas son
conocidas como “cine de destape”, un etiqueta muy fácil que a veces impide ver
la complejidad de muchas de las propuestas. De hecho, muchos de estos títulos
son claves para poder entender la rápida devolución de la sociedad española en
la década de los setenta.
De esta forma
presentamos títulos muy diferentes, siempre unidos por su apuesta por el
erotismo, como NO ES BUENO QUE EL HOMBRE ESTÉ SOLO (Pedro Olea,
1973), con Carmen Sevilla y José Luis López Vázquez, una fábula sobre las
fantasías y la privacidad, que hoy puede tener una lectura muy
contemporánea; SEX O NO SEX (Julio Diamante, 1973), otra divertida
comedia con José Sacristán y Carmen Sevilla sobre la necesidad de recuperar el
tiempo perdido y de superar la represión; LAS ALEGRES VAMPIRAS DE VÖGEL (Julio
Pérez Tabernero, 1974), un ejemplo de cómo muchas veces se usaba el género del
“fantaterror” para incluir dosis de erotismo que estarían prohibidas en
cualquier otra película, aquí con el protagonismo de María José Cantudo y Agata
Lys; TRES SUECAS PARA TRES RODRÍGUEZ (Pedro Lazaga, 1975), una
divertida comedia protagonizada por Tony Leblanc, que en realidad mostraba la
inocencia y la ingenuidad de los españoles; LAS MARGINADAS (Ignacio
F. Iquino, 1975), una película sobre la sororidad y la complicidad entre mujeres
para superar las circunstancias adversas, protagonizada por Analía Gadé y Diana
Lorys; LA MOSCA HISPÁNICA (Bob Kellett, 1975), una comedia sobre el
mito del vigor y la potencia, pero también sobre la picaresca, protagonizada
por la inolvidable Nadiuska; MÁS FINA QUE LAS GALLINAS (Jesús Yagüe,
1977), un sainete moderno sobre el precio de la independencia y la excesiva
dependencia del juicio ajeno; VISANTETA ESTATE QUIETA (Vicente
Escrivá, 1979), secuela la popularísima comedia El virgo de la Visanteta,
que muestra la viudez de Visanteta y cómo todo el pueblo se empeña en buscarle
marido; CON EL CULO AL AIRE (Carles Mira, 1980), una película con
todo lo que el mediterráneo aporta: picardía, alegría y escatología, en una
fábula sobre la locura y la sexualidad, protagonizada por Ovidi Montllor; PROFESOR
EROTICUS (Luis María Delgado, 1981), una delirante comedia sobre las
contradicciones de las personas respecto a las relaciones amorosas; DE
NIÑA A MUJER (Carlos Aured, 1982), sobre el despertar sexual de tres adolescentes; LA
MUJER DEL JUEZ (Francisco Lara Polop, 1984), sobre la melancolía que
asedia a una mujer en una ciudad de provincias, de la que sólo logra escapar
gracias a un joven que le devuelve las ganas de vivir o LA LOLA NOS LLEVA
AL HUERTO (Mariano Ozores, 1983), una de las populares comedias de Pajares
y Esteso, esta vez ejerciendo de padres del mismo hijo y amantes de la misma
mujer.
Algunas de estas
películas, sin embargo, prefirieron ambientar sus historias en algunos momentos
de nuestra historia reciente, mostrando divertidas interpretaciones de nuestros
hechos históricos. Así, por ejemplo, LA VIUDA ANDALUZA (Francesc
Bellmunt, 1976), una adaptación en clave erótica de la novela
renacentista La lozana andaluza de Francisco Delicado; CUENTOS
DE LAS SÁBANAS BLANCAS (Mariano Ozores, 1977), con Manolo Otero y Bárbara
Rey, una divertida comedia histórica, ambientada en un pueblo de Castilla en la
Edad Media o QUE NOS QUITEN LO BAILAO (Carles Mira, 1983), una
comedia alegre, con elementos de humor absurdo, ambientada en el periodo de la
dominación musulmana de la Península.
Pero en algunas
ocasiones, los cineastas se valían del erotismo para mostrar una visión de la
sociedad del momento, mostrando cómo todas las circunstancias vitales convergían,
desde las emocionales hasta las políticas. Este es el caso por ejemplo de CAPERUCITA
Y ROJA (Luis Revenga y Aitor Goiricelaya, 1976), una adaptación de una
obra de éxito en el circuito de teatro alternativo, que mostraba una lectura a
la vez picarona y política del famoso cuento de Perrault. Otra lectura política
contenía LA MUCHACHA DE LAS BRAGAS DE ORO (Vicente Aranda, 1980), en
la que un antiguo jerarca del franquismo se debate entre falsificar su
biografía o entregarse a la pasión que le desata una joven veinteañera. Pero
es LA MUJER DEL MINISTRO (Eloy de la Iglesia, 1981) la película que
más lejos llevó la reflexión política y el erotismo, mostrando la hipocresía de
la clase dirigente respecto a su vida íntima. En este grupo destaca el
díptico de Joaquín Coll Espona compuesto por EL FASCISTA, LA BEATA Y SU
HIJA DESVIRGADA (1978) y EL FASCISTA, DOÑA PURA Y EL FOLLÓN DE LA
ESCULTURA (1982), donde se mostraba el difícil acomodo que tenían los
nostálgicos del régimen en los nuevos tiempos en los que la juventud empezaba a
aprender lo que era la libertad, en todas sus facetas.
En esta línea destaca
Frances Bellmunt, un director que ha intentado siempre mostrar cómo el erotismo
ha marcado la diferencia en la mentalidad de las distintas generaciones, especialmente
durante el periodo de la Transición. A través de sus películas podemos entender
qué significaron para la juventud esos años en los que el país se abría a la
libertad. FlixOlé presenta su trilogía de la Transición, alguna de ellas
auténticas obras de culto: LA ORGÍA (1978), SALUT Y FORÇA AL
CANUT (1979), LA QUINTA DEL PORRO (1980).
Pero si hay un director
que represente el erotismo en el cine español, ése es Vicente Aranda, quizá el
director que más lejos ha llevado la representación de la sexualidad y de todos
los abismos que a veces conlleva. De Aranda presentamos varias películas,
como EL AMANTE BILINGÜE (1993), adaptación de Juan Marsé, sobre los
intentos de un hombre por recuperar a su mujer, aunque sea perdiendo la
identidad; LA PASIÓN TURCA (Vicente Aranda, 1994) con Ana Belén, una
popularísima película, adaptación de la novela de Antonio Gala, que mostraba la
contradicción entre la moral heredada y a las necesidades vitales; LA
MIRADA DEL OTRO (1998) con Laura Morante y José Coronado, sobre una mujer
libre que sin darse cuenta entra en una espiral de autodestrucción y sobre
todo AMANTES (1991), uno de los grandes clásicos contemporáneos, en
los que el erotismo y la sexualidad son el reverso de la violencia y la muerte.
Junto a las películas
de Aranda y al cine del destape de la Transición, también presentamos varios
clásicos del erotismo en el cine contemporáneo, películas muy populares en el
momento de su estreno, como LUCIA Y EL SEXO (2001) y HABITACIÓN
EN ROMA (2010), ambas de Julio Medem; LAS EDADES DE LULÚ (Bigas
Luna, 1990), adaptación de la conocida novela de Almudena Grandes o ENTRE
LAS PIERNAS (Manuel Gómez Pereira, 1999), con Victoria Abril y Javier
Bardem. De los años noventa también mostramos la más desconocida pero muy reivindicable SEDUCCIÓN
MORTAL (Antonio García Molina, 1997), uno de los últimos papeles de
Nadiuska, en una película que mezcla el cine erótico con el thriller más
sofisticado.
Toda esta colección,
idónea para ver ahora que llega el buen tiempo, se presentará como siempre en
FlixOlé, en la mejor calidad de imagen y sonido.
FlixOlé está disponible
en Smart TV, tabletas y teléfonos IOS y Android, Fire TV, Orange TV, ZapiTV,
Amazon Prime Vídeo o a través del ordenador, además
las películas se pueden descargar para verlas sin conexión
a internet en cualquier dispositivo móvil.