Churchill de
Jonathan Teplitzky, una nueva
incursión del cine en la II Guerra Mundial.
Winston Churchill (Brian Cox) se involucra de forma
enérgica y se toma como algo personal, los tres días antes del desembarco de Normandía en 1944, el famoso
día D. No está de acuerdo en la manera que los aliados han decidido sorprender y
vencer a Hitler. Tal decisión le llevará
a enfrentarse no solo a sus propios generales, sino a los de los países
aliados.
En su mente ronda el recuerdo de situaciones
que vivió en la I Guerra Mundial y deseando que no se vuelvan a cometer los
mismos errores, dejando claro que puede resultar una masacre, una auténtica
carnicería, como le recrimina en un momento determinado, en pleno cabreo, a
Eisenhower (John Slattery), pues el
número de jóvenes muertos se pueden contar por miles en dicho desembarco. Él
único que es capaz de tranquilizarle un poco es su Mariscal Jan Smuts (Richard Durden), otra excelente
interpretación.
Un nombre suena con fuerza tras ver
esta película y no es ninguno de los históricos de aquella batalla, ni siquiera
la de su director, aunque lo haga bien y luego hablaré de él. Ese nombre es sin
la menor duda el de Brian Cox. La
palabra magistral se queda corta, cuando se piensa en su interpretación. Su
presencia, sus miradas, su voz que retumba en la sala cada vez que habla, su
convicción del personaje a interpretar, la complejidad del mismo e incluso el
relativo parecido; nos hace creernos que Churchill está entre nosotros, con
aquello que expone, sus miedos por los errores del pasado, su amor por la
libertad y la vida de ser humano y la creencia de un mundo más justo.
¿Qué
haré cuando ya no tenga que seguir luchando? Le pregunta en un momento
determinado a su esposa Clemmine (Miranda
Richardson), quien por cierto, borda su personaje. Esa mujer en segundo
plano, sumisa a la disciplina militar y paciente ante los traumas de su marido,
con deseos de ser escuchada. Pero lo que está claro es que si su marido manda
en la política como primer ministro del Reino Unido, ella lo hace en casa.
De nuevo, de la mano de Jonathan Teplitzky, como comentaba en el titular, volvemos
a ver en la gran pantalla otro fragmento de la II Guerra Mundial y sinceramente,
me empiezo a preguntar el por qué. ¿Por qué tantas películas sobre dicha guerra
en tan poco tiempo? Mientras espero la respuesta, deciros que la dirección me
resulta muy correcta, sin grandes pretensiones, relatando la historia con mano
firme y en un tiempo adecuado. No da
rodeos, expone lo que quiere presentar y creando por momentos tensión emocional, que sabe transmitir al
espectador.
Un thriller escrito por el
historiador Alex von Tunzelman, lo
que confiere a la obra un punto importante de credibilidad histórica como, por
poner un ejemplo, el poder disfrutar de los discursos que Churchill ofrecía
a través de la radio, levantando el ánimo del pueblo británico.
Nada que objetar al casting
actoral, todos en sus puestos. Un montaje, con un ritmo preciso. Vestuario y decorados impecables, destacando una vez más la magnífica fotografía ofrecida por David Higgs y la soberbia banda sonora
compuesta por Lorne Balfe.
Recomendables para amantes
del cine histórico.
Mi nota es: 7,5
ESTRENO
en ESPAÑA: 8 de Septiembre
REPARTO: Brian Cox, Miranda Richardson, John Slattery,
James Purefoy, Julian Wadham, Richard Durden, Ella Purnell, Danny Webb,
Jonathan Aris, George Anton, Steven Cree, Angela Costello, Peter Ormond, Suki
Waterhouse.
PRODUCTORA:
Salon Pictures / Tempo Productions Limited
DISTRIBUIDORA en ESPAÑA: A Contracorriente Films.