Anatomía
de una caída está dirigida por Justine Triet compartiendo guion con Arthur Harari. “El inquietante juego del uso de la palabra”
La escritora Sandra (Sandra Hüller) recibe la visita de su
amiga Zoé (Camille Rutherford) con
quien mantiene una conversación entre divertida y pícara. Son interrumpidas por
la música a gran volumen, que en la parte superior de la vivienda, pone su
marido Samuel (Samuel Theis), lo que
provoca que Zoé se vaya. Daniel (Milo
Machado-Graner) es el hijo adolescente de Sandra y Samuel, tiene
discapacidad visual y decide salir de paseo con su perro guía. Cuando regresa,
se encuentra delante de la casa a su padre muerto. Las extrañas circunstancias
de la muerte de Samuel, originan el arresto y juicio a Sandra.
La actriz, guionista y
directora, Justine Triet, se
diplomó en la Escuela Superior de Bellas Artes. Entre su filmografía encontramos
los documentales: “Sur Place” 2007, “Solférino” 2008 y “Des ombres dans la
maison” 2010, los cortometrajes “Vilaine Fille, mauvais garçon” 2011
y “Two Ships” 2012 y llegamos a su ópera prima para la gran pantalla
“La batalla de Solferino” 2013, seguida de “Los casos de Victoria” 2016, “El
reflejo de Sibyl” 2020 y este año nos ofrece “Anatomía de una caída” 2023.
Estamos ante un
interesante thriller psicológico y familiar de corte muy clásico y sencillo en
su presentación. Su principal objetivo es que estemos atentos a cuanto se dice,
se ve e incluso se intuye y para ello Justine, junto a Arthur Harari, elaboran
un guion que nos lleva de la duda a la
lucidez, de lo evidente a lo singular o de lo racional a lo inverosímil; en una
elegante y efervescente narración, dando cuerpo a un filme que se me antoja por
instantes truculento.
La acción se desarrolla
en dos escenarios muy diferentes entre ellos. El primero, en medio de los Alpes
franceses y muy importante lo de “franceses”, pues a lo largo de la crónica se
incide en que se hable en francés y no en inglés. Un ambiente natural en cuyo
manto nevado encontramos un chalet, por lo que se nos muestra, bastante alejado
de la civilización y en el que vive una familia compuesta por tres miembros, el
matrimonio y el hijo adolescente con serios problemas de visión, pero
autosuficiente. El otro entorno nos sitúa en el interior de la sala de un
juzgado, en la cual se desarrollará el juicio a Sandra. El juego entre ambos
espacios nos irá ofreciendo cuanto necesitamos saber de la vida de ese
matrimonio que desde casi el inicio presumimos que la relación entre ambos no
es buena. Será a medida que evoluciona el juicio y nos ofrece los diversos
flashbacks, cuando comprendemos la toxicidad que reina entre ellos. Triet
enriquece la historia con las pesquisas con las que se elaboran las pistas para
el juicio: interrogatorios, escenificación de lo sucedido no solo el día el
infortunio, lugares en donde se hallaban los personajes claves, la utilización
de peleles para recrear la caída desde la ventana al suelo, los dibujos y sobre
todo, las palabras. Las palabras son las reinas en el juicio y fuera de él,
para que el espectador, se convierta en jurado de excepción.
Una extraña película que
se mueve en el filo del equilibrio que genera la verdad y la mentira, entre lo
que se nos muestra y la realidad más escondida. Desazón, es una de las palabras
que me suscita y con la que definiría este drama familiar de un matrimonio
roto, que parece precipitarse montaña abajo, como lo hace la nieve al
originarse un alud, en donde ninguno de los dos, desea dar el paso definitivo.
El espectador en todo momento está recibiendo información desde esos dos
escenarios para intentar encajar algunas
piezas que permanecen sueltas. ¿Se suicidó cansado de vivir una vida
incompleta? ¿Fue asesinado por su mujer con el fin de comenzar de nuevo?
Una dirección audaz
llena de trampas para nuestras mentes y que para fortuna y sorpresa del
espectador, a medida que vamos llegando al final y las piezas parecen encajar,
sentimos cierto alivio y satisfacción, aunque el cierre, con la impresionante
escena que nos ofrece la mirada de Daniel, mirando a un punto indeterminado,
creemos entender lo que realmente ha sucedido, no solo en esos días, sino desde
que él tuvo consciencia de la relación entre sus padres, mostrando tanta claridad
y verdad, que resulta inevitable no esbozar una sonrisa cómplice y de
afirmación, Y es que Triet, sabe jugar con el público al despiste en medio de
sus elaborados diálogos de doble sentido. Maestría en el guion y en la
ejecución de sus imágenes.
Los tres actores
principales: Sandra Hüller, Milo Machado-Graner y Samuel Theis, nos ofrecen
tres magníficas interpretaciones directas a nuestra psique y sentidos, arropados
por un reducido grupo de secundarios, que fortalecen la narración y el
suspense. Nada queda al azar, desde mi modesto punto de vista. Justine traza un
magnífico drama de intrigas en el que el espectador se cuestiona cada palabra y
cada situación.
En resumen, personajes
creibles, una correctísima fotografía de Simon
Beautils y un guion sólido con un estudio preciso de personajes, para
narrarnos una historia realista, que no necesita de efectos ni adornos
innecesarios. Limpia lo artificioso para atraparnos en lo imprescindible.
Mi nota es: 8,5
ESTRENO EN ESPAÑA: 6 de
diciembre
REPARTO: Sandra Hüller,
Swann Arlaud, Milo Machado-Graner, Antoine Reinartz, Samuel Theis, Jehnny Beth,
Arthur Harari, Sophie Fillières, Camille Rutherford, Wajdi Mouawad, Anne
Rotger, Saadia Bentaieb, Sacha Wolff, Pierre-François Garel, Antoine Buéno,
Kareen Guiock, Nesrine Slaoui, Iliès Kadri, Savannah Rol, Anne-Lise Heimburger
y Laura Balasuriya.
PRODUCTORA: Les Films
Pelléas// Les Films de Pierre.
DISTRIBUIDORA EN
ESPAÑA: Elastica Films y Filmin.
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