jueves, 3 de noviembre de 2022

EL FESTIVAL DE OTOÑO CELEBRA SUS 40 AÑOS.

El Festival de Otoño celebra sus 40 años con una ambiciosa mirada sobre la escena internacional.

Con diecinueve espectáculos procedentes de diecisiete países, la edición número 40 del Festival de Otoño celebra la escena internacional con nombres tan importantes como Robert Lepage, Wajdi Mouawad, Tiago Rodrigues, Christiane Jatahy, Jérôme Bel, Phia Ménard, Gabriel Calderón, Baro d’evel, Manuela Infante o Marina Otero.

El creador canadiense Robert Lepage, históricamente vinculado al certamen madrileño, se sube al escenario del Teatro del Bosque de Móstoles para presentar 887, un recorrido escénico por la memoria, la propia y la colectiva, a partir de su biografía.

La Sala Roja de los Teatros del Canal acoge uno de los platos fuertes de la programación: el montaje Sœurs (Hermanas) del también canadiense Wajdi Mouawad. El dramaturgo y director de origen libanés parte de la intimidad de la familia para ofrecer un conmovedor relato universal

La escena europea cuenta con una nutrida representación, en la que destaca el trabajo conjunto entre el coreógrafo Jérôme Bel con la fundadora de la compañía tg STAN, Jolente De Keersmaeker en Dances for an actress (Bailes para una actriz). También tendremos la oportunidad de ver por primera vez en Madrid a la performer francesa Phia Ménard con su célebre pieza VORTEX. Y el director portugués Tiago Rodrigues, actual director del Festival de Avignon, trae Dans la mesure de l’impossible (En la medida de lo imposible), una exploración teatral de la labor humanitaria.

El ciclo iberoamericano Orilla abierta reúne propuestas llegadas desde Brasil, Chile, Argentina, República Dominicana, Colombia y Uruguay. Entre ellas destaca la obra Entre chien et loup (Entre perro y lobo), de la brasileña Christiane Jatahy, inspirada en Dogville de Lars Von Trier, o la propuesta doble que sirve de presentación en Madrid de la coreógrafa argentina Marina Otero, Love Me y Fuck Me

Homenaje a su propia historia, el Festival de Otoño celebra sus cuarenta ediciones con una mirada ambiciosa a la producción escénica internacional, a la que dedica la mitad de su programación, convocando a algunos creadores de gran relevancia que han contribuido a cimentar su prestigio, como Robert Lepage o Wajdi Mouawad.

La principal cita con las artes escénicas de la Comunidad de Madrid regresa del 10 al 27 de noviembre con una edición expandida en muchos sentidos: por el número y diversidad de las propuestas, por el origen de éstas (18 países), por los múltiples espacios en que se desarrolla (31 espacios en toda la Comunidad), con seis estrenos en España y diecinueve en Madrid, y por ser la cita con más programación en municipios de las últimas décadas (13 municipios). “Durante tres semanas el festival ofrecerá un crisol de poéticas, lenguas, lenguajes y procedencias que lo hacen único”, afirma su director Alberto Conejero.

A lo largo de estas 40 ediciones, el Festival de Otoño ha sido fundamental para el descubrimiento en Madrid de artistas del olimpo escénico mundial como Pina Bausch, Merce Cunningham, John Cage, Peter Brook, Bob Wilson, Tadeusz Kantor o Mijaíl Baryshnikov. Imposible no destacar la figura del director canadiense Robert Lepage, con el que quiso contar el Festival desde el principio para esta 40 edición. El creador quebequés y su compañía Ex Machina son nombres históricamente ligados a este festival, donde ha presentado desde 1997 varios de sus espectáculos, entre ellos La trilogía de los dragones en 2003, seis inolvidables horas de teatro que acogieron los estudios de cine de El Álamo. Su presencia era imprescindible en esta edición tan emblemática.

Lepage regresa a Madrid con 887, monólogo cuyo título alude al número de la Avenida Murray de Quebec en el que se ubicaba el estrecho apartamento donde vivió de niño junto a sus tres hermanos, sus padres y su abuela enferma. Una familia de clase trabajadora que revive en este montaje gracias a la magia escénica que despliega Ex Machina. El espectáculo podrá verse del 24 al 26 de noviembre sobre el escenario del Teatro del Bosque de Móstoles.

La primera cita con la escena internacional llegará a la Sala Roja de Teatros del Canal el mismo día de la inauguración del Festival, el 10 de noviembre, con el espectáculo circense Falaise (Acantilado) de la compañía franco-catalana Baro d´evel, en coproducción con Teatros del Canal. La mejor forma de definir el trabajo de este colectivo es recurrir a una vieja y manoseada palabra: belleza, que late en la decena larga de montajes que han cuajado, con ingredientes como la música, el circo, la danza y el teatro. Falaise está interpretada por ocho seres humanos, un caballo y varios pájaros y es una ceremonia inclasificable con la que, dicen Camille Decourtye y Blaï Mateu Trias, fundadores de la compañía, quieren “llevar al espectador por un laberinto interior, por un sueño lúcido”.

También en la Roja de Canal veremos Sœurs (Hermanas) (19 y 20 de noviembre), del aclamado escritor, actor y director canadiense de origen libanés Wajdi Mouawad, otro de los platos fuertes de este año. La pieza forma parte del denominado Ciclo doméstico de Mouawad, que empezó con Seuls, para hablar de la figura del hijo, y sigue con Sœurs. Después de las hermanas, llegarán el padre, la madre y los hermanos. Figuras vinculadas por lazos de parentesco que compondrán un puzle con el que, a través del prisma de la intimidad, se arroja una mirada personal sobre la historia. La obra es una polifonía donde materiales diversos, imágenes, sonidos, objetos, conforman una narrativa acumulativa que tiende hacia la comprensión universal del sujeto.

Dans la mesure de l’impossible (En la medida de lo imposible), del director y dramaturgo portugués Tiago Rodrigues, se verá igualmente en la Sala Roja (26 y 27 de noviembre). La idea llegó antes de la pandemia, junto a los actores y actrices de La Comédie de Ginebra, que se propusieron trabajar sobre la labor humanitaria de organizaciones como Cruz Roja o Médicos sin fronteras. Inspirándose en los testimonios de delegados de estas organizaciones, Rodrigues hila en este espectáculo un relato que expone los dilemas de un grupo de hombres y mujeres que se mueven entre zonas conflictivas y un hogar tranquilo y seguro, entre la inmediatez de la acción y la reflexión posterior, la capacidad de autocrítica y la búsqueda de fuerzas internas para seguir ganándole tiempo a lo que puede estar por llegar.

De la creadora francesa Phia Ménard llega a la Sala Roja el 22 y 23 de noviembre la belleza de VORTEX, su célebre espectáculo de 2011 que sigue evolucionando más de una década después y que brindará la oportunidad de ver por primera vez en Madrid a una de las artistas más fascinantes de Europa. La performer empezó como malabarista, una técnica que dominó hasta agotarla, y dio un giro radical a su carrera, que coincidió con su cambio de sexo en 2008. El primer síntoma creativo de su nueva vida llegó con P.P.P. (Position Parallèle au Plancher), en la que hacía malabares con bolas de hielo. Y a continuación, en 2011, concibió VORTEX, una pieza cuyo objeto central es el viento. ¿Cómo relacionarse con él? Esta es la pregunta que se hizo Ménard. “Solo la creencia utópica de que podemos domar el viento nos mantiene luchando, nos mantiene vivos”, responde. En escena, ventiladores dispuestos en círculo generan un pequeño torbellino, un vórtice ventoso que objetualiza el plástico que, en su vuelo, “evoca los cubos de basura, la gasolina, el petróleo, el consumismo, la contaminación, cosas que acaban por estropear nuestro día a día”.

Teatro físico y danza

La Sala Verde de Teatros del Canal presentará a una de las figuras más impactantes de la última escena argentina, Marina Otero, con su arrolladora pieza Fuck Me (Fóllame), uno de los espectáculos que conforman el programa iberoamericano del Festival denominado Orilla abierta y que reúne propuestas de Brasil, Chile, Argentina, República Dominicana, Colombia y Uruguay. Dentro de este apartado, en el Teatro de La Abadía tenemos a la chilena Manuela Infante con su teatro no-humano o post-antropocéntrico en Cómo convertirse en piedra, y el dramaturgo y director uruguayo Gabriel Calderón muestra en Ana contra la muerte una experiencia tan devastadora como imprescindible. A la Sala Mirador llega otra de las propuestas del ciclo: Petróleo, de la compañía argentina Piel de Lava, cuya programación cuenta con la colaboración del FIT de Cádiz, el Festival Temporada Alta de Girona y Teatro Lope de Vega de Sevilla.

De República Dominicana y Estados Unidos procede deader than dead (Más muerta que muerta) de Ligia Lewis, en colaboración con La Casa Encendida, donde la artista coreografía el espectáculo del sufrimiento negro bajo la supremacía blanca.

Brasil aporta la mirada de Christiane Jatahy sobre el universo del cineasta Lars von Trier en Entre chien et loup (Entre perro y lobo), en el Teatro María Guerrero y con la colaboración del Centro Dramático Nacional. Y también de Brasil llega la danza frenética de Bruno Beltrão y su New Creation (Nueva Creación) en el Centro de Cultura Contemporánea Condeduque.

Orilla abierta se completa con los colombianos de La Maldita Vanidad, que presentan El Palmeral en el Teatro del Barrio; la vuelta al festival de La Columna Durruti, de Argentina, con su conferencia performatica  NOCTURNO DE ULRIKE O EL SUJETO HISTÓRICO, en el Teatro Pradillo y con el apoyo del Goethe Institut; y el segundo espectáculo de Marina Otero, Love Me (Ámame), que cierra el díptico compuesto con Fuck Me, y que se programa en Réplika Teatro.

Coreografías históricas

En la Sala Negra de Teatros del Canal se producirá el 12 y el 13 de noviembre un encuentro en la cumbre bajo el título Dances for an actress (Bailes para una actriz), un mano a mano entre una de las fundadoras de la compañía belga tg STAN, la actriz y directora Jolente De Keersmaeker, con el coreógrafo y bailarín francés Jérôme Bel, uno de los grandes renovadores de la danza contemporánea.

Bel ha roto muchas fronteras supuestamente infranqueables en el mundo de la danza, ha trabajado el negativo de la danza (la quietud) y el reverso del virtuosismo (la espontaneidad de los cuerpos, incluso los no llamados por “la norma”). Su plan, en este montaje, es hacer pasar el cuerpo de una actriz (De Keersmaeker) por extractos de coreografías históricas y detenerse en el trasfondo afectivo y emocional. Una combinación de teatro físico y danza tan fundamental en esta edición del Festival de Otoño.

En una de las salas históricas del Festival, la Cuarta Pared, tendrá lugar el 25 y 26 de noviembre NOWHEN (AhoraCuando), de la bailarina, profesora y creadora italiana  Federica Porello, un cruce entre la danza y el teatro de objetos. Su lenguaje coreográfico refleja, según la propia artista, la memoria física construida a lo largo de su trayectoria, con un acento particular en sus experiencias de trabajo con la compañía Mal Pelo y ZOO/Thomas, con las que colabora respectivamente desde el 2013 y desde el 2015, unida con otras colaboraciones en el campo de la composición instantánea del movimiento y en el del teatro de objetos.

La obra es un solo interpretado por la propia Porello en el que palabras, movimientos, sonidos, luces, objetos, ideas… son puestos, como si formaran una orquesta, al servicio de la escena. Porello maneja estos elementos en un proceso de unión y separación, de disolución y resolución, que es la base de un montaje que busca aceptar una totalidad de diferencias de la que somos partes.

Desde Líbano nos llega la creatividad del Collectif Kahraba, que ya cautivó al público del festival el año pasado con Geología de una fábula. En esta edición nos vuelve a presentar un espectáculo mágico: Songe d’une forêt oubliée (Sueño de un bosque olvidado), otra delicia para todos los públicos en la que objetos y títeres, sonido e imagen, sumergen a los espectadores en un sueño sin palabras. Collectif Kahraba se creó en 2007 con la convicción de que el arte es una vía para el diálogo y la apertura. Hoy lo integran una red de actores, escritores, directores de escena, fotógrafos, titiriteros y bailarines empeñados en cuestionar poéticamente el mundo en el que vivimos. El espectáculo podrá disfrutarse el 12 y 13 de noviembre en Espacio Abierto Quinta de los Molinos, que se incorpora este año como escenario del festival, y el 18 y 19 de noviembre en Sala Cuarta Pared.

Por último, fruto de la colaboración entre el Festival de Otoño y el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, se podrán ver en este espacio de forma gratuita dos creaciones del programa DUELO COLECTIVO Y DUELO PLANETARIO, comisariado por Isabel de Naverán. La primera, el 11 de noviembre, será la proyección de la pieza de danza filmada MONUMENT 0.6: Heterochrony (MONUMENTO 0.6: Heterocronía), de la coreógrafa húngara Eszter Salamon, que culminará con una conversación entre la propia Salamon, Isabel de Naverán, Germán Labrador y Alberto Conejero. Y el 12 y 13 de noviembre se ofrecerá la pieza de danza Unending love, or love dies, on repeat like it’s endless (Amor interminable, o el amor muere, en repetición como si fuera interminable), del coreógrafo polaco-británico Alex Baczyński- Jenkins, cofundador del colectivo Kem, con sede en Varsovia, una comunidad queer antirracista y feminista que explora la coreografía, la performance y el sonido como parte de un ambicioso plan de acción social. En esta obra aborda las relaciones entre el deseo, la danza, la fragmentación, el amor, el duelo y el tiempo.

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