¿Cuántas veces nos hemos acercado
al mar y nos ha llegado a la mente la idea nostálgica de encontrar o lanzar una
botella con un mensaje al mar? Creo que de niños todos, o casi todos.
La noticia que hoy os traigo data
de nada más y nada menos que 110 años.
En esta ocasión no fue una
botella de alguien que había naufragado en una isla y esperaba su rescate, ni
la nota de un enamorado deseando que su amada descubriese dicha botella siendo
las olas quienes se la llevasen a su presencia. En esta ocasión se trataba de
un experimento para estudiar las corrientes marinas.
En playas alemanas de la isla de
Amrum, una mujer se encontró una botella cuyo interior contenía una postal que
procedía de la Asociación Biológica de la Marina de Plymouth, en el suroeste de
Inglaterra, pero lo curioso no era su procedencia, ni siquiera la distancia que
había recorrido, unos 1265 km, sino la
fecha en la que había sido lanzada al mar. Se calcula que entre 1905 y 1906 y
formaba parte de un proyecto para el estudio de las corrientes del mar.
El mensaje de la botella indicaba
que se devolviera la postal, dejando constancia de dónde y cómo se había
encontrado, prometiendo una recompensa. Esta señora hizo lo indicado, y le
devolvieron un antiguo chelín y una nota de agradecimiento, informándola de que
el estudio lo había realizado George Parker Bidder, presidente de la asociación
antes mencionada, hace 110 años. Dicha botella, era una de las 1020 botella que
había lanzado al mar.
La noticia se ha difundido ahora,
aunque ya hace un tiempo que se descubrió.
La nostalgia siempre nos envuelve de una manera u otra y algo tan
misterioso, mágico, sencillo y lleno sueños, que tantos hemos tenido al lanzar
alguna vez una botella, me hace pensar hoy, si alguien alguna vez encontró las que
yo desde tierras cántabras, entre el oleaje del gran mar cantábrico
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