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miércoles, 15 de mayo de 2024

LA CAJA DE CRISTAL: CRÍTICA DE CINE

La coproducción entre Alemania y Bélgica, La caja de cristal, está escrita y dirigida por Asli Özge “Mientras no me afecte a mí”

Una mañana, en un edificio del centro de Berlín, colocan una gran caja acristalada en el patio. La caja en sí hará las funciones de una inmobiliaria, cuya propiedad recae en el dueño del edificio, Johannes Horn (Felix Kramer).  Al día siguiente la policía cerca la puerta principal del inmueble impidiendo que entren o salgan los vecinos, pues se ha declarado un estado de emergencia. Henrike Koch (Luise Heyer), una de las propietarias, precisa salir para asistir a una importante reunión de trabajo pero se lo impiden. En su búsqueda por encontrar una solución, irá descubriendo que algo extraño está pasando entre sus vecinos.

La guionista, productora y directora, Asli Özge, se licenció en Comunicación en la Universidad de Estambul en 1995 y se graduó en la Facultad de Bellas Artes, Departamento de Cine y Televisión, en la Universidad de Mármara en 1999. Su primer trabajo llegó con el cortometraje “Büyük Harf C (Capital C) 2000 y su primer largometraje para cine con “Hombres en el puente” 2009, continuando con “Para toda la vida” 2013, “All of a Sudden” 2016 y este año presentarnos “La caja de cristal” 2023. Para televisión ha dirigido el largometraje “Ein bisschen April” 2003, el documental “Hesperos`un Çömezleri” 2005 y 6 episodios de la serie televisiva “Dunkelstadt” 2020.

Asli Özge disecciona a la sociedad actual con un bisturí bien afilado y sin temblarle el pulso, creando un drama tenso, asfixiante y demoledor, pues desde las primeras imágenes nos sitúa en el corazón del conflicto y nos perturba con la colocación de esa extraña caja de cristal, que ubica en el patio de una comunidad de vecinos un tanto peculiar. A través de ese acontecimiento se irán desvelando las miserias de las que el ser humano es capaz de albergar en su fuero interno, entre ellas: la avaricia, el odio, las mentiras, los miedos, los juicios de valor, la soledad, la familia, el trabajo o la falta del mismo o el aferrarse a los cambios y lo desconocido entre las traiciones, los celos, el racismo, la incertidumbre y cuanto puedas imaginar. Un cóctel molotov que eleva y altera la convivencia de quienes pululan por el bloque y traspasa la pantalla, calando en el espectador. ¿Qué está sucediendo realmente en esa finca en donde las conversaciones se vuelven secretas, los silencios refugio y las asambleas que llevan a cabo, campos de batalla?

La directora nos abre las puertas y ventanas para que seamos espectadores de excepción de este drama que se fragua a fuego lento, hasta llegar al desconcertante final, en medio de simbolismos y diálogos perturbadores y envenenados que se dispensan los propietarios, inquilinos y visitantes inesperados. Una obra teatralizada acomodada en los diferentes escenarios que componen el edificio: Interiores de las casas, el sótano, el ático, los pasillos, las ventanas indiscretas y por supuesto el patio, que late de modo muy especial. En cada uno de esos ambientes se desarrollan las escenas que dan cuerpo al filme, apoyándose en la desesperación por no saber qué les mantiene secuestrados, los secretos bien guardados de algunos de ellos, las verdaderas pretensiones de la inmobiliaria y la gentrificación como raíz.

Un thriller psicológico que cuenta con un nutrido grupo de actrices y actores que dan vida a los diferentes personajes, no libres de prejuicios. Un filme complejo al que no se le puede perder de vista en ningún instante, sino queremos perdernos entre las paredes y rincones. Este intrincado puzle nos envuelve en una atmósfera decadente, desoladora y terrorífica, pues no hay nada peor que pensar en medio del caos.

El filme está rodado prácticamente con cámara en mano, convirtiéndose, como en otras ocasiones, en un personaje más a tener en cuenta y que deambula en silencio, revelando instantáneas desde diferentes prismas que ayudan a desmarañar el oscuro guion, también escrito por Özge. La fotografía recae en Emre Erkmen, sustentada en su mayoría en planos cortos, provocando con ello una extraña intimidad entre el espectador y lo que está aconteciendo.

Mi nota es: 7

ESTRENO EN ESPAÑA: 17 de Mayo

REPARTO: Luise Heyer, Felix Kramer, Christian Berkel, Timur Magomedgadzhiev, Manal Issa, André Szymanski, Sascha Alexander Gersak y Hanns Zischler.

PRODUCTORA: Gilles Mann Filmproduktion// Les Films du Fleuve// Port au Prince Film & Kultur Produktion// Zeitsprung Pictures.

DISTRIBUIDORA EN ESPAÑA: Pirámide Films y Barlovento Distribución de películas.

jueves, 10 de diciembre de 2020

LA LECCIÓN DE ALEMÁN: CRÍTICA DE CINE


La Lección de alemán
está dirigida por Christian Schwochow con guion de Heide Schwochow.

Nos encontramos en Alemania en 1954, un joven de 21 años, Siggi Jepsen (Levi Eisenblätter) se encuentra recluido en un correccional. En una de las clases les mandan escribir una redacción sobre “los placeres del deber” y mientras sus compañeros escriben, él se mantiene mirando a la hoja en blanco, no sabiendo que escribir. Le castigan en su celda y en ella está obligado a  desarrollar la redacción para el día siguiente, es entonces cuando recuerda sus años de infancia, durante la guerra. A su padre Jens Ole Jepsen (Ulrich Noethen) un policía de una pequeña aldea al norte de Alemania, a su madre Gudrun Jepsen (Sonja Richter) sumisa a un marido violento y sus hermanos, Hilke (María-Victoria Dragus) quien desea estar el menor tiempo posible en casa y Klaus (Louis Hofmann) combatiente y desertor de la guerra.

Jens recibe la orden de los nazis de vigilar a su amigo Max Ludwid Nansen (Tobias Moretti) un pintor expresionista al que el nacionalsocialismo le prohíbe pintar al considerar su obra enfermiza. Jens además de vigilarle personalmente, encarga a su hijo de 11 años, Siggi (Levi Eisenblätter) que le ayude. El pintor considera a Siggi como un hijo y el niño descubrirá el arte de pintar y encubrirá al pintor, pues disfruta de sus lecciones y el cariño que le dispensa.

Tras finalizar la II Guerra Mundial los temas que más se tocaban en la literatura, principalmente europea, eran la represión por parte de las autoridades, la hambruna, la responsabilidad ante las acciones, los miedos, la culpa por lo sucedido e incluso los recelos y odios en una sociedad herida y dividida; sin olvidarnos de las armas nucleares como la bomba atómica que se lanzó el 6 de agosto de 1945 sobre Hiroshima en Japón por  los norteamericanos y el execrable holocausto provocado por los nazis. Algunos de estos temas no solo son tratados en “La lección de alemán” cuyo autor es Siegfried Lenz,  sino que en dicha obra, también se reflexiona sobre ese tiempo oscuro en Alemania, arrastrando y sufriendo  el gran cáncer que fue el nacionalsocialismo.

El escritor y director, Christian Schwochow, antes de estudiar dirección cinematográfica en la Academia de Cine de Baden Württemberg en 2002, siendo muy joven, actuó en obras de radio y más tarde, como redactor jefe de la revista juvenil “Short!”. Ejerció de autor y locutor para varias emisoras de radio y televisión desde 1998 y tras las prácticas en la ARD, pasó a formar parte de su plantilla, trabajando también en Arte y 3 Sat. Durante sus estudios comenzó a dirigir documentales largos, así como sus primeros largometrajes de una hora, entre ellos “Marta y el abuelo volador” 2006. Se graduó con el filme “Niña de Noviembre” 2008 continuando con “La invisible” 2011, “Al otro lado del muro (West)” 2013, “Calle Bornholmer” 2014, “Paula” 2016. Ha dirigido telefilms como “The Tower” 2012 y “La fortuna peligrosa” 2016 y en series como “Mitten in Deutschland: NSU” 2016 y “Bad Banks” 2018. Este año visita nuestras pantallas con “La lección de alemán”

“La lección de alemán” cuenta con un magnífico guion de Heide, madre del director, adaptando la novela homónima de Siegfried Lenz, ya mencionada, y una cuidadísima dirección general y actoral de Christian Schwochow. Los actores, tanto jóvenes como adultos, recrean a la perfección sus personajes, dotándoles de una verdad que cala en el espectador quien experimenta un aluvión de emociones, pasando del odio al cariño, de la comprensión al desprecio, del respeto al asco más absoluto y es que madre e hijo, guionista y director, desarrollan un intenso drama con crítica a un tiempo pasado sufrido en su país, y que difícilmente podrán olvidar las generaciones, como tampoco el resto del planeta. Revelan a través de sus personajes las dos caras del ser humano: Lo mejor y lo peor. Siendo la muestra de la maldad y el dolor, Ole Jepsen, un hombre despreciable y odioso hasta la saciedad, claro ejemplo de esas mentes perturbadas que gestaron el nazismo; no existiendo nada  por encima del deber y de las órdenes, ni familia, ni amigos… ni ellos mismos. Un personaje que Ulrich Noethen, asume hasta en su sangre helada. En el lado opuesto, dos personajes a tener en cuenta, por una parte la inocencia del joven Siggi, que aun siendo adiestrado por el mal que personifica su padre Ole y temiéndole como progenitor, no logrará llevarle a su terreno. Una soberbia interpretación de Levi Eisenblätter, enterneciendo al espectador, ante sus actos y reacciones. El otro personaje masculino, la antítesis de Ole, su  gran amigo, se verá traicionado y perseguido por esos falsos ideales, el pintor expresionista, Max Ludwid Nansen, negándose a acatar las órdenes de Ole y el sometimiento al régimen dictatorial. Su pintura no es enfermiza, su pintura representa la libertad; la libertad de expresión, de acción y reacción. Otra impecable interpretación en la persona de Tobias Moretti. Pero recalco, todos los actores están en puro estado de gracia, para el goce de los espectadores.

No quiero terminar sin mencionar los aspectos técnicos que logran crear una magnífica atmósfera, desde el diseño de producción por parte de Tim Pannen, el tratamiento de la fotografía de Frank Lamm con sus sombríos paisajes costeros, el vestuario de Frauke Firl y la banda sonora en la partitura de Lorenz Dangel. Todo en este filme, está planificado para que el espectador disfrute de buen cine.

Mi nota es: 8,5

ESTRENO en ESPAÑA: 11 de Diciembre.

REPARTO: Ulrich Noethen, Tobias Moretti, Levi Eisenblätter, Tom Gronau, Johanna Wokalek, Sonja Richter, Maria-Victoria Dragus, Louis Hofmann, Artus Maria Matthiessen, Marek Harloff, Michael Wittenborn, Joachim Regelien, Mette Lysdahl, Sebastian Rudolph, Moritz Führmann, Jonas Leonhardi y Christian Serritiello.

PRODUCTORA: Wild Bunch// ZDF// Network Movie Film-und Fernsehp// Senator Film Produktion.

DISTRIBUIDORA: Pirámide Films.

sábado, 5 de enero de 2019

RAZZIA: CRÍTICA DE CINE


Una obra dura, intensa, dramática… Razzia es una coproducción entre Marruecos, Francia y Bélgica. Dirigida por Nabil Ayouch y guion compartido con Maryam Touzani.

Entre la supervivencia en las agrestes montañas de Marruecos a la subsistencia en la ciudad de Casablanca, partiendo de la vida de un maestro de escuela al que 30 años atrás le obligaron a  cambiar su forma de educar e incluso, enseñar en árabe y no en  bereber, por ser considerado un dialecto; hasta llegar a las grandes protestas en Casablanca en 2015.


 Entre flashback pasaremos de un periodo de tiempo a otro, con emblemáticos personajes que representan a los ciudadanos marroquís. 

“¿Qué importa la fe si les arrebatáis los sueños?” Una historia que te atrapará por su demoledora verdad, expuesta con total naturalidad y crudeza. Un filme donde Nabil Ayouch aborda temas como el paro en la juventud, el aborto, la prostitución, la homosexualidad tanto masculina como femenina, el rechazo a los judíos,  la ley de la herencia y la igualdad entre sexos;  la convivencia entre las tradiciones y las ideas europeísta, la política, la religión o la necesidad de abrir ventanas y puertas, para alejar las represiones machistas, entre intensos contrastes como el  encontrarnos a una joven viendo video clips  musicales actuales en televisión, a la vez que se prepara para realizar sus rezos, con la vestimenta autóctona.    


Cruces de vidas, cruces de destinos, comenzando con la del profesor que ama su profesión y le obligan a aplicar una nueva ley de educación, negándose y con ello, teniendo que abandonar su hogar y a su prometida, Yto, una mujer con un hijo pequeño de nombre Llyas. Ambos, ofrecerán su voz en off, durante esta historia. Me quedo con un fragmento que cita Yto en un momento determinado: “En mi rostro, grabé mi batalla. Con sangre y carbón. En mi frente, el olivo, símbolo de fuerza. En cada mejilla, el ojo de Dios. La estrella que nos guía en la noche” Y ya sabréis el motivo del porqué.

Seremos testigos del día a día de la pareja formada por Salima y Jawad, ella una mujer con una visión de modernidad, él con un fuerte y arraigado machismo, herencia de sus antepasados.  Joe, judío y dueño de un restaurante, cuidando de su padre enfermo, viviendo en soledad y  desahogando sus penas con uno de sus empleados, Llyas, quien sueña con una Casablanca sacada de la película de Michael Curtiz y Hakim, un joven gay carpintero, fan del grupo Queen y miembro de un grupo musical.  




El filme cuenta con una expresiva, poética y hasta metafórica fotografía a cargo de Virginie Surdej, en dónde una vez más, la imagen habla por sí sola, y a través de la cual Nabil Ayouch, ha sabido medir cada plano, cada encuadre, cada escena, con suma precisión. No hay nada al azar, todo es necesario para que la narración alcance el clímax absoluto, logrando un cierre conmovedor. Guillaume Poncelat, será el artífice de envolver toda la obra con su magnífica partitura.

Al reparto coral no se le puede pedir absolutamente nada. Cada personaje está perfectamente retratado por los actores que los representan, con absoluta credibilidad y verdad. Creo que con esa última palabra es como mejor se define este filme: Verdad, y esa verdad, cala en el espectador.

Hay muchos instantes que quedan grabados, pero tal vez los tres que mejor definen y defienden  lo que Ayouch desea transmitir  están cuando Hakim canta “We are the champions”, la gran escena  final y el  tema del grupo musical marroquí, interpretando una potente canción protesta sobre todo lo que está sucediendo en Casablanca, una ciudad, que como dice en la canción, que aun estando siempre en movimiento, hay una fuerte tasa de paro, vidas y bolsillos vacíos, intentando sonreír mientras se tragan las amargura y olvidan las apenas. Ni los estudios, ni el saber idiomas sirven a la juventud, para labrarse un futuro. Y me atrevo a rematar todo lo dicho con dos frases que navegan por el espacio durante el filme: ¡Qué importa el idioma, si les arrebatáis la voz! ¡Qué importa el idioma, si las montañas se vuelven sordas!

Una obra donde Nabil se apoya en la película Casablanca y el grupo Queen, como símbolos emblemáticos o la poesía, para desgarrar más el alma.

Mi nota es: 8

ESTRENO en ESPAÑA: 4 de Enero

REPARTO: Maryam Touzani, Arieh Worthalter, Amine Ennaji, Abdelilah Rachid, Dounia Binebine y Abdellah Didane.

PRODUCTORA: Unité de Production// Les films du nouveau monde// France 3 Cinéma// Artemis Productions// Ali n´Productions

DISTRIBUIDORA en ESPAÑA: Pirámide Films.