Mafalda ha
superado sus 50 años y sigue tan joven como siempre, y es que su creador, Quino,
la dotó de la eterna juventud, junto a sus compañeros de infancia, gracias a
esas maravillosas tiras cómicas cargadas de acidez y cinismo, que pasen los
años que pasen, siempre permanecen en vigor. Su humor es universal. Pero no es
de la gran Mafalda, aunque seguramente resulte difícil hablar de él, sin tener como
partenaire a la pequeña de melena rizada, sino del propio Quino. Este
argentino, cuyo nombre completo es Joaquín Salvador Lavado Tejón y que nació en
el año 32 en Argentina, ha sido el reciente ganador del galardón Príncipe de
Asturias de la Comunicación y Humanidades fallado el 21 de mayo de este año.
Quino es un
pensador, humorista gráfico y creador de historietas de nacionalidad
hispano-argentina. Su obra más famosa, como ya he mencionado, es la tira cómica
de Mafalda y sus amigos, que fue publicada originalmente entre 1964 y 1973,
siendo traducida a más de 30 idiomas, y llevada al cine y la televisión.
Quino adquirió
la “herencia de la ilustración” de su tío, también de nombre Joaquín e
ilustrador, por cuyo motivo, y para no confundirles, a él le apodaron con el
nombre de Quino.
Tras la muerte
de su madre, en el año 45, comienza sus estudios en la Escuela de Bellas Artes
de Mendoza. Poco después se queda también huérfano de padre y un año más tarde
abandonará sus estudios para convertirse en autor de historietas cómicas. Pronto
venderá su primera historia que será un anuncio de una tienda de sedas. Busca
trabajo en las editoriales porteñas, pero no lo consigue. Tras el servicio
militar obligatorio, en el 54 se establece en Buenos Aires en condiciones
lamentables, pero debido a su tesón pronto consigue publicar su primera página
de humor para el semanario Esto Es y para otros medios. Más tarde y de forma
regular publicará en Rico Tipo, a la que siguen Tía Vicenta y Dr. Merengue.
Su primer libro
publicado será en 1963 “Mundo Quino” y posteriormente le encargarán unas páginas
para una campaña de publicidad encubierta para la empresa de electrodomésticos
Mansfield, y será cuando nace su personaje más conocido: Mafalda. La campaña no
se realiza y la pequeña tendrá que esperar a que su primera historia aparezca
en Leoplán, pasando a publicarse regularmente en el semanario Primera Plana,
pues tenía una gran amistad con el director de dicho semanario.
Entre los años
1965 al 67 se publica en el posteriormente desaparecido diario El Mundo, y a
partir de ese momento publicará su primer libro recopilatorio empezando a
editarse en países como Italia, España y Portugal entre otros. En nuestro
país la censura obliga a etiquetarlo como “para adultos”
Quino decide
abandonar las aventuras de Mafalda el 25 de junio del 73, según el propio
creador, por falta de ideas y es cuando se traslada a Milán, donde continuó
realizando las páginas de humor con las que continúa.
En el 2008, la
ciudad de Buenos Aires lo inmortaliza. Por iniciativa del Museo del Dibujo y la
Ilustración y por encargo de Mercedes Casanegra, la empresa Subterráneos de
Buenos Aires, realiza dos murales de Mafalda, en la estación de Perú, o sea
debajo de la histórica Plaza de Mayo.
En las tiras de
Quino se palpa el pesimismo, el cinismo, la ironía. Ahonda con frecuencia en la
miseria y el absurdo de la condición humana, sin límites de clases. Enfrenta al
lector a los problemas cotidianos provocados por la burocracia y les envía mensajes
de contenido social.
Tal vez esa ha
sido una de las grandes razones de su éxito en Latinoamérica, el haber sabido
plasmar los cambios constantes vividos en Argentina en los últimos cuarenta
años.
Los premios
obtenidos son numerosos y entre ellos el último que ha sido el Príncipe
de Asturias, como comentaba al principio. Sea como sea, Quino es uno de esos
humoristas que ha dejado huella en los niños y mayores de varias generaciones
de numerosos países, y que continuará, pues sus viñetas siguen tan frescas como
el primer día.
FELICIDADES POR
EL GALARDÓN TAN MERECIDO.
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