Noche de risas, emociones, nervios y sorpresas.
Noche mágica
donde los mayores saben la verdad, pero juegan a volver a ser inocentes, como
cuando eran niños.
Noche rodeada
de suspense, envuelta en cajas de papeles de mil colores, de mil dibujos, de
mil formas, de mil…
Noche donde
los niños se retiran antes a la cama sin protestar, porque no quieren ser
sorprendidos por sus amigos mágicos que llegarán puntuales a la cita, como cada
año.
Mañana donde
los mayores esperan escondidos, ansiosos de escuchar en las voces de los más pequeños, que han llegado los reyes y les han dejado
regalos bajo el árbol, junto a las zapatillas al lado de la
cama o en los rincones más próximos.
Mañana donde
los niños viven los instantes más excitantes, entre risas y gritos, buscando
entre esas cajas de colores, los deseos pedidos en una carta enviada a un mundo
mágico.
Mañana donde
el compartir se vuelve entrega desinteresada en miradas de cariño, de amor, de
amistad… En miradas ofreciendo su verdad.
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