sábado, 16 de octubre de 2021

TOKYO SHAKING: CRÍTICA DE CINE

Tokyo Shaking, está dirigida por Olivier Peyon, compartiendo guion con Cyril Brody. “Vistos los beneficios. El riesgo merece la pena”

Tokio 10 de Marzo del 2011. Alexandra (Karin Viard),  casi recién llegada de Francia, se incorpora al banco en el que trabaja en Fukushima. Entre sus compañeros se encuentran,  Amani Sassou (Stéphane Bak), un empleado en prácticas que Alexandra contrata tras salvar una operación y Kimiko (Yumi Narita), que está orgullosa de trabajar junto a ella. Tiene dos hijos, Camille (Nola Blosson) y Victor (Simon Ayache) y viven en un piso de lujo. Su marido, Bertrand (Charlie Dupont), se encuentra fuera, cerrando una venta.

Al día siguiente, 11 de Marzo, en contra de su voluntad, tiene que despedir a Amani, por orden de su jefe, Dominique Besse (Philippe Uchan). Cuando la conversación ha finalizado, comienza el primer temblor del terremoto que provocó el tsunami, más grande que ha vivido Tokio.

El guionista, compositor y director, Olivier Peyon, estudió en la Universidad de Nantes, Economía, y tras finalizar, regresó a París, trabajando como asistente de producción. Tradujo películas en inglés para la distribuidora en francés. Debutó en el cortometraje con “Promis, juré” 1996, “Jingle Bells” 1997, “À tes amours” 2001 y “Claquage après étirements”  2002, para saltar al largometraje en 2006 con “Les petites vacances” y continuando con “Une vie ailleurs” 2017 y “Tokyo Shaking” 2020. Además de los documentales, “Cómo odiaba las mates” 2013 y “Latifa, le coeur au combat” 2017

La idea original de la película, surge de la experiencia personal que vivió una amiga del director, Olivier Peyon, quien trabajaba en Tokio en un importante banco francés, cuando sucedió la catástrofe. Olivier recuerda que le describió el horror del tsunami, la angustia y la desinformación total por parte de las autoridades de Japón y del extranjero. Lo que sí sabemos, pasado el tiempo, es que aquel acontecimiento mantuvo sin respiración a gran parte del planeta; por un lado, por la economía mundial que ya estaba tocada, con la crisis que se había desatado en 2008 y del otro lado, por los graves problemas que se originaron en la central nuclear de Fukushima, tras las explosiones y librarse contaminación radiactiva en las unidades 1, 2 y 3.

Tomando esta historia real, como telón de fondo, Olivier Peyon y Cyril Brody, crean un guion con una fuerte crítica política y empresarial. La política hacia un gobierno que deseaba ocultar lo que estaba realmente sucediendo y la empresarial en la cual, como se ha demostrado algunas veces, la economía está por encima de las vidas de los ciudadanos; aunque en esta ocasión, no solo motivado por las altas esferas que estaban presionando, sino por parte de algunos de los empleados. Por poner un ejemplo, en un momento determinado, Alexandra camina por las estancias de la empresa y ve como un repartidor trae unas cajas, le sigue y la zona de destino es el departamento de bolsa, en el cual sus empleados han comprado unas bicicletas por si tienen que salir en el último momento; pues ninguno ha abandonado su puesto de trabajo, ya que están obteniendo altos beneficios, en las transacciones que están realizando. La conversación que Alexandra mantiene con uno de los encargados, resulta descabellada, pero lo peor de todo, es que situaciones así, se dan todos los días, en las grandes corporaciones.

En una encrucijada similar, se encuentra Alexandra. Una mujer entregada a su trabajo, cuya familia la ha seguido siempre allá donde la enviaban, sin protestar, quien es capaz de anteponer el trabajo a la seguridad de los suyos y de su propia vida, creyendo a pies juntillas a sus superiores y desoyendo las advertencias de sus seres queridos, que veían lo que se avecinaba. Una idealista un tanto incauta y temerosa de no estar a la altura y con ello, perder su puesto de trabajo, aferrándose a sus principios, hasta que la realidad le hizo  abrir los ojos y aun así, todavía dudar.

Un filme que fusiona imágenes reales, como los informativos de la época, con las ficticias que componen la trama, ante situaciones e interpretaciones que llegan a descolocar y alterar el sistema nervioso de algunos espectadores. ¿Cómo puede cegar tanto el trabajo y el dinero a una persona? Diréis que es una película, pero es que desgraciadamente, en la vida real sucede y en ocasiones, en grado superlativo. Karin Viard, realiza una extraordinaria interpretación, pues parece estar viviendo en primera persona, lo sucedido y nos lo transmite.

Resumiendo, estamos ante una película dinámica y muy entretenida, con buenas interpretaciones, que cuenta con una excelente fotografía por parte de Alexis Kavyrchine, la eficaz banda sonora a cargo de Manuel Roland y  por supuesto, la correcta dirección de Olivier Peyon. Una película en la que en todo instante, está sucediendo algo.

Mi nota es: 7,5

ESTRENO en ESPAÑA: 15 de Octubre

REPARTO: Karin Viard, Stéphane Bak, Yumi Narita, Philippe Uchan, Jean François Cayrey, Charlie Dupont, Emilie Gavois-Kahn, Nola Blossom, Simon Ayache, Kentaro Matsuo, Yoshi Kuremura, Marie-France Padre, Valérie Baurens.

PRODUCTORA: Les Films du Lendermain// Wild Bunch// Scope Pictures// Cana+

DISTRIBUIDORA en ESPAÑA: Alfa Pictures.

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