Un nuevo escritor se
acerca hasta el blog para presentarnos su primera obra escrita. Se licenció en
Derecho por la Universidad de Córdoba y en Periodismo por la Universidad Carlos
III de Madrid. Su nombre es Curro Cañete Leyva.
Hola Curro, en mis
entrevista, como ya conoces la dinámica de mis preguntas, siempre comienzo con
algunas más personales para que los lectores te vayan conociendo, pero nunca
íntimas.
J.S.- ¿Cómo era Curro de niño?
C.C.- Mis recuerdos más felices de la
infancia van ligados a mi perro, Choli, un español bretón al que quise con
locura y con el que me pasaba horas paseando. Le daba besos, le hablaba, le
abrazaba… Amaba los animales: tuve pollitos, tortugas, conejos, palomas, ranas
y un pato que se llamaba Lucas y que me seguía por toda la casa. Los animales
no nos juzgan jamás, hagamos lo que hagamos. Lo único que no pude tener fueron
gatos: me lo prohibieron. Por eso ahora tengo dos, Truman y Colette. Era un
niño revoltoso que solo quería jugar en la calle con sus amigas. No me gustaba nada
estudiar ni tampoco el fútbol, pero sí hacer travesuras con mi vecina María
Aguilar Zafra, que se fue de mi vida sin saber cuánta felicidad me había
regalado.
J.S.- ¿Cuáles eran los sueños que te
asaltaban en tu juventud?
C.C.-Mi principal sueño de juventud
era ser feliz. Nunca pude imaginar que con los años llegara a serlo tanto. La
felicidad está ligada a la libertad, y yo ahora me siento libre.
J.S.- Hay tres temas que siempre
están presentes en mi vida: La familia, la amistad y el amor. Ordénalos de
mayor a menor en importancia y por qué.
C.C.- Creo mucho en el amor. El amor
es lo más importante para mí. Hablo de un amor que va más allá de lo que la
mente humana puede concebir. Desde luego yo no puedo entenderlo a nivel
racional, pero lo presiento, sé que está ahí y sé que es lo más importante. No
hablo del amor de pareja ni el que nos “venden” los medios de comunicación. La
felicidad de la que habla mi libro tiene que ver con el amor, un amor que yo no
he podido experimentar del todo pero que espero poder experimentar antes de
morir. La familia es muy importante, al menos en mi caso, pero creo que se
puede ser feliz sin tener familia pero no sin tener amigos. Al fin y al cabo,
hay personas de tu familia que son tus amigos y amigos que forman parte de tu
familia.
J.S.- Licenciado en Derecho y
Periodismo. ¿Qué te llevó a la carrera de Derecho?
C.C.- Las leyes y la abogacía no me
interesaban nada, así que eso mismo me pregunto yo: para qué estuve tantos años
estudiando algo que no iba conmigo. Supongo que me fui a lo fácil: yo era el
más pequeño de cinco hermanos que habían estudiado Derecho, y mi padre era
abogado. A eso le sumas que vivimos en una sociedad que no potencia que las
personas puedan realizarse sino todo lo contrario. Yo creo que sería bueno que
todos nos dedicáramos a lo que realmente nos guste, sea lo que sea. Es bueno
encontrar un sentido a lo que hacemos.
J.S.- Naces en Málaga pero te crías
en Córdoba y tras la carrera de Derecho decides venirte a Madrid para estudiar
Periodismo. ¿Por qué es cambio de carrera?
C.C.- Me encantaba escribir y me
encantaba Madrid así que el Periodismo fue un poco mi tabla de salvación. Se lo
comenté a una amiga mía, María Ángeles Navarro, cuando aún vivía en Córdoba y
me dijo: “Curro, vete a Madrid”. La verdad es que no me veía de abogado en
Córdoba y con una vida tradicional… Mis padres me apoyaron y cursé periodismo
con mucho entusiasmo, un entusiasmo que hizo que me fuese muy bien desde el
principio. Y es curioso, la primera entrevista que hice en la carrera fue al
escritor Lorenzo Silva, que ahora publica sus libros en la misma editorial que
yo, Destino.
J.S.- Al final, como hemos hecho tantos, te instalas
en la ciudad a vivir. ¿Cuál fue el motivo de quedarte en Madrid?
C.C.- Lo mío con Madrid fue un amor a
primera vista. Como escribo en mi libro, Madrid es esa ciudad que dice:
“Bienvenidos los raros”. Porque los raros no somos raros, solo diferentes. Pero
me resulta estimulante vivir en una ciudad en la que hay mucha gente diferente
que se sale de lo habitual o de lo que se supone que la sociedad espera de
nosotros. Te hace sentirte normal. Además, en Madrid hay mucho movimiento
cultural y artístico y eso me interesa mucho. Para mí Madrid es la mejor ciudad
del mundo.
J.S.- Te consideras principalmente:
escritor, periodista y has colaborado con varios medios de comunicación.
Posiblemente donde has adquirido una mayor repercusión, hasta la fecha, ha sido
con tus crónicas en Vanity Fair.
¿Qué te llevó hasta esta revista?
C.C.- Yo escribía crónicas de eventos
culturales y hacía entrevistas para otras revistas y también tenía un blog
personal que llegó a tener mucho éxito. Un día me llamaron y me propusieron
colaborar con la página web.
Fue muy emocionante porque acordamos
una cantidad fija de colaboraciones y me dieron total libertad. Pasaron cuatro
jefes por la dirección de la web y todos me dieron total libertad. Cuando un
jefe te da libertad tú te esfuerzas mucho más y yo, desde luego, soy muy
autoexigente. Durante casi cuatro años di lo mejor de mí mismo para esa
publicación y entrevisté a las personas más admiradas de este país.
J.S.- Me comentabas que has
entrevistado a Famosos y no tan famosos. ¿De cuál de las entrevistas te sientes
más satisfecho y cuál fue la más complicada de conseguir?
C.C.- Muchas, pero te diré que la
entrevista que le hice a la escritora Ana María Matute en su casa de Barcelona
nunca la olvidaré. Me dijo cosas muy importantes, algunas de ellas están
recogidas en mi libro, como por ejemplo que lo más importante de la vida era
Vivir, con mayúsculas. Resulta paradójico, pero mucha gente no vive su vida. Y
si no vives tu propia vida no puedes ser feliz. ¿Cómo podemos tenerle miedo a
nuestra propia vida, si estamos aquí precisamente para eso, para vivir? No
tiene sentido.
J.S.- A través de la Facultad de
Psicología de la Universidad Autónoma de Madrid, realizas un Máster en
Coaching. Desde la experiencia con tus clientes. ¿Hasta qué punto crees que se
precisa de un especialista para orientar a una persona y con ello que consiga
el desarrollo personal, o alcanzar una meta determinada?
C.C.- A mí me ayudó muchísimo hacer
un proceso de coaching cuando estaba muy perdido. Pienso que el hecho de hablar
con libertad sobre lo que te sucede o sobre lo que quieres con una persona
profesional que va a escucharte sin juicio y que maneja herramientas potentes
para lograr un desbloqueo, es bueno para todo el mundo. A veces no conseguimos
las cosas que queremos porque avanzamos en dirección contraria. El coaching te
ayuda a avanzar en la dirección que tú, y solo tú, quieres, para que puedas
conseguir el objetivo que tengas. Yo siempre digo lo mismo: si estás feliz y contento, sigue así. Si ves que algo falla,
prueba otras cosas. Lo digo Albert Einstein: “Ningún problema se resuelve con
el mismo nivel de conciencia que se creó”. El desarrollo humano ayuda a que
puedas ver cosas que ahora mismo no estás viendo. Muy a favor de todo lo que
signifique crecimiento. La manera o la forma, no me importa. Cada cual debe
tomar decisiones sobre su propia vida.
J.S.- El 11 de octubre por fin sale a
la venta tu primera novela “Una nueva
felicidad” con la Editorial Destino. En la presentación en Madrid nos
comentaste que habías tardado 5 años en escribirla. Cuenta a los lectores del
blog, los motivos principales de esa dilatación en el tiempo.
C.C.- Se trataba de un libro muy
complicado de escribir. Basado en hechos reales, contiene una historia de amor
y una investigación periodística sobre la felicidad, y además es un homenaje a
mi hermano, que murió cuando tenía 32 años. Decidí comprometerme con mi libro
como nunca lo había hecho y le di todo, absolutamente todo, lo que el libro me
pidió. Por eso tardé tanto tiempo en escribirlo.
J.S.- Mientras te escuchaba en
aquella presentación, porque tengo que reconocer que el libro aún no lo he
leído, me di cuenta que compartíamos muchas inquietudes por la vida y el ser
humano, como ejemplo el que todos deberíamos ser más valientes ante las
adversidades y una pregunta que lanzaste a todos los presentes: “¿Qué pasaría si en lugar de hablar de la
felicidad hiciéramos todo lo posible para ser felices?”
¿Te atreves a responder a dicha pregunta?
C.C.- Fue lo que hice yo cuando
empecé a investigar para el libro. Entonces entendí que la vida era más grande
que yo, que la felicidad no se puede atrapar en un libro. Sin embargo, la
felicidad siempre está al alcance de todos, al margen de las circunstancias. Y
creo que podemos hacer mucho por mantenerla. Yo me esfuerzo cada día para
sostener esa felicidad que tiene mucho que ver con una actitud de apertura, de
fuerza, de vida. “La felicidad es amor, no es otra cosa. El que sabe amar es
feliz”, decía Hermann Hesse. Amemos.
J.S.- La promoción del libro por
parte tuya está siendo impecable. Como has afirmado, te llevas siempre un ejemplar
contigo allá donde vas y eso se nota en las fotos con tus amigos y en los
lugares que estás. Hay algo que me ha llamado la atención cuando apostillas
que dejaras y te despedirás de la
promoción del libro, pasados 42 días. ¿Por qué exactamente 42 días?
C.C.- Los autores noveles no tenemos
mucha cobertura en medios de comunicación y en las editoriales no hay mucho
presupuesto para arriesgar con autores que no están consolidados. Comprendí
pronto que si quería que mi libro no se pegara un topetazo tendría que
protegerlo yo mismo. Y me comprometí a darlo todo por él cuarenta y dos días
porque me pareció que una cuarentena es simbólica y porque el 22 de noviembre,
justo cuando el libro cumple cuarenta y dos días, es el día en que murió mi
hermano Rafa. Ese día me despediré del libro con un último post y ya no
escribiré de él a diario, sino solo cuando tenga presentaciones o algo así,
como una que tengo en Zaragoza en la Fnac el 13 diciembre u otra en Málaga el
17 de diciembre. De algún modo, siento que pronto he de despedirme de mi libro
y dejarle volar solo.
J.S.-
Declaras que lo que más te gusta es escribir y que la mayoría de las
veces lo haces en soledad, durante los viajes que realizas. ¿Qué momento del
día consideras el más adecuado para escribir?
C.C.- Por la mañana temprano. Yo me
despierto muy centrado y la escritura me fluye muchísimo. Por la mañana se me
pasan las horas volando y es cuando sale mi yo más creativo. Cuando me fui de
Madrid a un pueblecito con mar a escribir me despertaba a las 6 y estaba hasta
las 13h del tirón. Por la tarde me cuesta más concentrarme, aunque a veces no
me ha quedado más remedio. Y sí, eso que comentas es verdad: adoro irme de
viaje solo, sin móvil ni conexión a Internet, a poder ser a lugares algo
exóticos en los que nadie me conozca y nadie me interrumpa. La soledad es fría
y a veces difícil, pero en ella también hay creatividad y autoconocimiento.
J.S.- Las etiquetas. Otro tema en el
que coincidimos. Más o menos sabemos el por qué el ser humano se empeña en
etiquetarlo todo, desde objetos inanimados a seres vivos. ¿Piensa que en los
últimos años hay una clara obsesión por etiquetar, dentro de las ya
etiquetas existentes?
C.C.- La sociedad trata de hacernos
más pequeños: eres esto o eres aquello, o eres así o eres asá. Y los seres
humanos caemos en esa trampa y nos cuesta mucho salir de ella. Yo creo en la
libertad más que en las etiquetas y en los prejuicios, y la vida me ha
demostrado que podemos ser muchas cosas, que no nos tenemos por qué limitar a
lo que la gente espera de nosotros. Es necesario estar muy alerta y darse
cuenta de que uno también cae en la trampa: a veces yo mismo me veo etiquetando
o prejuzgando. Entonces reacciono y me digo: “No, Curro, no, rectifica.”. Y
rectifico.
J.S.- Como amante de la cultura que
eres, me gustaría saber ¿Cuál es la última película que has visto y cuál el
último libro que has leído?
C.C.- Acabo de leer dos a la vez: un
libro de relatos bellísimo titulado Cuentos
de las tierras cálidas, escrito por Alberto Piernas Medina, un joven
escritor de inmenso talento y grandes profundidades al que tuve la suerte de
conocer en Barcelona. Creo mucho en las personas como Alberto. El otro libro es
Amor, libertad y soledad de Osho, que
dice cosas tan bellas y tan tristes como ésta: “Si un día el amante se marcha,
sencillamente significa que vuestros caminos se separan. Podemos despedirnos,
podemos darnos las gracias. Compartimos mucho, amamos mucho, hemos enriquecido
mutuamente nuestras vidas”. Estoy de acuerdo con Osho, pero también creo que
los caminos que se separan tal vez puedan unirse de nuevo. O no.
En cuanto a pelis… Suelo ir al cine
una vez a la semana pero desde que salió el libro lo tengo todo patas arriba –
Risas – La última en el cine fue la de
Tim Burton, 'El hogar de Miss Peregrine para niños
peculiares'. Me gustó, por supuesto, pero reconozco que soy más fan de Eduardo Manostijeras. Tengo que ver Un monstruo viene a verme, para llorar
un poco y evadirme.
J.S.- La palabra amor, surge frecuentemente en tus
comentarios. Crees en el amor, amas a los perros y a los animales en general.
Amas la vida y todo lo que encierra. ¿Crees que el ser humano ha perdido el
valor de la palabra amor y la confunde en ocasiones con otros actos que poco o
nada tienen que ver?
C.C.- El amor es la respuesta a todas
las preguntas, la solución a todos los problemas, lo único que puede salvarnos
a los seres humanos. Nos lo llevan diciendo siglos las personas más sabias.
Pero no nos queremos enterar y seguimos a lo nuestro, boicoteándonos y
complicándonos una vida que en realidad podría ser agradable y muy simple. Las
cosas son sencillas, somos nosotros los que las complicamos. El problema es que
los seres humanos estamos atrapados en una especie de tela de araña de la que
apenas estamos aprendiendo a escapar. Yo quiero escapar de ella, no me resulta
nada fácil. No es fácil escapar de todo lo que nos limita, pero yo tengo mucha
confianza en que tarde o temprano lo conseguiremos. Conseguiremos experimentar
el amor de verdad, un amor que comprende, que no juzga, que no exige ni hace
reproches. Ese es mi verdadero deseo: no irme de este mundo sin experimentar el
amor, signifique lo que signifique esta palabra.
J.S.- Estamos finalizando la
entrevista y preguntas obligadas. ¿Cuáles son los nuevos proyectos de Curro?
C.C.- No sé. De verdad que no lo sé.
Antes me angustiaba mucho no saber. Ahora soy de los que dicen: “Bienvenida la
ignorancia”. He aprendido a confiar en la vida, y estoy muy atento a las pistas
que la vida me dé. Igual me voy en unos meses a recorrer el mundo con una
mochila para escribir otro libro (se titularía “Un viaje extraordinario”) que
sigo haciendo entrevistas y escribiendo artículos o sesiones de coaching para
artistas o talleres que puedan ayudar a futuros escritores a hacer libros
buenos. Confío en la vida y creo en la magia. Sea como sea, detrás de lo que
haga siempre estará mi propósito: contribuir al mundo con lo mejor de mí
mismo.
J.S.- ¿Qué te hubiera gustado que te
preguntara y no he hecho? Si hay pregunta, escríbela y contéstala.
C.C.- No se me ha quedado nada en el
tintero. Eres un crack y has hecho una gran entrevista. Gracias.