WONDERSTRUCK.EL MUSEO DE LAS MARAVILLAS: CRÍTICA DE CINE

         Wonderstruck.El Museo de las Maravillas está dirigido por Todd Haynes. Dos épocas, dos niños y un mismo desenlace.

         Ben (Oakes Fegley) es un jovencito que vive en el año 1977, en Minnesota. Su madre (Michelle Williams) muere en un accidente y desconoce quién es su padre. Vive junto a sus primos y tía, quien le cuida como un hijo más.  Una tarde de tormenta, mientras se refugia en la antigua casa y habitación donde vivía con su madre, da con una pista de quien puede ser su padre y donde encontrarlo, toma el teléfono y en ese preciso instante, un rayo descarga sobre él, quedándose sordo. Obsesionado por saber de su padre, decide escaparse de casa y viajar hasta New York. 

          En 1927 nos encontramos con la jovencita Rose (Millicent Simmonds), quien vive en New Jersey, es sorda y conoce el lenguaje de los signos. Convive con su padre, un hombre severo y extremadamente protector, su madre es una famosa actriz del cine mudo, Lillian Mayhew (Julianne Moore) residente en New York. Cansada del trato que le da su padre, decide viajar en busca de su madre.

          Brian Selznick escribió en 2011 el libro titulado “Maravillas” y él mismo lo ha adaptado a guion cinematográfico para ser dirigido con suma pulcritud y temple por Todd Haynes.

          Un film no exento de cierto riesgo, no solo por la manera en que presenta las tramas, sino por el modo de ofrecer un tema tan delicado como es la  discapacidad auditiva y no obstante, Todd, logra atrapar al espectador a través de una dirección contenida, de una exquisita narración visual, de las acertadísimas interpretaciones y de los magníficos efectos de sonido o ausencia del mismo, durante parte de la obra. El sonido, esa parte tan importante y delicada en una película y en ocasiones tan poco valorada por el público, cobra en este filme protagonismo propio, logrando la tensión que se vive bajo la pérdida de la audición. El silencio absoluto en el día a día, en un mundo en constante movimiento, el estar rodeados de ruidos de toda índole y donde la palabra hablada tiene gran importancia.

          Una obra en la cual  sus protagonistas viajan en busca de su propia identidad como sucede en el caso de Ben o del afecto personal que reclama Rose. La amistad, la vida, el enfrentarse a los problemas, el madurar antes de lo marcado por la propia vida o los recuerdos a los que aferrarse; crean un universo propio, único, en el que se ven obligados a desenvolverse bajo los constantes peligros que les acechan. Una historia intensa que va crescendo plano a plano, escena a escena, hasta llegar a ese final que desemboca en una hermosa alegoría. Interpretaciones mimadas, destacando a la pequeña Millicent Simmonds y al jovencísimo Oakes Fegley  

          Entre los aspectos técnicos, además de lo comentado sobre el  magnífico sonido, hay que destacar la soberbia fotografía de Edward Lachman, con una más que correcta iluminación en el transcurso de  la década de los 70 a través de una cuidada paleta de color, para dar paso a las estampas en blanco y negro que evocan y recrean los años 20, "jugando" entre los encuadres, los ligeros desenfoques o las superposiciones, por poner algunos ejemplos. El trabajo de diseño de vestuario de la mano de Sandy Powell, refleja con exactitud ambas décadas. La batuta de Carter Burwell dirigiendo una delicada y correcta partitura y no puedo olvidarme del extraordinario montaje, el cual nos atrapa entre las constantes rupturas del orden temporal, en dicha narración. 

          Todos estamos en el fango, pero algunos miramos a las estrellas.

          Mi nota es: 8

          ESTRENO en ESPAÑA: 5 de Enero.

          REPARTO: Oakes Fegley, Julianne Moore, Michelle Williams, Amy Hargreaves, Cory Michael Smith, Marko Caka, James Urbaniak, Hays Wellford, Morgan Turner, Jaden Michael, Ekaterina Samsonov, Raúl Torres, Millicent Simmonds, John P. McGinty, Mark A. Keeton.

          PRODUCTORA: Amazon Studios/ Killer Films

          DISTRIBUIDORA en ESPAÑA: Diamond Films España.