La coproducción entre
Francia y Bélgica, EL REFLEJO DE SIBYL,
está dirigida por Justine Triet, compartiendo guion con Arthur Harari y diálogos de David
H. Pickering.
Sybil (Virginie Efira) es una psicoterapeuta que toma la decisión de
despedir a todos sus pacientes, pues desea escribir una novela, su verdadera
pasión. Ex alcohólica y casada con dos hijos. Su marido Gabriel (Niels Schneider) la reprocha que
abandone a sus pacientes.
Un día recibe una
llamada de una joven desesperada, al otro lado de la línea se encuentra Margot (Adèle Exarchopoulos) quien le suplica
que la reciba en su consulta, pues de lo contario se suicidará. Sybil acepta
y Margot le explica que es actriz, que
está embarazada de un actor, Igor (Gaspard
Ulliel) pero que él está casado con Mika (Sandra
Hüller), una directora de cine. Quiere abortar, pero no está del todo convencida.
Triet salta de la comedia al drama psicológico para sumergirnos en una historia que a la vez contiene otras historias, como si estuviéramos abriendo las muñecas de una matrioshka, en donde se irán desvelando sus secretos, mentiras y frustraciones, a medida que se muestran las diferentes caras y capas de sus personajes. Un filme rodado en París, en
los estudios ubicados en Lyon y en la Isla de Stromboli.
La actriz, guionista y
directora, Justine Triet, se diplomó
en la Escuela Superior de Bellas Artes. Entre su filmografía encontramos los
siguientes títulos. “Sur Place” 2007, Los documentales “Solférino” 2008 y “Des
ombres dans la maison” 2010, los cortometrajes “Vilaine Fille, mauvais garçon”
2011 y “Two Ships” 2012 y llegamos a su
ópera prima para la gran pantalla “La batalla de Solferino” 2013, seguida de
“Los casos de Victoria” 2016 y para este año 2020, nos presenta “El reflejo de
Sibyl”
Cine dentro del cine,
en donde la vida de la protagonista se nos presenta entre el ir y venir de su
oscuro pasado a un presente traumático, marcado por los miedos y los
remordimientos. Presa de sus propios instintos de los que no quiere ni puede librarse y viviendo en una constante espiral, sin saber cuál será su destino. La realidad y la ficción, se confunden en su mente herida,
proyectándose en los espejos de la vida, aquellos que nunca mienten y aun
sabiéndolo, no asumir el reflejo que proyectan hasta, tal vez, ser demasiado tarde.
Una historia que navega en aguas turbulentas, las que provocan las adicciones, las frustraciones, los miedos y el hermético pasado, para terminar volcándose de la noche a la mañana, en la vida de su nueva paciente. Una joven a cuyos problemas amorosos y contradicciones, debemos añadir un embarazo