Hacía ya tiempo que tenía ganas de entrevistar a la mujer
que hoy tengo frente a mí, y que sé positivamente, tiene mucho que decirnos y
ofrecer a la sociedad. Ella es Esther Peñas.
Ha trabajado para la Agencia de Noticias Servimedia, en el Grupo
Hachette Filipacci (revista “Tele indiscreta), para el Grupo Z (“Interviú”) y
en Onda Cero. Además intervino en el programa “Entiende la Noche” (Cibeles FM)
producido por el periodista Carlos Alsina, en secciones de: “Copla”, “Cine” y
“Literatura” En la actualidad trabaja para la Fundación ONCE. No nos olvidemos
de que Esther, es una amante de la literatura, habiendo publicado poemarios y
novelas.
Hola Esther, antes de entrar en materia, si has leído
alguna de las entrevistas de este blog, sabrás que las primeras preguntas son
de carácter personal.
J.S. ¿Cómo era Esther Peñas de niña?
E.P Traviesa, fantasiosa, inquieta y muy rebelde. Pero no
me gusto de pequeña cuando me miro ahora, de lejos.
J.S. ¿Qué importancia tiene para ti la familia?
E.P. Para mí la familia es el mapa de coordenadas que me
explica. Mi pareja me sostiene, hace que todo sea más amable (es decir,
susceptible de ser amado) y cordial (esto es, que salga del corazón); mis
padres me dieron cuanto de bueno hay en mí; mis hermanos son dos hemisferios y
la familia en sentido más laxo (sobrinos, tíos y primos – que soportan
estoicamente mis cantos como exabruptos -) mantiene mi emoción despierta. Mi
familia me conmueve. Dicho esto, creo que la familia explica muchos aspectos de
la personalidad de cualquiera. Y cuando digo familia, me refiero a la estructura
clásica y a las nuevas formas de familia, tan legítimas como aquella.
J.S. Siempre estoy navegando entre el amor y la amistad,
mis temas favoritos, entre otros. ¿En qué lugar sitúas en tu corazón a los
amigos?
E.P. La amistad es una bendición y un misterio, en cierto
sentido, porque cuando pienso en mis amigos, me resultan tan dispares entre sí,
que nunca atino a saber cuál es el común denominador. Es una entrega decidida y
no sujeta a condiciones ni normas de uso.
J.S. ¿Y el amor?
E.P. El amor, sin ánimo de ser cursi, es siempre el
origen. De todo. No hay cosmología ni humanidad que no brote del amor. Es lo único
que nos salva.
J.S. Como mujer consciente de nuestra sociedad y lo que
nos rodea ¿Cuál es tu punto de vista sobre la realidad de nuestro país?
E.P. Mi mirada es la del estupor. Sigo en la prensa los
obscenos casos de corrupción y me sorprende que en este país nadie asuma su
responsabilidad ni nadie admita su delito (¡Ni siquiera su equivocación!). La
gente no llega a fin de mes, nos están escamoteando derechos fundamentales (la
sanidad, la educación, pero también el derecho a una información no contaminada),
las condiciones laborales se están ensombreciendo… pero no hacemos nada. O
hacemos muy poco. Ni siquiera en los momentos más duros España ha sido un país
colectivo. Y no aprendemos, basta escuchar a los votantes de una u otra facción,
sustentándose en el “y tú más”, incapaces de hacer un análisis objetivo, como
si el partido político fuese una cuestión propia, personal, casi íntima…
J.S. Entremos en materia. Tras terminar tu Carrera de
Periodismo, te enfrentas a tu tesis
doctoral sobre Jardiel Poncela. ¿Qué te motivó de este gran escritor y
dramaturgo español, para ejecutar dicha tesis?
E.P. Jardiel es uno de mis maestros. No tiene nada que
envidiar a ninguno de los grandes del humor (ni siquiera a Coward, que además
le usurpó una de sus comedias). Él inventó una manera delirante de hacer humor
a la que no dudé en alistarme como voluntaria, y renovó ese “teatro asqueroso”
como denominaba a esa manera de entonces de entender el teatro, tan simple,
paternalista y gris.
J.S. Realizas así mismo un Máster en Teología. Sonriendo
me comentas: “Digamos que la fe me protege de la frivolidad, y el humor de la
gravedad” En cuanto al humor, siempre he dicho que es la mejor vacuna contra la
depresión, pero… ¿De verdad crees que la fe nos protege de la frivolidad o por
el contrario, no crees que la frivolidad es innata en el ser humano?
E.P. La fe expone siempre, obliga, compromete, porque la
fe no es sólo un decálogo, es, sobre todo, la puesta en acción de esa ética. Desde
ese punto de vista la fe exige actuar. Desde ese punto de vista, protege de la
frivolidad. No sé si es innata en el ser humano, pero desde luego, si es así, hay
que combatirla. Lo frívolo es lo insustancial, y la vida debe de ser todo menos
frívola, hemos de dejar que toda la vida (su luz, su sombra, su dolor y su
risa) nos traspase y nos transforme. La frivolidad impide que lo real nos
toque. Lo que ocurre es que nos hacen creer que la frivolidad es divertida y
entretenida. Pero “Les Luthiers” “Billie Wilder”, “El señor de los Anillos” o “Ella
Fitzgerald” son también divertidos y entretenidos, pero no frívolos.
J.S. Comienzas a trabajar en el Cuartel General del
Ejército realizando trabajos de prensa. ¿Qué te llevó a este puesto de trabajo?
E.P. Durante la Carrera de Periodismo, hice un curso
sobre “Ejército y medios de comunicación”. Se ofertaban dos becas, y conseguí una.
Fue una etapa bonita y muy útil; en ella aprendí lo que es madrugar, porque
estuve un par de meses haciendo los resúmenes de prensa, lo que implicaba
llegar al cuartel a las cinco y media de la mañana. Por fortuna, después me encargaron
otros cometidos con un horario más salubre.
J.S. Abandonas tus funciones en dicho puesto y durante
los siguientes años, como ya he comentado en el principio pasarás de unos
trabajos a otros, hasta llegar a la Fundación ONCE. ¿Qué trabajo desempeñas en
la actualidad?
E.P. Coordino el área digital de FSC Inserta, la entidad
de recursos humanos de Fundación ONCE, y sigo colaborando en Servimedia, su
agencia de comunicación, en el periódico del Comité Español de Representantes
de Personas con Discapacidad, cermi.es, y en otras revistas como “Ethic” o “Greenpeace”.
J.S. Poeta y Novelista. Comencemos por la poesía. Siempre
he dicho que la poesía es una disciplina difícil, pues en pocas palabras se
debe condensar toda una idea o una historia. ¿Qué te atrae de la poesía?
E.P. La vocación de trascendencia. El poema, lo dijo
Machado, es palabra en el tiempo. Me fascina de la poesía lo que tiene de
intuición, de intuición como verdadero camino de conocimiento (algo que ya
descubrió Platón); el lenguaje de la imagen, tan directo y tan plástico; y, por
último, ese vértigo de no saber con exactitud a dónde se ha llegado, porque el
poema nunca está resuelto del todo.
J.S. A través de la poesía has recibido varias menciones
especiales de La Comunidad de Madrid, quedas finalista en el III Concurso
Internacional de Poesía de Segovia y ganas el segundo premio por el poema
“Gertrudis de Avellaneda”. Háblanos de este último trabajo.
E.P. Para mí fue toda una sorpresa, porque me cuesta
mucho (no es falsa modestia) presentarme a concursos, soy muy perezosa por
aquello de hacer copias, encuadernarlas, enviarlas… siempre me quedo en el camino;
pero el Gertrudis de Avellaneda, que fue una convocatoria para España y para
Latinoamérica, admitía candidaturas por correo electrónico, un formato mucho más
cómodo, lo que me animó a participar… y cometieron la insensatez de premiarme.
J.S. Has trabajado durante 14 años con la Red de Arte
Joven de la Comunidad de Madrid. ¿Qué te aportó este trabajo?
E.P. (En noviembre volverá a la carga con la Red, el 5 de
noviembre recito en el Centro Cultural de Retiro) Estos años me han permitido
conocer a mucha gente, hablar con el público que, en muchas ocasiones, pasaba
por allí (por el centro cultural, por la biblioteca municipal), vio anunciado
un recital de poesía y se quedó a escucharme. Me he enriquecido tanto, que
cualquier palabra de agradecimiento se quedaría estrechita y angosta.
J.S. En el 2005 te decides a publicar tu primer poemario
titulado “De este ungido modo” con la Editorial (Devenir) ¿Considerabas que era
el momento preciso para que el público conociera tu obra?
E.P. Dos años antes de publicar ese libro, había
entregado el manuscrito a varias editoriales. Una de ellas, Devenir, me contestó,
y me dijo que veía mucha veta, cierto oficio, un aliento poético personal, pero
que no estaba en absoluto cuajado. Agradecí la sinceridad, aunque en aquel
momento supuso un golpe tan duro para mi orgullo que creo que aún no me he
recuperado. Me puse a trabajar y conseguí escribir un libro que, aunque hoy en
día lo considero fallido en muchos aspectos, estuvo lleno de satisfacciones.
J.S. Cuentas en este libro con un gran prologuista: José
Jiménez Lozano, Premio Cervantes 2002. ¿Cómo llegó a sus manos y qué significó
su participación?
E.P. Conocí a José cuando le dieron El Cervantes. Me
mandaron a Valladolid para entrevistarlo. Cuando llegué, me encontré con un
hombre un tanto cascarrabias, cansado de tanta entrevista y con algunas malas
pulgas. No tuvimos un buen comienzo, hasta que mencionó a una de mis poetas
favoritas, Szymborska, y todo se tornó más cálido. Finalmente, me invitó a
cenar. Durante la cena, le comenté que había acabado un poemario, y él me dijo
que si se lo enviaba le echaría un vistazo. No sólo tuvo la delicadeza y
amabilidad de leerlo, sino de escribirme el prólogo. Un tipo entrañable, Jiménez
Lozano.
J.S. Entremos en la narrativa. Con tu cuento sobre la
discapacidad, obtienes El Premio Discapnet. ¿Qué te aportó ésta historia a
nivel emocional?
E.P. La discapacidad no me es ajena; al contrario, es una
parte más de la riqueza del ser humano. Dentro de ese crisol de matices que es
la discapacidad, el autismo tiene una naturaleza lírica, o al menos a mí me lo
parece. “La cabeza de Juan”, así se titula el cuento, habla de esos procesos
que suceden en la mente de una persona con autismo, de esos misterios
cotidianos con los que convivimos pacíficamente, con el convencimiento de que,
aunque no lo conocemos, tienen un significado y guardan un orden cósmico.
J.S. En el 2007 aparece “Entrevistos” un libro que
recopila 46 conversaciones de personas con discapacidad de fondo, es publicado
por Ediciones Cinca. Según me comentas, reúne buena parte de tú producción
periodística entrevistando a personas como: Quino, Fernando Márquez “El Zurdo”,
Jaime Urrutia, Raphael, Pasión Vega, Martirio… ¿Qué te llevó a realizar este
documento y qué predisposición tuvieron tus entrevistados?
E.P. Desde junio de 2003 hasta el día de hoy entrevisto a
algún personaje de la cultura para la contraportada del periódico “cermi.es”. Se
me ocurrió que podría ser una manera diferente de concienciar publicar un libro
en que rostros muy conocidos hablasen de la discapacidad con cierta naturalidad
o, por lo menos, hablasen de sí mismo en un medio de comunicación específicamente
dirigido al colectivo de la discapacidad. La acogida fue tan buena, que hubo
una segunda y hasta una reciente tercera parte, esta última en otra editorial
ajena a la discapacidad.
J.S. Llegado el 2008, por fin ve la luz tu primera novela
“Los silencios de Babel” Con Odisea Editorial. ¿Qué encierra los silencios de
Babel que se pueda contar?
E.P. “Los silencios de Babel” es, al igual que mi primer
poemario, un libro fallido, pero honesto. Entonces lo hice lo mejor que supe.
Cuenta una historia real (una reputada cantante española que reniega de su
primer disco, que por una azar que no busco comprender cayó en mis manos, a la
que entrevisté al respecto y resultó esquiva) a la que literariamente le di una
respuesta. Me permitió comprender y poner en práctica ciertas estructuras
narrativas que después he utilizado, quizás con mayor tino.
J.S. Dos años más tarde, 2010, publicas tu segunda novela
“El peso de una sombra” también con la Editorial Odisea. ¿Crees que la
melancolía y el misterio en una persona, pueden ser polos de atracción hacia el
deseo?
E.P. La melancolía me parece que es un deseo muerto, sin
vida, el cadáver de lo que estuvo un día vivo, y por tanto, es enfermiza (no en
vano tiene el sufijo médico) ; en cambio el misterio va implícito al deseo, en
tanto que es el elemento incomprensible que la naturaleza humana se siente a
descifrar o, por lo menos, conocer.
J.S. En el 2011 se edita “Sesión Continua” Una obra
basada en los testimonios de personajes que van pasando por el diván de una
psiquiatra. Con esta novela se te
concede el Premio Finalista en la XIII Edición de los Premios Odisea. ¿Qué
significó este premio para ti y lo más importante, qué parte de realidad tiene
la novela?
E.P. Creo que "Sesión Continua” es lo mejor que he
escrito. Es un pequeño homenaje a Jardiel y a otros maestros del humor. La idea
era que el lector se riera (a carcajadas, si es posible), a la vez que
reflexionaba sobre temas que de manera delicada se iban colocando en cada una
de las historias. El Premio Odisea, como finalista, supuso un espaldarazo a una
manera distinta de hacer literatura. Es, asimismo, el texto que mejor me
explica, técnica, sintáctica y semánticamente. En cuanto a la porción de
realidad, ¡te asombraría saber cuántas de las escenas delirantes y
rocambolescas que se narran las he vivido en primera persona!
J.S. La realidad supera a la ficción, estoy de acuerdo
contigo – Sonrisa – Finalizando con la narrativa, el pasado año publicas
la novela corta “Una visita inesperada” dentro de la antología “Mi amor de
verano” Con Odisea Editorial, donde tuve el placer de intervenir también con mi
relato. Sitúas la acción en la Isla de Lesbos ¿Te documentaste para la historia
o es ficción?
E.P.
Sí, es curioso porque tu relato (“El hombre que vino del mar”) y el mío guardan
algunas similitudes… Lesbos es un tema que me ha interesado siempre, me toca muy
cerca, y he leído no sólo los versos inconclusos e incompletos de Safo, sino su
historia, y decidí recrearla (es decir, que el contexto es histórico) porque me
di cuenta de que hay muchísimas mujeres que sólo conocen a Safo a través de tres
o cuatro convencionalismos, pero pocas se han acercado a su figura.
J.S. En este mismo año 2012, publicas un ensayo sobre la
discapacidad en España. “Hoy empieza todo” Siendo un breve acercamiento
histórico al Cermi, como motor de cambio social (1997-2012) ¿Qué deseas ofrecer
con este ensayo?
E.P. El Cermi cumple 15 años de andadura, y gracia a él
España se ha convertido en un país canónico y ejemplar en determinados aspectos
de la discapacidad, por ejemplo, en el normativo. Hay poquísimos países con un
desarrollo legislativo en materia de discapacidad como el nuestro. Pero la
discapacidad en sí misma es un asunto fascinante, así que cuando me encargaron
escribir el libro, aparte de una satisfacción, resultó un reto, porque aunque
parezca mentira hablando de un país que publica casi ochenta mil títulos al
año, no hay nada publicado o muy poco, sobre esta materia.
J.S. Durante estos años,
además de todo lo expuesto, sigues publicando poesía, como La Plaquette
“Hazversidades Poéticas” (Cuadernos del laberinto), poemas que conforman la
antología “Crisol de Hazversidades” en una edición del también poeta Jaime
Alejandre, se te incluye en la antología “Los jueves poéticos II” (Hiperión),
en el 2010 se presenta en el Ateneo de Madrid “Trovadores del silencio”
coordinado junto al poeta Ilia Galán, en el 2011, publicas tu segundo libro de
poemas “Penumbras” (Devenir) prologado por el poeta Javier Lostalé. En este
resumen, pues tu obra es muy amplia. ¿Qué destacarías de todo lo mencionado?
E.P. Que he ido aprendiendo mucho de mí misma en cada
poemario, y que cada verso obedece a un orden superior que nada tiene que ver
con el poeta, y así lo siento. Mencionar un periodo poético de muchos años en
el que he tenido auténticas epifanías poéticas, por ejemplo con Lostalé, pero
también con Hugo Mujica, quien ha transformado el punto de mira vital. Y no es
metáfora. Además, ha habido auténticas bendiciones, como el libro-disco “Trovadores
de silencios”. Me llevó dos años coordinarlo, pero tuve la satisfacción, por
ejemplo, de que Jaime Siles me permitiera hacer su selección, y de estar en el
estudio de grabación con todos los músicos que aparecen, con Aute, pero también
con Luis Felipe Barrio, uno de los grandes, sin duda.
J.S. Por si fuera poco: trabajar, escribir, coordinar; en
el 2009 te encargas de la edición de “El eterno femenino” (Ediciones El Cobre)
un libro que recoge la novela “Mary Ann” y otros textos, algunos inéditos, de
Fernando Márquez “El Zurdo”. ¿Cómo surgió esta propuesta?
E.P. Fernando es un amigo de los que hablábamos en una de
las primeras preguntas. Más que una de las mentes más lúcidas que ha dado este
país, más que uno de los compositores con mayor talento, Fernando es un jalón
en mi vida. Si se pudiera revelar con un ultravioleta, estoy segura de que se
podría rastrear la huella que ha dejado y deja en mí. Fue un regalo que la discípula
pudiera hacer la compilación del maestro.
J.S. Tu último trabajo ha sido el tercer volumen de
entrevistas, titulado “La música de la conversación” Los dos primeros fueron
publicados por Cinca y este último por Evohé ¿En qué consiste éste último
trabajo?
E.P. “La música de la conversación” está dividido en tres
capítulos, “La palabra” que reúne entrevistas con escritores (Antonio Colina,
Pablo d´Ors, Martín Garzo, Keret, etc) “La partitura”, que aglutina entrevistas
con músicos (Santiago Auserón, Rosana, Alberto Cortez, Teresa Salgueiro, voz de
“Madredeus”, etc.) Y “El silencio”, que es una miscelánea en la que se quitan
la palabra desde una forense de la Audiencia Nacional a un experto gastronómico,
pasando por un maestro tipógrafo o una entendida en la visión interior.
J.S. A estas alturas – sonrisa – Ya no sé si atreverme a
preguntarte. ¿Cuáles son los proyectos que Esther tiene en mente en estos
momentos?
E.P. Hago pocos proyectos. Sin que suene petulante, mi
experiencia es que la vida te los va dando, improvisamente, y que así sea. Pero
que lo que sea me reinvente.
J.S. Y la pregunta final, que siempre hago a mis
entrevistados. ¿Qué te hubiera gustado te preguntara y no he hecho?
E.P. ¿Cuál es el último libro que te ha emocionado? Te
hubiera respondido que “La introducción a la vida angélica”, de Eugenio D'Ors.
NOTA FINAL: Esther Peñas, ha publicado en numerosas
revistas literarias: Piedra del Molina, Ítaca, En brazos de la fiebre, etc…
Asimismo, las mencionada en esta entrevista: “Ethic” “Greenpace” y aparece en varias antologías,
dos de ellas sudamericanas y una italiana, de poetas jóvenes. Sin olvidar que
Imparte talleres de literatura y escritura creativa.