miércoles, 1 de julio de 2020

#AQUÍ ESTOY: CRÍTICA DE CINE

La coproducción entre Francia y Bélgica, #AQUÍ ESTOY, está dirigida por Eric Lartigau compartiendo guion con Thomas Bidegain.
 
Stéphane Lucas (Alain Chabat) es un chef de prestigio, dueño de su propio restaurante, separado y con dos hijos: David (Ilian Bergala) y Ludo (Jules Sagot). En las instalaciones del restaurante celebrarán la boda de Ludo, donde descubrirá algunas cosas que ignora de la familia. Stéphane tiene un secreto, una relación por Instagram con una joven pintora coreana,  Soo (Doona Bae). Las conversaciones que mantiene con Soo van desde la cotidianidad del día a día, pasando por la pintura o la naturaleza. Sobre esta última, Soo le envía fotos de los cerezos en flor, en todo su esplendor, tal y como se encuentran en ese momento. Sin pensárselo dos veces Stéphane decide viajar a Seúl para conocer a Soo y se lo comunica justo en el instante en que va a despegar el avión. Cuando llega al aeropuerto de Seúl ella no está, pero él decide esperarla.
 
El filme tiene dos partes diferenciadas, por un lado, más de la mitad se  desarrolla en el  interior del aeropuerto, recordándonos a la “Terminal” 2004 de Steven Spielberg con Tom Hanks, con la diferencia de que el personaje de Hanks no podía salir y el de Alain Chabat sí, pero está convencido de que Soo llegará en cualquier momento y allí se pasará los días esperándola ; y la segunda parte nos llevará por las calles de Seúl, en busca de esa chica misteriosa y su encuentro con ella.
 
Sobre Eric Lartigau. A través de la historia del cine, hemos conocido las diferentes maneras de llegar a ejercer un trabajo dentro del Séptimo Arte y muchas de ellas, provocadas al estar en el momento justo y en el lugar indicado, así podríamos decir que se formó Eric, pues antes de relacionarse con el cine, trabajaba en una casa de subastas. Un día fue contratado como chófer por el director Pascal Thomas y eso le abrió la posibilidad a descubrir otro mundo. Trabajaría como asistente de directores como Diane Kurys, Edouard Molinaro o Emir Kusturica. También trabajo en el mundo de la publicidad, en Canal+ donde entre otras funciones dirigió secuencias del programa “Guignols”; como productor de las series televisiva “H” o “La Famille Guérin” en algunos episodios. Es actor, no solo en algunas de sus películas sino con  otros directores como Katia Lewkowicz, en su filme “Pourquoi tu Pleures? 2011. En la dirección debutó con “¿Mais qui a tué Pamela Rose?” 2003, continuando con: “Un Ticket pour l´espace” 2006, “Prête-moi ta main” 2006, “L´homme qui voulait vivre sa vie” 2010, “Los infieles” 2012, “La familia Bélier” 2014 y este año nos presenta “#Aquí estoy” 2019
 
Una obra sencilla en su argumento, encerrando una clara crítica a las redes sociales y a las verdades o mentiras que se esconden tras un nombre o un nick. Todos en mayor o menor medida, conocemos de casos de personas que se han dejado embaucar bajo el escudo del anonimato, de muy diversas formas y una de ellas, sin la menor duda, es el amor. Los flechazos que surgen cuando una persona determinada está pasando por un instante de cambios y encuentra una salida en alguien a quien no conoce, y corre en su búsqueda. Pero una cosa es ir a la ciudad de al lado y otra muy diferente el viajar hasta Seul, donde por lo visto, la realidad supera a la ficción, pues en esos aeropuertos es más frecuente de lo que uno pueda imaginar, que algo así suceda. El número de repatriaciones de personas, que les ha ocurrido lo mismo que a Stéphane Lucas, es muy elevado. Una auténtica locura, que filmada resulta entre estresante por las situaciones emocionales que tiene que vivir el personaje y divertida, desde ese punto de vista surrealista.
 
Una fábula que deja un buen sabor de boca, pues aunque  Stéphane, está completamente olvidado y “perdido” en un país del cual no conoce ni el idioma, no le vemos sufrir, sino sacar de la adversidad, las mejores situaciones, hasta el punto de ayudar,  más que pedir ayuda. De escuchar, más que solicitar ser escuchado. De compartir lo que tiene, sin buscar nada a cambio. No hay drama, hay un exceso de naturalidad incomprendida.
 
 
Eric y Thomas han creado un guion elemental con un personaje lleno de matices, que va atrapando al espectador por su singularidad. Un gran chef amante de la cocina, a la que parece prestar la atención mínima. Tiene dos hijos y una ex mujer, a los que sin la menor duda quiere, pero cuando le hablan no les escucha, incluso tratándose de temas serios. Vaga por las estancias del restaurante y sus alrededores sumido en su nuevo entretenimiento: Instagram y lo que cree que ha descubierto en dicha red social, la ilusión por vivir un nuevo amor.
 
Lo que  más llama la atención de esta película, es que la novatada que paga el personaje, no se convierte en drama sino en divertimento, en naturalidad para él y desconcierto para el público. La chispa de la esperanza flota en el ambiente, pues en su corazón aun se refugia la ternura de una inocencia que no ha perdido con su madurez.  Un Peter Pan de carne y hueso, enamorado de la vida por la que se deja llevar, de forma impulsiva. Un soñador romántico, maravillosamente interpretado por Alain Chabat, que dota al personaje de una gran expresividad y naturalidad. Una deliciosa comedia magníficamente fotografiada por Laurent Tangy, entre los elegantes encuadres de los espacios del aeropuerto y los contrastes entre la ciudad y el campo. 
 
Mi nota es: 7,5

ESTRENO en ESPAÑA: 1 de Julio (Plataformas digitales)
REPARTO: Alain Chabat,  Doona bae, Vincent Nemeth y John Sehil
PRODUCTORA: Belga Productions// France 2 Cinéma// Gaumont Production// Keystone Films// Rectangle Productions
DISTRIBUIDORA en ESPAÑA: Vértigo Films España.

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