lunes, 26 de mayo de 2014

UNA TRANSEXUAL CON PENE DE ESCAYOLA TUVO ENGAÑADA A SU ESPOSA DURANTE 17 AÑOS


Esta noticia es un poco antigua, pero el otro día dando vueltas por Internet, que lo guarda todo muy celosamente, para lo bueno y para lo malo, me encontré con esta  curiosidad sucedida en el año 1996 en Londres.

Pues bien, como figura en el titular, una rica heredera británica estuvo casada con un transexual durante 17 años. Detalle que ella ignoraba. Pasados esos años, se enteró y no porque al fin descubriera la verdad sobre lo que tenía su marido entre las piernas, que no era otra cosa que un pene de escayola, sino porque se encontró con su certificado de nacimiento.

Como era de esperar, la mujer se enfadó y pidió la anulación del matrimonio, quedando el transexual sin ningún tipo de manutención. El hombre que nació mujer, se había sometido en 1973 a una doble mastectomía seguida de un tratamiento hormonal. Conservaba su vagina, porque no se había atrevido a la reconstrucción quirúrgica del miembro viril.

En aquel tiempo, la pareja tenía dos hijos, uno de nueve y otro de cuatro años, mediante inseminación artificial. La esposa había asegurado a los ginecólogos que su marido se había hecho una vasectomía. ¡Menuda vasectomía! Y milagro hubiera sido sí un objeto de escayola hubiera podido fecundar a una mujer. Por otra parte y durante el juicio dijo que siempre creyó que el pene de su esposo era pequeño o deforme, pero no artificial.

Dejemos el resto de los datos, que son ya meramente formales y burocráticos,  que si en aquel tiempo hubiera existido un programa como “Sálvame”, seguramente hubieran tenido material para semanas. Pero no es el caso de esta reseña, sino el pensar en esta pareja detenidamente, y en su sexualidad.

Por una parte, ¡alma de cántaro! Me refiero a usted señora, con motivo de su afirmación: … Siempre creí que el pene era pequeño o deforme, pero no artificial. ¿No artificial? Por favor, buena señora, no voy a preguntar cuántos penes había tocado antes que el de su supuesto marido, pero hija mía, ¡que era de escayola!, ¡frío y duro como una piedra y blanco como la nieve! No puedo creer que sus ojos y sus manos la mantuvieran tanto tiempo engañada. ¿O es que era usted de esas mujeres recatadas que lo miraba de reojo y nada de tocar? Porque si es así, la que tiene delito es usted. Y ahora comprendo porque los británicos, según la encuesta que publiqué el otro día, ellas les consideraban perezosos. Buena señora, hay que despertar otros sentidos y sensaciones, que no el del “mete y saca” 

 En fin, que me ha dado mucho que pensar y tú, sí, tú, al transexual me refiero, ya que llevabas un pene artificial, haberte esmerado un poco: Pequeño y deforme. Si es que el mundo está lleno de conformistas, y luego así les luce el pelo. En aquellos tiempos, ya había buenos consoladores en el mercado y más en tu ciudad. Lo que me hubiera gustado saber es como se lo colocaba para la penetración. No, mejor no, que tal vez, en vez de un psicólogo como precisó su ex esposa, lo necesitaría yo para asimilarlo.

Le he querido dar un toque de humor, como seguramente en aquel año 96 sucedió en cientos de tertulias y conversaciones, pero en realidad debió de ser una situación dura para ambos. Para ella/él, el desear ser hombre y no estar preparado para ello, tal vez por falta de asesoramiento y orientación. Afortunadamente, hoy en día, aunque aún queda camino por recorrer, los transexuales van logrando mayores facilidades para asegurar esa sexualidad y forma de pensar que realmente les corresponde, con psicólogos y cirujanos especializados. En cuanto a mujeres como la que relata la noticia, también han sido varias las engañadas, y no sólo mujeres, sino también hombres. Esperemos que un día, todo se convierta en una normalidad y se pueda vivir la vida como cada uno desea hacerlo.

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