martes, 30 de octubre de 2018

SIN FIN: CRÍTICA DE CINE


Sin Fin es la adaptación al largometraje de los hermanos César y José Esteban Alenda, de uno de sus exitosos cortometrajes.

Javier (Javier Rey) siempre ha vivido en su mundo, con ideas que va anotando en una libreta, y el trabajo como científico, donde su sueño es construir una máquina para viajar en el tiempo. Piensa más en el pasado y el futuro, que en su propio presente.  María (María León) es una joven desenfadada, divertida, viviendo la vida y tomando lo que esta le ofrece. Una mujer del presente.  


Un día ambos se conocen en un autobús nocturno. Él sentado solo con su libreta de notas y ella con dos chicos que la quieren llevar de fiesta. Al llegar a una parada, María decide no bajarse con los chicos y se queda con Javier. Ve en él algo que la atrae, aunque él no de ninguna muestra de interés. Ese desinterés, con el tiempo, le pasará factura a María, creando en ella, una terrible depresión.



Los hermanos Esteban Alenda, llevan al largometraje uno de sus cortometrajes, en una historia de ficción donde el amor o el intentar recuperarlo, será el tema principal, aunque su obra, posea múltiples capas.

Un drama romántico que nos habla de la timidez, de las indecisiones, de la cobardía ante las relaciones, del desgaste del amor, por no haber creído en él, por pensar que siempre va a estar ahí o simplemente  por dar prioridad al trabajo ante los sentimientos. Sin duda, uno de los grandes males de nuestra sociedad, el volverse hermético o demostrar ser frío como el témpano, aunque por dentro se esté ardiendo de pasión. El secuestrar los sentimientos por el fantasma de la inseguridad y postergar la felicidad en pro de los éxitos y del trabajo. 

Dos interpretaciones correctísimas para dos personajes cargados de matices, de conflictos internos y traumas no resueltos, que les impiden abrirse camino en el presente, chocando con un muro invisible, el creado por ellos. Javier Rey, se introduce en la piel y el alma de un personaje angustioso e introvertido. María León, está simplemente espléndida, radiante y adorable, en un personaje melancólico donde su corazón parece haberse detenido, como el reloj que lleva colgado.


Tras finalizar la película, me quedó la duda de si César y José habían hecho bien llevando al largometraje su corto, pues en algunos momentos la obra parece tender a caer en el abismo, como les ha sucedido a los propios protagonista, o tal vez es esa sensación de agonía, de tristeza palpable, de dolor desgarrado, de soledad no deseada; de miradas intensas, profundas, sentenciadoras, amorosas, reflexivas y cargadas de preguntas que reflejan los maravillosos ojos de María o las constantes dudas de Javier, presentes en su rostro; la verdadera razón del tempo que se toman. Una obra con claros símbolos como el reloj con forma de corazón que se detiene en un momento determinado, el “corre trigo” escrito en la libreta, el último rayo de sol, el viaje en autobús en el pasado y el presente, y tantos pequeños detalles, con los que los dos hermanos directores, nos mantienen atados a la butaca de forma cruel, para que agonicemos juntos a los personajes y sea nuestro corazón el que grite por ellos.
Hay dos apartados técnicos de los que casi siempre suelo hablar, son la música y la fotografía y en esta ocasión, casi no los menciono y el motivo es muy sencillo, tanto el fotógrafo Ángel Amorós, como el compositor Sergio de la Puente, han logrado crear intimismo con sus trabajos, sin apenas hacerse notar. Justo lo que la  obra requería. Mis felicitaciones.
Mi nota es: 7,5

ESTRENO en ESPAÑA: 31 de Octubre

REPARTO: Javier Rey, María León, Juan Carlos Sánchez y Mari Paz Sayago

PRODUCTORA: Producciones Transatlánticas// Solita Films// Elamedia Estudios.

DISTRIBUIDORA en ESPAÑA: Filmax.

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