Sean Mewshaw en su ópera prima, La Última Canción,
nos presenta una comedia romántica, con tintes dramáticos
Hannah (Rebeca Hall) vive apaciblemente en un pueblecito rodeado de
montañas y nieve, en un retiro deseado tras la muerte de su marido, un aclamado
cantante de folk. Desde Nueva York Andrew (Jason
Sudeikis) realiza un estudio sobre las letras del último disco de dicho
cantante y su extraña muerte, por lo que decide viajar y encontrarse con
Hannah.
Sean Mewshaw nos ofrece una
dirección sencilla pero efectiva, con elementos del cine indie americano, donde Rebeca Hall y Jason Sudeikis
interpretan de forma notable a sus personajes, al igual que los secundarios que
les acompañan.
El guión de Desiree Van Til, muestra la realidad de
una mujer encerrada en los recuerdos de su marido fallecido. Un conmovedor
planteamiento de cómo afrontar el seguir adelante, sin la persona con quien
compartía todo, y más cuando entra en su
vida un nuevo hombre, que en parte la obligará a enfrentarse a ese pasado, a
sus miedos y a la necesidad de retomar el amor en el presente. Un atractivo
guión con el defecto de ser muy previsible.
La fotografía de Seamus Tierney desfilará por la gran
pantalla rubricando cada escena y acompañada de la suave música de Daniel Hart y Damien Jurado.
Mi nota es de 6,5
Recomendable para
nostálgicos románticos.
REPARTO: Rebecca Hall, Jason Sudeikis,
Joe Manganiello, Dianna Agron, Blythe Danner, Beau Bridges.
PRODUCTORA: Bron Studios / Echo
Films
DISTRIBUIDORA EN ESPAÑA: Dea Planeta.
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