viernes, 12 de agosto de 2011

SE TERMINAN LAS VACACIONES DE VERANO


Se terminan las vacaciones, al menos para mí, aunque todavía me queda hasta el lunes de fiesta y espero sean tan felices como los vividos.
Desconectar unos días de la rutina y del trabajo nos viene bien a todos y aunque aún me queda otra quincena a disfrutar en invierno, sé que no será igual. Las vacaciones no resultan iguales en verano que en invierno, al menos para mí que adoro al gran hermano sol.
Estos días de playa, sol, piscina, comidas y cenas con los amigos, la fiesta de cumpleaños de mi gran amigo Rui, la estancia en casa de ellos (Rui y Paulo) no la podré olvidar jamás, que grandes anfitriones y degustadores de buena comida como me pasa a mí. He aprendido a hacer algunos platos nuevos que reforzarán lo que ya conozco de gastronomía. Al igual que las tertulias compartidas. Me decían “Come” y la verdad que el mayor alimento era conversar con todos, retomar situaciones que por la distancia sólo suceden una vez al año.
¿Nostalgia? Pues sí, porque la convivencia, el acercarse a los seres queridos, compartir horas con ellos y con los elementos, me llena la energía que en ocasiones se merma por el estrés diario.
Un recuerdo como siempre para la familia de Felicísimo, que grandes son. Para Paulo y Rui, compartir unos días con ellos me ha acercado a conocerles aún más, Yolanda y Carlos y por supuesto la peque, que esta muy guapetona, y a todos los que he conocido nuevos.
Madrid me reclamaba y he vuelto a ella como un buen hijo, para continuar la vida y las aventuras que me siga deparando.
A los que comienzan las vacaciones ahora, disfrutadlas y sed felices.
Os dejo con una foto de esa noche de cumpleaños, con otro gran colega: Pi Pau el hijito de mis amigos y que me aceptó como uno más de la familia desde el primer instante.

miércoles, 10 de agosto de 2011

LA VISITA papal


Estos días todo el foco de atención está en la visita del papa (Sí, lo pongo con minúsculas, los nombres propios para quien se lo merece) y creo que pocos se han parado a pensar en el despilfarro de dinero que supone esa visita que no aporta nada a la sociedad, sino todo lo contrario, dudas como las que provoca en cada uno de sus sermones llenos de falsedad, hipocresía y mal interpretación de los ideales humanos.
Un gasto en plena crisis y donde las arcas del estado se resentirán aún más de lo que ya lo están. Creo, que si ese personaje desea visitar España, tiene todo su derecho, pero que se costee los gastos que para eso poseen el mayor banco y tesoro del planeta. Un tesoro del que ellos disfrutan a su antojo en parte y olvidándose del hambre y necesidad que existe en el tercer mundo.
Con una décima parte del gran tesoro del Vaticano, o tal vez menos, desaparecería el hambre en el mundo y por el contrario se pegan grandes viajes inculcando una doctrina hecha a su medida. Creando miedos y manipulando como lo han hecho a lo largo de la historia y encima, todos los gastos salen de nuestros impuestos.
¿Creéis que es de cristiano que sabiendo la crisis que existe, organicen estos eventos?