El
Festival de Otoño celebra sus 40 años con una ambiciosa mirada sobre la escena
internacional.
Con diecinueve
espectáculos procedentes de diecisiete países, la edición número 40 del
Festival de Otoño celebra la escena internacional con nombres tan importantes
como Robert Lepage, Wajdi Mouawad, Tiago Rodrigues, Christiane Jatahy, Jérôme
Bel, Phia Ménard, Gabriel Calderón, Baro d’evel, Manuela Infante o Marina Otero.
El creador canadiense
Robert Lepage, históricamente vinculado al certamen madrileño, se sube al
escenario del Teatro del Bosque de Móstoles para presentar 887, un
recorrido escénico por la memoria, la propia y la colectiva, a partir de su
biografía.
La Sala Roja de los
Teatros del Canal acoge uno de los platos fuertes de la programación: el
montaje Sœurs (Hermanas) del también canadiense Wajdi Mouawad. El
dramaturgo y director de origen libanés parte de la intimidad de la familia
para ofrecer un conmovedor relato universal
La escena europea
cuenta con una nutrida representación, en la que destaca el trabajo conjunto
entre el coreógrafo Jérôme Bel con la fundadora de la compañía tg STAN, Jolente
De Keersmaeker en Dances for an actress (Bailes para una actriz). También
tendremos la oportunidad de ver por primera vez en Madrid a la performer
francesa Phia Ménard con su célebre pieza VORTEX. Y el director portugués
Tiago Rodrigues, actual director del Festival de Avignon, trae Dans la
mesure de l’impossible (En la medida de lo imposible), una exploración teatral
de la labor humanitaria.
El ciclo iberoamericano
Orilla abierta reúne propuestas llegadas desde Brasil, Chile, Argentina,
República Dominicana, Colombia y Uruguay. Entre ellas destaca la obra Entre
chien et loup (Entre perro y lobo), de la brasileña Christiane Jatahy,
inspirada en Dogville de Lars Von Trier, o la propuesta doble que
sirve de presentación en Madrid de la coreógrafa argentina Marina Otero, Love
Me y Fuck Me
Homenaje a su propia
historia, el Festival de Otoño celebra
sus cuarenta ediciones con una mirada ambiciosa a la producción escénica
internacional, a la que dedica la mitad de su programación, convocando a
algunos creadores de gran relevancia que han contribuido a cimentar su
prestigio, como Robert Lepage o Wajdi Mouawad.
La principal cita con
las artes escénicas de la Comunidad de Madrid regresa del 10 al 27 de noviembre
con una edición expandida en muchos sentidos: por el número y diversidad de las
propuestas, por el origen de éstas (18 países), por los múltiples espacios en
que se desarrolla (31 espacios en toda la Comunidad), con seis estrenos en
España y diecinueve en Madrid, y por ser la cita con más programación en
municipios de las últimas décadas (13 municipios). “Durante tres semanas el
festival ofrecerá un crisol de poéticas, lenguas, lenguajes y procedencias que
lo hacen único”, afirma su director Alberto Conejero.
A lo largo de estas 40
ediciones, el Festival de Otoño ha sido fundamental para el descubrimiento en
Madrid de artistas del olimpo escénico mundial como Pina Bausch, Merce
Cunningham, John Cage, Peter Brook, Bob Wilson, Tadeusz Kantor o Mijaíl
Baryshnikov. Imposible no destacar la figura del director canadiense Robert
Lepage, con el que quiso contar el Festival desde el principio para esta 40
edición. El creador quebequés y su compañía Ex Machina son nombres
históricamente ligados a este festival, donde ha presentado desde 1997 varios
de sus espectáculos, entre ellos La trilogía de los dragones en 2003,
seis inolvidables horas de teatro que acogieron los estudios de cine de El
Álamo. Su presencia era imprescindible en esta edición tan emblemática.
Lepage regresa a
Madrid con 887, monólogo
cuyo título alude al número de la Avenida Murray de Quebec en el que se ubicaba
el estrecho apartamento donde vivió de niño junto a sus tres hermanos, sus
padres y su abuela enferma. Una familia de clase trabajadora que revive en este
montaje gracias a la magia escénica que despliega Ex Machina. El espectáculo
podrá verse del 24 al 26 de noviembre sobre el escenario del Teatro del Bosque
de Móstoles.
La primera cita con la
escena internacional llegará a la Sala Roja de Teatros del Canal el mismo día
de la inauguración del Festival, el 10 de noviembre, con el espectáculo
circense Falaise (Acantilado) de
la compañía franco-catalana Baro d´evel, en coproducción con Teatros del
Canal. La mejor forma de definir el trabajo de este colectivo es recurrir a una
vieja y manoseada palabra: belleza, que late en la decena larga de montajes que
han cuajado, con ingredientes como la música, el circo, la danza y el
teatro. Falaise está interpretada por ocho seres humanos, un caballo
y varios pájaros y es una ceremonia inclasificable con la que, dicen Camille
Decourtye y Blaï Mateu Trias, fundadores de la compañía, quieren “llevar al
espectador por un laberinto interior, por un sueño lúcido”.
También en la Roja de
Canal veremos Sœurs (Hermanas) (19
y 20 de noviembre), del aclamado escritor, actor y director canadiense de
origen libanés Wajdi Mouawad, otro de los platos fuertes de este año. La
pieza forma parte del denominado Ciclo doméstico de Mouawad, que
empezó con Seuls, para hablar de la figura del hijo, y sigue con Sœurs.
Después de las hermanas, llegarán el padre, la madre y los hermanos. Figuras
vinculadas por lazos de parentesco que compondrán un puzle con el que, a través
del prisma de la intimidad, se arroja una mirada personal sobre la historia. La
obra es una polifonía donde materiales diversos, imágenes, sonidos, objetos,
conforman una narrativa acumulativa que tiende hacia la comprensión universal
del sujeto.
Dans la mesure de l’impossible (En
la medida de lo imposible), del director y
dramaturgo portugués Tiago Rodrigues, se verá igualmente en la Sala Roja
(26 y 27 de noviembre). La idea llegó antes de la pandemia, junto a los actores
y actrices de La Comédie de Ginebra, que se propusieron trabajar sobre la labor
humanitaria de organizaciones como Cruz Roja o Médicos sin fronteras. Inspirándose
en los testimonios de delegados de estas organizaciones, Rodrigues hila en este
espectáculo un relato que expone los dilemas de un grupo de hombres y mujeres
que se mueven entre zonas conflictivas y un hogar tranquilo y seguro, entre la
inmediatez de la acción y la reflexión posterior, la capacidad de autocrítica y
la búsqueda de fuerzas internas para seguir ganándole tiempo a lo que puede
estar por llegar.
De la creadora
francesa Phia Ménard llega a la Sala Roja el 22 y 23 de noviembre la
belleza de VORTEX, su
célebre espectáculo de 2011 que sigue evolucionando más de una década después y
que brindará la oportunidad de ver por primera vez en Madrid a una de las
artistas más fascinantes de Europa. La performer empezó como malabarista, una
técnica que dominó hasta agotarla, y dio un giro radical a su carrera, que
coincidió con su cambio de sexo en 2008. El primer síntoma creativo de su nueva
vida llegó con P.P.P. (Position Parallèle au Plancher), en la que
hacía malabares con bolas de hielo. Y a continuación, en 2011, concibió VORTEX,
una pieza cuyo objeto central es el viento. ¿Cómo relacionarse con él? Esta es
la pregunta que se hizo Ménard. “Solo la creencia utópica de que podemos domar
el viento nos mantiene luchando, nos mantiene vivos”, responde. En escena,
ventiladores dispuestos en círculo generan un pequeño torbellino, un vórtice
ventoso que objetualiza el plástico que, en su vuelo, “evoca los cubos de
basura, la gasolina, el petróleo, el consumismo, la contaminación, cosas que
acaban por estropear nuestro día a día”.
Teatro físico y danza
La Sala Verde de
Teatros del Canal presentará a una de las figuras más impactantes de la última
escena argentina, Marina Otero, con su arrolladora pieza Fuck Me (Fóllame),
uno de los espectáculos que conforman el programa iberoamericano del Festival
denominado Orilla abierta y que reúne propuestas de Brasil, Chile,
Argentina, República Dominicana, Colombia y Uruguay. Dentro de este apartado,
en el Teatro de La Abadía tenemos a la chilena Manuela Infante con su
teatro no-humano o post-antropocéntrico en Cómo convertirse en piedra,
y el dramaturgo y director uruguayo Gabriel Calderón muestra en Ana contra la muerte una
experiencia tan devastadora como imprescindible. A la Sala Mirador llega otra
de las propuestas del ciclo: Petróleo, de la
compañía argentina Piel de Lava, cuya programación cuenta con la
colaboración del FIT de Cádiz, el Festival Temporada Alta de Girona y Teatro
Lope de Vega de Sevilla.
De República Dominicana
y Estados Unidos procede deader than dead (Más muerta que
muerta) de Ligia Lewis, en colaboración con La
Casa Encendida, donde la artista coreografía el espectáculo del sufrimiento
negro bajo la supremacía blanca.
Brasil aporta la mirada
de Christiane Jatahy sobre el universo del cineasta Lars von Trier
en Entre chien et loup (Entre perro y
lobo), en el Teatro María Guerrero y con la colaboración
del Centro Dramático Nacional. Y también de Brasil llega la danza frenética
de Bruno Beltrão y su New Creation (Nueva Creación) en
el Centro de Cultura Contemporánea Condeduque.
Orilla abierta se
completa con los colombianos de La Maldita Vanidad, que presentan El Palmeral en
el Teatro del Barrio; la vuelta al festival de La Columna Durruti, de
Argentina, con su conferencia performatica NOCTURNO DE ULRIKE O EL SUJETO
HISTÓRICO, en el Teatro Pradillo y con el apoyo del
Goethe Institut; y el segundo espectáculo de Marina Otero, Love Me (Ámame),
que cierra el díptico compuesto con Fuck Me, y que se programa en Réplika
Teatro.
Coreografías históricas
En la Sala Negra de
Teatros del Canal se producirá el 12 y el 13 de noviembre un encuentro en la
cumbre bajo el título Dances
for an actress (Bailes para una actriz), un mano a mano
entre una de las fundadoras de la compañía belga tg STAN, la actriz y
directora Jolente De Keersmaeker, con el coreógrafo y bailarín francés Jérôme
Bel, uno de los grandes renovadores de la danza contemporánea.
Bel ha roto muchas
fronteras supuestamente infranqueables en el mundo de la danza, ha trabajado el
negativo de la danza (la quietud) y el reverso del virtuosismo (la
espontaneidad de los cuerpos, incluso los no llamados por “la norma”). Su plan,
en este montaje, es hacer pasar el cuerpo de una actriz (De Keersmaeker) por
extractos de coreografías históricas y detenerse en el trasfondo afectivo y
emocional. Una combinación de teatro físico y danza tan fundamental en esta
edición del Festival de Otoño.
En una de las salas
históricas del Festival, la Cuarta Pared, tendrá lugar el 25 y 26 de
noviembre NOWHEN (AhoraCuando), de
la bailarina, profesora y creadora italiana Federica Porello, un
cruce entre la danza y el teatro de objetos. Su lenguaje coreográfico refleja,
según la propia artista, la memoria física construida a lo largo de su
trayectoria, con un acento particular en sus experiencias de trabajo con la
compañía Mal Pelo y ZOO/Thomas, con las que colabora respectivamente desde el
2013 y desde el 2015, unida con otras colaboraciones en el campo de la
composición instantánea del movimiento y en el del teatro de objetos.
La obra es un solo
interpretado por la propia Porello en el que palabras, movimientos, sonidos,
luces, objetos, ideas… son puestos, como si formaran una orquesta, al servicio
de la escena. Porello maneja estos elementos en un proceso de unión y separación,
de disolución y resolución, que es la base de un montaje que busca aceptar una
totalidad de diferencias de la que somos partes.
Desde Líbano nos llega
la creatividad del Collectif Kahraba, que ya cautivó al público del
festival el año pasado con Geología de una fábula. En esta edición nos
vuelve a presentar un espectáculo mágico: Songe d’une forêt oubliée (Sueño
de un bosque olvidado), otra delicia para todos los
públicos en la que objetos y títeres, sonido e imagen, sumergen a los
espectadores en un sueño sin palabras. Collectif Kahraba se creó en 2007 con la
convicción de que el arte es una vía para el diálogo y la apertura. Hoy lo
integran una red de actores, escritores, directores de escena, fotógrafos,
titiriteros y bailarines empeñados en cuestionar poéticamente el mundo en el
que vivimos. El espectáculo podrá disfrutarse el 12 y 13 de noviembre en Espacio
Abierto Quinta de los Molinos, que se incorpora este año como escenario del
festival, y el 18 y 19 de noviembre en Sala Cuarta Pared.
Por último, fruto de la
colaboración entre el Festival de Otoño y el Museo Nacional Centro de Arte
Reina Sofía, se podrán ver en este espacio de forma gratuita dos creaciones del
programa DUELO COLECTIVO Y DUELO PLANETARIO, comisariado por Isabel de
Naverán. La primera, el 11 de noviembre, será la proyección de la pieza de
danza filmada MONUMENT 0.6: Heterochrony (MONUMENTO
0.6: Heterocronía), de la coreógrafa húngara Eszter
Salamon, que culminará con una conversación entre la propia Salamon, Isabel de
Naverán, Germán Labrador y Alberto Conejero. Y el 12 y 13 de noviembre se
ofrecerá la pieza de danza Unending love, or love dies, on
repeat like it’s endless (Amor interminable, o el amor muere, en
repetición como si fuera interminable), del coreógrafo
polaco-británico Alex Baczyński- Jenkins, cofundador del colectivo Kem,
con sede en Varsovia, una comunidad queer antirracista y feminista que explora
la coreografía, la performance y el sonido como parte de un ambicioso plan de
acción social. En esta obra aborda las relaciones entre el deseo, la danza, la
fragmentación, el amor, el duelo y el tiempo.
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